La verdad sobre el 5% del gasto militar que exige Trump a los países de la OTAN: ni EEUU lo va a cumplir

La verdad sobre el 5% del gasto militar que exige Trump a los países de la OTAN: ni EEUU lo va a cumplir
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El reciente planteamiento de la discordia, el de Donald Trump exigiendo a los países de la OTAN elevar su gasto militar al 5% del PIB, ha generado en realidad una ola de incertidumbre entre los aliados. Pero ojo, entre absolutamente todos los aliados.

No se trata solo de un objetivo difícil de alcanzar, sino de una imposición que ni siquiera el propio Estados Unidos está en condiciones de cumplir. La propuesta tiene más que ver con satisfacer exigencias políticas internas que con una estrategia de defensa realista para Europa. No hay tanto dinero para tanto porcentaje de PIB.

Solo tenemos que echar la vista atrás. La OTAN ya había acordado en 2014 un incremento del gasto militar al 2% del PIB en un plazo de diez años. A pesar de que han transcurrido más de ocho años desde ese compromiso, sólo una minoría de países ha logrado cumplirlo.

La invasión rusa de Ucrania aceleró el ritmo de inversión en defensa, pero el nuevo objetivo del 5% parece estar más relacionado con intereses electorales en Washington que con la seguridad del continente europeo.

Una exigencia simbólica sin base práctica

El 5% del gasto militar que exige Trump a los países de la OTAN no solo es desproporcionado, sino que ignora las capacidades económicas y políticas de la mayoría de sus miembros.

Esta propuesta responde más a la necesidad de demostrar firmeza ante el electorado estadounidense que a una verdadera evaluación de las necesidades estratégicas de la Alianza Atlántica.

A lo largo de la historia reciente, nunca se ha planteado un incremento tan drástico en el presupuesto de defensa de forma tan generalizada y sin una justificación técnica clara.

Incluso Estados Unidos, con el mayor presupuesto militar del mundo, no alcanza el umbral del 5% del PIB. En 2023, el gasto militar estadounidense representó alrededor del 3.5%, lo cual ya supone una carga significativa para su economía. El planteamiento de Trump, por tanto, no es una meta alcanzable ni para su propio país, lo que pone en evidencia su carácter simbólico y político.

Europa dividida ante un reto imposible

Dentro del continente europeo, las reacciones ante esta exigencia han sido dispares. Países como Polonia, Finlandia y las repúblicas bálticas podrían acercarse al objetivo del 5%, ya que para ellos el gasto en defensa es una cuestión de supervivencia.

Están directamente expuestos a la amenaza rusa y cuentan con un consenso político interno favorable al aumento del presupuesto militar. Sin embargo, estas naciones son la excepción.

La verdad sobre el 5% del gasto militar que exige Trump a los países de la OTAN es que resulta inviable para la mayoría. Italia, por ejemplo, enfrenta una deuda pública que supera el 135% de su PIB. A pesar de haber aceptado el nuevo objetivo, sus autoridades ya están explorando vías creativas para inflar el gasto militar, incluyendo incluso proyectos de infraestructuras civiles como el puente a Sicilia. Esta estrategia refleja la falta de realismo de la propuesta.

La presión sobre Alemania, Francia y Reino Unido

El caso alemán es paradigmático. Si Berlín decidiera invertir el 5% de su PIB en defensa, el presupuesto anual superaría los 225.000 millones de euros. Esta cifra no solo generaría tensiones internas, sino que despertaría reticencias históricas en países como Francia y Reino Unido. La idea de una Alemania con un poder militar de esa magnitud despierta recelos, por razones obvias, incluso entre sus aliados más cercanos.

La verdad sobre el 5% del gasto militar que exige Trump a los países de la OTAN es que, en lugar de fortalecer la cohesión de la Alianza, amenaza con fracturarla. Los intereses nacionales, las capacidades económicas y las sensibilidades históricas hacen que una meta común como esa sea simplemente inviable. Más que fomentar la unidad, esta exigencia pone a prueba los límites del consenso atlántico.

Un compromiso político sin mucha sustancia

En las últimas cumbres, el foco no ha estado en la defensa de Europa, sino en evitar un conflicto diplomático con Estados Unidos. La clave ha sido mantener a Trump satisfecho (y a EEUU dentro de la OTAN) incluso si ello implica aceptar compromisos que difícilmente se podrán cumplir. En este contexto, la promesa del 5% no es más que una maniobra para calmar al exmandatario y sus seguidores, sin que existan planes concretos para implementarla.

Lo más preocupante es que esta narrativa desvía la atención de los verdaderos desafíos de la OTAN: la modernización de sus capacidades, la mejora de la interoperabilidad y la respuesta coordinada ante amenazas híbridas. La verdad sobre el 5% del gasto militar es, para muchos analistas, un gesto político vacío, más que una solución estratégica.

Imágenes  | Pixabay, Wikipedia

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