¿Recordáis las entradas que dedicamos a Walter Block y su Defendiendo lo indefendible? Pues Miguel Anxo Bastos no le va a la zaga, y no hay más que ver este video donde se analiza la defensa del consumidor desde una perspectiva austriaca.
¿Valoración del mismo? Mucha provocación, verdades como puños que comparto y algunas otras afirmaciones de las que discrepo radicalmente. Sólo por señalar algunas, veamos algunos ejemplos de cada cual.
Yo también soy uno de eso ratitos que cree que la sobreprotección estatal atonta al consumidor, cumpliendo un triple objetivo: hacer cómo que se hace y captar votos de aquellos que demandan siempre la intervención somos solución ideal, reforzar el poder de los políticos y con ello sus ámbitos de discrecionalidad, y por ultimo crear El negocio consumerista es muy jugoso">una industria de asociaciones, asesorías, consultores, enganchados a la teta publica y al dinero privado acongojado.
Por supuesto, estoy de acuerdo en que la reputación es básica, fundamental, y que precisamente mecanismos como los anteriores contribuyen a que sea laminada. Pocas cosas habrían hecho más daño a la responsabilidad de los clientes y a la inversión en reputación de las entidades bancarias que mecanismos coercitivos como el Fondo de Garantía de Depósitos, generando una falsa sensación de seguridad y contribuyendo a la mentira de que todos los bancos son iguales.
Sin embargo no coincido con esa afirmación que repite varias veces de que cualquier comerciante, empresa, profesional, etc, tiene derecho a estafarnos y nosotros a no hacer nada, como no estaba muy seguro de compartir afirmaciones semejantes respecto a la difamación que hacía Block. Si llego a un acuerdo con alguien, pacta sunt servanda, y si no lo cumple tengo todo el derecho a exigírselo ante los tribunales. Y si encaja en el tipo penal de la estafa, a empurarlo vivo.
Otra cosa bien distinta es que yo también critique el Derecho del Consumo, en la linea de lo que apuntaba al inicio del post, una suerte de herramienta criminalizadora del profesional, donde se aplican principios muy similares a los del Derecho Penal en aras de un supuesto desequilibrio entre cliente y empresa.
Pero ya sabemos que se gobierna mucho mejor una sociedad de culpables que de inocentes.
En El Blog Salmón | La crisis económica y el Derecho Penal del Enemigo