Los funcionarios y personal laboral de los ayuntamientos están en una situación realmente delicada. Muchos ayuntamientos a lo largo de toda la geografía están incurriendo sistemáticamente en impagos de las nóminas de sus trabajadores, el último escalón antes del precipicio de la quiebra técnica, después de acumular impagos con empresas y proveedores.
Sin ir más lejos, el Ayuntamiento de Jerez (Cádiz) pagó sólo 1.000 euros a cada trabajador en la nómina de junio, va pagando según consigue dinero y no tienen visos de solución a corto plazo. Pero estos casos, no son puntuales, por ejemplo ayuntamientos madrileños o en la provincia de jiennenses, 20 consistorios pagan con mucho retraso y cinco ayuntamientos ya acumulan 3 nóminas sin pagar.
Los excesos presupuestarios en todos los Consistorios, la caida de los ingresos procedentes del ladrillo y la gran carga de personal que suelen tener todos los ayuntamientos ha degenerado en una situación que ni siquiera la nueva Ley de Financiación de las Haciendas Locales va a poder corregir.
La primera modificación que se tiene que llevar a cabo en los ayuntamientos es frenar su déficit. Los ayuntamientos tienen que acostumbrarse a gastar menos de lo que ingresan como norma general y no al revés. La segunda gran norma pasa por tomar decisiones drásticas. Por ejemplo, hace 3 años era muy lógico que las áreas de Urbanismo de muchos ayuntamientos contaran con un gran número de arquitectos, técnicos y ayudantes. Hoy día, estos trabajadores están de brazos cruzados o con funciones asignadas que nada tienen que ver con su puesto inicial.
Mejor que transferirle más cesiones, los ayuntamientos deben tener un plan de saneamiento realista, ajustar sus presupuestos, pagar sus deudas y olvidarse de los excesos del pasado para comenzar a aplicar políticas de gasto austeras y eficientes ya que no se está por la labor de eliminar los ayuntamientos más pequeños y mejorar el sistema de mancomunidades. Darle más cesiones impositivas a los ayuntamientos, más recaudación y mayor poder de gasto sólo va a seguir favoreciendo el despilfarro, las obras faraónicas y el descontrol en el gasto público.
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Imagen | Javi SA