Revoluciones políticas, revoluciones fiscales

Revoluciones políticas, revoluciones fiscales
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Recuerdo que uno de los lectores del blog, Flo, cuando traté sobre la posibilidad de la eliminación del dinero en metálico, señaló que que había tocado la fibra sensible. Y tanto que si, le contesté. No hay nada más sensible que la cartera. Incluso para un español, aunque le cueste reaccionar en ocasiones. Eso si, nos cuesta.

Me hizo gracia que el actual Presidente del Gobierno accedió al poder con la promesa, entre otras, de que aquel era el momento de la Política (con mayusculas), en contraposición con el momento de la Economía que parecía encarnar el PP. Creo que a lo que se refería era a que era el momento del gasto público, pero esa es otra historia. Lo que conviene destacar, una vez más, es como se olvida del papel básico, fundamental de la Economía en nuestras sociedades. Y para muestra venía yo pensando en el rol que la fiscalidad jugó en las dos revoluciones políticas más importantes para entender la sociedad actual: la norteamericana y la francesa.

En 1773, en el puerto de Boston, se produce el llamado Motín del Té, o Boston Tea Party, que algunos señalan como aldabonazo de la Revolución americana. ¿En qué consiste? En una manifestación de ira popular ante la insoportable presión fiscal que la metrópoli londinense imponía a sus colonias americanas. La Corona británica, acuciada por los gastos militares (entre otros, los motivados por financiar acciones militares antigalas), recurrió al incremento de las tasas e impuestos sobre sus territorios de allende los mares, favoreciendo por motivos financieros monopolios como el de la Compañía de las Indias Orientales. Frente a ellos surge el inevitable contrabando, con un fuerte apoyo popular, y reavivando llama independentista. Estos episodios cristalizaron con una revuelta popular en Boston que acabo con un cargamento valiosísimo de té propiedad de la Compañía arrojado a las aguas del puerto.

En 1789 tiene lugar la Revolución francesa. Curiosamente, el reino francés tiene también serios problemas financieros, puestos de manifiesto, entre otros episodios, por su intervención militar en Norteamérica apoyando a los independentistas. Resumiendo, que se hace necesario recaudar más. Y para ello se convocan los Estados Generales, una suerte de Pre-Parlamento, sonde se hallaban representados los tres grupos sociales o estamentos en los que se dividía aquella sociedad a efectos de poder político: clero, nobleza y Tercer Estado (burguesía). Unos, los nobles acudían con la intención de mantener su status quo y que nos les rascasen el bolsillo. Otros, el Tercer estado, que eran quienes realmente sostenían financieramente el tinglado, pretendían que eso se reflejase políticamente, pasando del voto por estamento a una suerte de voto ponderado en función del numero de súbditos que representaban. El asunto se complicó cuando la nobleza, de muy mala manera, insistió en mantener sus privilegios fiscales: definitivamente, la revolución burguesa se puso en marcha.

No se si a alguien estos sucesos le suenan familiares: intervencionismo militar, gasto público hipertrofiado, explotación fiscal de las clases más dinámicas, desconexión entre la participación fiscal y la política, etc. A mi ciertamente me resultan cercanos.

Más información | El ergonomista
En El Blog Salmón | Fraude fiscal , blanqueo de dinero y evasión de capitales

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