Desde luego, 20 millones de euros dan el suficiente juego como para comenzar a hablar en primera persona, en YO, con mayúsucula. Este es el reclamo de premio que ha puesto en circulación la ONCE con motivo de su sorteo extraordinario de verano.
El spot, sigue en la línea de años anteriores, basta con recordar “Como una ola” y el tsunami del crédito” del año anterior que tan acertadamente nos comentaba IC. Este año, los valores que se nos recomiendan, son el consumo, el lujo, el “que trabaje Rita” como tan acertadamente comenta Antonio Pamos.
En este pais no aprendemos ni a la de tres. Si hemos llegado adonde estamos ha sido fundamentalmente por un consumo exagerado, por encima de nuestras posibilidades y apretando la economía doméstica a límites insospechados.
La filosofía de vivir a un sueldo de la ruina, el gatillo fácil con las tarjetas de crédito y las compras compulsivas han puesto a miles de economías contra las cuerdas. No existe nada más español que pagar a crédito hasta la compra del supermercado, sin tener en cuenta costes financieros excesivos, comisiones que multiplican por 2 el hipotético ahorro que hayamos podido tener en cuenta o directamente, la compra por status social y por aparentar mayor poder adquisitivo o fortaleza económica que mi vecino del 4º.
Seguimos sin aprender porque en el fondo, la ONCE no deja de transmitir otros valores que difieran de esos; si me hago rico, rompo con mis esquemas cotidianos, me buscaré necesidades nuevas, dejaré de trabajar, en el fondo sólo trabajamos los tontos y me dedicaré a dilapidar mi dinero y a vivir la sopa boba.
En el fondo eso no es malo, no soy yo para decirle a nadie lo que tiene que hacer con su dinero. El problema lo tenemos cuando extrapolamos esa visión de la vida a nuestra escala económica y la apoyamos sobre el crédito financiero. Realmente, muy poco estamos aprendiendo de esta crisis.
En El Blog Salmón | La burbuja del crédito global y sus consecuencias, Yonquis del crédito; la droga del siglo XXI
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