El Gobierno y sus previsiones: ¿El resto del mundo está equivocado?

El Gobierno y sus previsiones: ¿El resto del mundo está equivocado?
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Cuando alguien va en sentido contrario en una carretera tiene dos opciones: pensar que está equivocado o que lo están los demás. Parece que el Gobierno de Rajoy se decanta por la segunda alternativa y piensa que la mayor parte de los analistas nacionales e internacionales son los que están en un error con las previsiones económicas para 2013 y son ellos los que aciertan. A los que empeoran y mucho esas previsiones de los Presupuestos Generales del Estado 2013 se une el FMI, que fija la caída en un 1,5 %, el triple que lo planteado por el Ejecutivo.

Hace una semana y media se reunía el consejo de ministros para dar luz verde a los Presupuestos Generales del Estado 2013. Los recortes se repetían para afrontar una deuda creciente y unos intereses que se lo comen casi todo. Pero, lo más llamativo eran los pilares sobre los que se construían: unas previsiones de caída del 0,5 % y un desempleo del 24,3 % (tres décimas menos de lo que esperan alcanzar en el mes de diciembre). Y a ello se unía el cumplimiento del déficit, pese a que no se ha logrado a lo largo de estos nueve primeros meses de este año.

Muchos son los analistas que han hecho ver lo excesivamente optimistas que son estas previsiones. El BBVA empeoró su pronóstico hasta alcanzar una caída del 1,4 %, mientras que la Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas) lo dejaba en el 1,1 %. Analistas Financieros Internacionales pronosticaban un desplome del 1, 7 %. Mientras tanto, el gobernador del Banco de España, Luis María Linde, advertía de que la caída podría estar entre el 1 % y el 1,5 %.

Si todo eso no era suficiente para pensar que los pilares sobre los que se basaban los presupuestos eran demasiado endebles, el FMI salió anoche a escena para echar aún más leña al fuego. Como nos cuenta Marco Antonio, en su informe World Economic Outlook coloca a España en la picota. Para nuestro país prevé una caída del 1,5 % y, por tanto, un incumplimiento de los objetivos de déficit.

Son muchas las voces que alertan del carácter excesivamente optimista de las previsiones, algo que podría convertir en papel mojado los presupuestos. El Gobierno sigue practicando equilibrismos en una cuerda cada vez más floja: oídos sordos a los analistas y silencio sobre un rescate que parece inevitable. Mientras tanto, el tiempo se agota y la confianza también. La tregua no será para siempre y el arranque en los mercados de deuda de hoy es un ejemplo.

En El Blog Salmón | Presupuestos Generales del Estado 2013,
Imagen | Mariano Rajoy

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