De qué nos vamos a arrepentir más durante nuestra carrera profesional

De qué nos vamos a arrepentir más durante nuestra carrera profesional
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El trabajo ocupará la mayor parte de la vida adulta y Jeff Bezos es famoso por popularizar que la mejor filosofía es minimizar el arrepentimiento. Por eso, hoy vamos a ver unos curiosos datos sobre este tema.

En concreto, de qué se arrepienten más algunos directivos y CEOs importantes, además de otros fascinantes apuntes a este respecto.

Al fin y al cabo, una de las mejores maneras de hacer algo bien es empezar por no caer en los errores de los que nos precedieron. Como veremos, no va a ser tarea fácil.

Los 5 arrepentimientos más comunes que se cometen en una carrera profesional

Daniel Gulati es inversor y fundador de Treble Capital, así como exalumno del MBA de la Harvard Business School. Y fue precisamente para la famosa revista Harvard Business Review para la que hizo un pequeño «estudio» improvisado, en el que se reunió con 30 profesionales que iban, desde fotógrafos profesionales de éxito, hasta CEOs de empresas Fortune 500.

Y aunque, obviamente, el resultado de ese experimento es muy personal y variable, es cierto que surgieron enseguida patrones comunes en cuanto a qué era de lo que más se arrepentían estos profesionales de éxito en sus carreras.

Estas fueron las 5 cosas más habituales.

1. Haber escogido un trabajo solo por dinero

Con diferencia, el mayor arrepentimiento de todos aquellos que estaban entre los mejor pagados.

Eso sí, no nos hagamos trampas al solitario, un trabajo sin un buen sueldo nunca será satisfactorio y es la condición más básica de motivación. Pero cuando este es lo bastante holgado, no es suficiente para llenarnos del todo.

Algunos no dejaban su puesto bien pagado por los compromisos adquiridos y otros porque, a pesar del estrés, pensaban que no eran lo bastante buenos como para hacer otra cosa. Así que terminaban limpiándose las lágrimas con sus billetes de cien.

2. No haberse ido antes de un trabajo que odiaban

Hombre de negocios con las manos en la cabeza, pensando por qué no deja su trabajo

Conectado con lo anterior, el segundo gran arrepentimiento es haber esperado demasiado para abandonar un trabajo que no les gustaba o, simplemente, haber sido incapaces de dar ese paso.

¿Por qué no se iban si de verdad estaban asqueados?

Según las respuestas que obtuvo Gulati, había de todo. Desde los que no querían perder a sus seguidores en redes sociales, hasta las recompensas variables que otorgaban sus grandes empresas, y que tampoco querían malograr.

Al parecer, este es un arrepentimiento común, dado que el 80% de gente que odia su trabajo no lo deja y, de hecho, según un macroestudio de Gallup a nivel mundial, nada menos que un 85% de trabajadores no está a gusto en lo que hace.

Muy en la línea de datos como los de Deloitte, que también calculó que el 80% de trabajadores odiaba lo que hacía.

3. No tener la confianza suficiente como para iniciar un negocio propio

Este es otro de los grandes arrepentimientos, especialmente cuando estos profesionales conseguían un buen nivel de vida y capital para emprender y ser «dueños de su vida».

Eso sí, este remordimiento es más una distorsión de la creencia que la hierba siempre es más verde en el jardín de al lado.

Teniendo en cuenta que alrededor del 85% de nuevos negocios ya no está a los 5 años (y sé lo matizables que son esas cifras), quizá esa falta de confianza es sentido común.

4. No haber aprovechado mejor su etapa educativa

Grupo de jóvenes universitarios de espaldas

A pesar de lo que a veces se habla sobre la utilidad o no de la educación formal, los datos son meridianamente claros, esta resulta una buena inversión.

No solo lo piensan el 86% de estudiantes norteamericanos (teniendo en cuenta incluso la losa de deuda que les deja), sino que los datos del INE o del EFSE a nivel europeo y nacional son claros: mayor educación y mayor salario van de la mano.

No es garantía, ni muchísimo menos, pero van de la mano.

Y a pesar de que el llamado ascensor social esté roto o parado de un tiempo a esta parte, una cosa sigue siendo clara: estudiar no es aval de nada, pero no hacerlo es condena cuando se trata de una carrera profesional.

Y estos profesionales de Gulati tenían claro que, de volver a esos años educativos, los hubieran aprovechado mejor de cara a posicionarse para un buen primer trabajo.

Que es lo que se dice con 38, no con 18. Si volvieras siendo joven, harías lo mismo, pero es lo que tiene mirar hacia atrás, que todo se ve con otras gafas.

5. No haber actuado en lo profesional siguiendo sus instintos y corazonadas

Es decir, no haber sido más audaz en ciertos momentos o ventanas de oportunidad que les surgieron. En esos instantes, tomaron la decisión segura o racional, y ese es uno de los arrepentimientos más comunes.

De nuevo, esta es una distorsión habitual: no haber comprado bitcoins en su día, no haber dicho que sí a aquella otra oportunidad...

¿Cómo de cierto es esto objetivamente?

Bueno, según el investigador británico Richard Wiseman en su libro 59 segundos, alrededor de un 75% de personas se arrepiente de lo que no ha hecho, mientras que un 25% se arrepiente más de lo que ha hecho, así que algo hay.

De qué nos arrepentimos más a lo largo de nuestras vidas

Persona mayor, hombre, en cama de hospital

Este experimento tan sui generis es francamente curioso. Parece que la conclusión es que no debemos aguantar tanto en los trabajos que odiamos y que actuar suele ser mejor que no hacerlo. Al menos, si queremos minimizar ese arrepentimiento del que hablaba Bezos al principio de este artículo.

Sin embargo, para dar una imagen completa del tema, es imposible no hablar de Bronnie Ware, enfermera de cuidados paliativos en pacientes terminales.

Ware escribió un famoso libro sobre los 5 arrepentimientos más comunes respecto a la vida en general de esos pacientes.

Y son estos:

  1. Ojalá hubiera tenido el coraje de vivir una vida fiel a mí mismo, y no la vida que otros esperaban de mí.
  2. Ojalá no hubiera trabajado tan duro.
  3. Ojalá hubiera tenido el coraje de expresar mis sentimientos.
  4. Ojalá me hubiera mantenido en contacto con mis amigos.
  5. Ojalá me hubiera permitido ser más feliz.

Ahora, depende de cada uno vivir con el coraje suficiente para obrar en consecuencia.

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