El Banco de España augura un futuro poco esperanzador para la economía española. Según esta institución, el Producto Interior Bruto (PIB) caerá un 1,5 % en 2013, el triple de lo pronosticado por el Gobierno, y muy en la línea de pensamiento de la Comisión Europea y de la OCDE (-1,4 %). Para 2014 se espera un tímido crecimiento del 0,6 %, justo la mitad de lo que prevé el Gobierno.
En términos de empleo los datos no son mucho más esperanzadores. Según las cifras que maneja el Banco de España, la tasa de paro subirá hasta el 27,1 % en 2013 y disminuirá levemente hasta situarse en el 26,8 % al año siguiente. Pese a que esta previsión es una de las más negativas publicadas hasta la fecha por organismos oficiales, lo cierto es que dada la tendencia del mercado laboral español, creer que en los próximos nueve meses el paro sólo se incrementará un 1 % me parece excesivamente optimista.
Lamento señalar que no tengo tan claro que estemos cerca de nuestro techo de destrucción de empleo. En mi opinión, la reforma laboral aprobada por el PP seguirá destruyendo puestos de trabajo indiscriminadamente durante el presente año porque la situación económica no da indicios de mejora, el consumo privado sigue hundido y la actividad empresarial continúa de capa caída.
De cualquier forma, está claro que el futuro de la economía española se vislumbra bastante negro y que el Gobierno no tendrá más remedio que actualizar sus previsiones lo antes posible, readaptar a las mismas su presupuesto y poner encima de la mesa nuevas medidas que ayuden al conjunto de la economía a crecer y generar empleo.
Desgraciadamente, la salida de la crisis tendrá que esperar. Nada de brotes verdes de momento, el futuro es desolador.
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