Ya fuimos comentando esta semana que parecía que la reforma laboral que preparaba el Gobierno de Rajoy iba a ser una más en la línea de chapuzas que nos tienen acostumbrados todos los Gobiernos últimamente. Y siento decir que asi ha sido. Seguimos por el mismo camino y por supuesto no comparto las palabras de la Vicepresidenta del Gobierno de que habrá un antes y un después de esta reforma. Pasará sin pena ni gloria como todas las anteriores.
Vamos a comentar todas las ilusiones que ha habido últimamente y y cómo se han quedado en agua de borrajas. La reforma es básicamente una chapuza más, no hay cambio de modelo laboral en España y seguiremos por la misma senda de creación de empleo: para crear empleo habrá que crecer mucho y el empleo creado será de baja calidad.
No hay contrato único sino un contrato más
Una de las teorías que se barajaban era la creación de un contrato único. Es cierto que no iba en el programa electoral del PP (curiosamente sí en el UPyD), pero el Ministro de Guindos sugirió su aplicación en España en esta reforma laboral hace sólo dos semanas en el WSJ.
Pues bien, no sólo no hay simplificación de contratos (es decir, seguimos con los 40 tipos de contratos, una verdadera delicia para las empresas grandes llenas de abogados) sino que se suma un nuevo contrato para pymes con bonificaciones fiscales bastante complicadas. Un despropósito.
Más bonificaciones, más lío en lugar de más simple
Este Gobierno ha optado por bonificar la contratación. Dependiendo de la edad, la empresa, etc. las empresas tendrán bonificaciones. Más de lo mismo. Esto nunca ha funcionado y no va a funcionar ahora. De verdad que no entiendo como se siguen chocando contra la misma pared.
Lo que necesitan las empresas es un modelo más simple, no tener que estar mirando si el trabajador ha nacido en luna llena para ahorrarse dos duros el primer año. De hecho la mayoría de las empresas no conoce las bonificaciones, no las entiende. Y desde luego su trabajo no debería ser estudiarlas, sino generar riqueza.
No hay modelo austríaco
De nuevo, el modelo austríaco se queda fuera. Es decir, no optamos por un modelo que mejora la movilidad laboral, los trabajadores insatisfechos seguirán en sus puestos de trabajo por los años acumulados por miedo a perder una cantidad de dinero en caso de despido.
Este modelo tenía la gran duda de quién lo iba a financiar, y seguramente es la razón por la que se ha desechado. Sin embargo el modelo austríaco iba en el programa electoral del PP. Pero bueno, si ya lo incumplieron en el primer Consejo de Ministros…
Rebaja de la indemnización por despido, profundiza la reforma de Zapatero
La medida más sonada es la rebaja de la indemnización por despido para contratos indefinidos, de los 45 días por año trabajado y máximo de 42 mensualidades a los 33 días por año trabajado y máximo de 24 mensualidades.
En el gráfico superior podemos ver la diferencia de indemnización (en mensualidades) respecto a los años trabajados con el contrato indefinido antiguo y el contrato nuevo. Ojo, esto no es aplicable a alguien que tenga un contrato indefinido ahora y que le despidan después de hoy (tenemos la explicación más detallada en otra entrada), es sólo una comparación del antes y el después.
Es una rebaja que ya aplicó Zapatero con su contrato de fomento del empleo y que no ha servido de nada. Ahora se extiende a todos los trabajadores (antes había alguna limitación). Sinceramente, no ha servido de nada, simplemente para dar menos protección a los trabajadores y seguir dejándoles anclados a su puesto por miedo a perder la indemnización.
¿Acabará con la dualidad?
Esta es una reforma más y vamos a seguir con los problemas de empleo que tenemos hasta la fecha. Si el objetivo era crear las condiciones para generar empleo, no lo van a lograr. ¿Seguiremos teniendo una dualidad del mercado laboral? No. Seguiremos teniendo una “trialidad”: poco empleo indefinido, algo de empleo temporal y mucho paro.
En El Blog Salmón | El Consejo de Ministros aprueba la reforma laboral: principales cambios que se introducen, El despido un poco más barato con la nueva reforma laboral