Por qué la Unión Europea quiere fusiones como el de BBVA con el Banco Sabadell y sin embargo el gobierno de España está en contra

Por qué la Unión Europea quiere fusiones como el de BBVA con el Banco Sabadell y sin embargo el gobierno de España está en contra
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A la espera de conocer las cifras exactas de la bajada de los tipos de interés, prevista para el mes de junio, Europa y el Gobierno de España vuelven a mostrar sus posiciones contrarias con respecto a un asunto económico, en este caso, las fusiones bancarias. La UE está a favor de la fusión de entidades, como la de BBVA con Sabadell, pero el Ejecutivo se muestra preocupado y reticente alegando a determinados temores.

En las últimas horas, Carlos Cuerpo, ministro de Economía, ha trasladado a la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Claudia Buch, la preocupación del Gobierno de España ante el posible efecto lesivo en términos de competencia si se cumpliese la OPA hostil de BBVA para hacerse con Sabadell.

El Ministerio argumenta que esta operación supone un incremento en el nivel de concentración y, por ende, un impacto negativo para el empleo, la prestación de servicios financieros y la estabilidad financiera de país. Además, asegura que afectaría especialmente a la cohesión territorial, ya que la cuota de mercado del nuevo grupo sería muy significativa en Cataluña y en la Comunidad Valenciana.

La postura del BCE

Por el contrario, el BCE ha defendido durante los últimos años que la consolidación bancaria puede contribuir a eliminar el exceso de capacidad y mejorar la eficiencia de costes, además de promover modelos de negocio más aptos. Si esas fusiones fuesen transfronterizas, la UE defiende, incluso,  que podrían favorecer a la diversificación de riesgos y la integración de los mercados financieros.

El BBVA espera contar con el respaldo del BCE para su compra del Sabadell. Pese a que la entidad europea no se ha querido posicionar al respecto, sí que se muestra clara defensora de la consolidación bancaria para promover la construcción de entidades a escala global.

El Gobierno tiende la mano a Cataluña

Si se realiza una reflexión más profunda sobre este asunto, se puede ver cómo el Ejecutivo de Sánchez vuelve a desafiar a las políticas europeas. Pese a que éstas son claramente campeonas, sigue defendiendo la idea de una mayor presencia de bancos, con la elevada competencia que esto supone. De este modo, se conseguiría contentar a determinados actores importantes de la partida, como los socios catalanes del Gobierno.

Hay que tener en cuenta que las empresas de entre dos y 100 millones de facturación suelen operar con varios bancos. Las entidades financieras tienden a limitar el volumen de crédito para cada pyme por precaución y evitar riesgos de quiebra. De ahí que las empresas necesiten operar con tres o cuatro bancos diferentes para cubrir sus necesidades. Con todo ello, si se produce una fusión, hay menos opciones para las empresas.

En el caso de una hipotética absorción del Sabadell por el BBVA, Cataluña pasaría a ser el territorio donde más problemas tendrían las empresas. Y aquí es donde entra en juego la presión de Puigdemont y de Pere Aragonès a Pedro Sánchez. Según fuentes financieras, tras la fusión entre las dos entidades bancarias, 84 de cada 100 empresas tendría al BBVA-Sabadell como banco de referencia. En el caso de Caixabank pasa a ser 75 de cada 100.

La Generalitat de Cataluña ha anunciado ya públicamente que recurrirá a las autoridades de competencia, tanto a nivel autonómico como nacional, para que calibren el efecto de la concentración para la economía catalana. De hecho, en la precampaña de las elecciones catalanas, todos los candidatos se mostraron en contra de la OPA hostil de BBVA.

Sánchez se ve plenamente forzado por sus socios independentistas. Aseguran que una fusión acabaría perjudicando a las líneas de crédito a las empresas catalanas, la red de oficinas y los empleos en la comunidad autónoma. De hecho, Aragonès dijo públicamente que “No es el camino”, mientras que Puigdemont asegura que es otro ataque de España a Cataluña: “Hace tiempo que hay una estrategia para liquidar la actividad bancaria catalana”, concluyó.

¿Qué pasará?

La opa hostil lanzada por el BBVA sobre el Sabadell, responde a otros factores: la inminente bajada de los tipos de interés y el creciente aumento de los costes tecnológicos de la banca. Y es que el sector financiero vive un momento dulce, con los beneficios en máximos históricos gracias al endurecimiento de la política monetaria para combatir la inflación.

No obstante, pese al mensaje de unidad que reclama Europa y ante los enormes beneficios que encontraría el sector financiero, Moncloa parece seguir bailando el agua a los grupos independentistas y demostrando un claro indicio de favor hacia Cataluña, en descompensación con el resto de territorios.

El Gobierno de Sánchez parece mantener su postura frente a las alertas del Banco de España de que el sistema de la banca actual ha dejado de ser rentable. El aumento en la escalada de costes fijos para la banca minorista y comercial sigue perjudicando seriamente al sector, que se siente asfixiado y que no descarta una ronda de fusiones incierta, aunque rechazada por Moncloa y los socios de Sánchez.

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