Cuatro y el cigarrito-post

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Alguno de vosotros estará cansadillo. Eso de estar celebrando la victoria de España ante Rusia en las semifinales de la Eurocopa habrá pasado factura a más de uno. Pero que caray, un día es un día. Y si el domingo pasado tocó sufrir hasta el final con los azzurri italianos, este partido tiene una dimensión más epicúrea, de disfrute, de confirmación de una superioridad.

Pero también hubo algo distinto en la retransmisión que nos ofreció Cuatro de la agonía italo-española frente a la de ayer. Algo muy relacionado con el Marketing y con un toque de atención que debieron recibir. Y, al menos esta vez, se impuso la lógica. Es más, y frente a lo que algunos puedan pensar se impuso la lógica de mercado.

El domingo, Cuatro, apenas España se clasifico en la tanda de penatis, paso directamente publicidad. Prácticamente no se pudo ver la celebración en el campo de un momento histórico, como era el pase de cuartos de final tras más de 20 años. Y nos enchufo unos minutos de publicidad, que según se ufanaron fueron los más vistos de la Historia de la publicidad en España. En vez de estar viendo, y compartiendo, la alegría de los jugadores en el campo, en vez de dejarnos llevar por la emoción, nos sacudieron con la publicidad, pagada a precio de oro. Cuando por fin volvieron a conectar, los jugadores ya estaban en el vestuario.

Creo que Cuatro tenía que haber mostrado algo más de inteligencia, pues hay momentos, a lo largo de la transmisión para meter publicidad. Incluso en una victoria normal, puedo entender lo que hicieran. Pero en este caso, dañaron su imagen, y lo que es peor la de los paganinis-anunciantes. Ambos deberían ser conscientes de como se tomaría su público objetivo semejante actitud. Nos hurtaron un momento mágico. Ese tipo de publicidad, en el mejor de los casos, es antipática y esteril. Un perro del hortelano que ni come ni deja comer.

Y vaya si tomaron nota, en el partido contra los rusos esos minutitos postpartido fueron amplios y generosos, dejando que nos recreásemos en la victoria y en el pase a la final. Y es que para algunos ese es el equivalente al momento cigarrito-post, o el instante abrazito-tierno-post. Y esa magia, incluso en un mundo tan mercantilizado como el del fútbol, no hay que romperla.

Vía | Notas de Futbol

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