Tal y como acabamos de anunciar aquí, la simplificación de los contratos de trabajo a sólo cinco modelos, crea un problema colateral dentro del mapa de relaciones laborales. Hoy por hoy, el segmento de trabajadores en situación de exclusión gozan de preferencia en la contratación por la aplicación de diferentes fórmulas contractuales mediante bonificaciones.
Es decir, tenemos bonificaciones en las cuotas empresariales por la contratación de discapacitados con grado de minusvalía superior al 33%, bonificaciones para los contratos de reinserción laboral de ex-presidiarios, bonificaciones para la contratación de mayores de 45 años... Como vemos, estos colectivos gozan de una discriminación positiva en la contratación laboral, que a priori, debe desaparecer de un plumazo. El Ministerio de Trabajo desarrollará un sistema homogéneo de bonificación en la contratación indefinida que iguale a todos los trabajadores porque si establece un sistema diferenciado por criterios de riesgo de integración laboral, dicha simplificación en la contratación no será tal.
El caso es que lo que a priori puede parecer un problema, porque tal y como ya se analizó aquí por Fedea, los contratos bonificados a colectivos en desprotección han sido residuales durante toda su existencia y la entrada de más bonificaciones puntuales en este formato de contratación no ha mejorado el empleo de estos colectivos.
Por tanto, el único problema que puede presentar la eliminación de esta discriminación positiva será a efectos de titulares, dado que tal y como se ha analizado en el pasado, esta contratación es completamente inelástica al tipo de bonificación que presente el formato contractual.
En El Blog Salmón | La reordenación laboral y la oportunidad para evitar abusos en los contratos para jóvenes, Nos quedamos solo con 5 contratos de trabajo: un paso muy acertado (en principio) Imagen | Juarez Barricada