España sigue sin gobierno y ya han pasado casi dos meses desde las elecciones. El panorama cada vez está más enconado y parece que nos abocamos hacia otros comicios, sobre todo a tenor del programa que ha presentado Podemos este lunes a su cada vez menos posible socio, el PSOE.
Dejando de lado las cuestiones territoriales y puramente políticas, es hora de centrarse en las económicas, esas que deben marcar la diferencia entre un gobierno de cambio y otro continuista.
Como era de esperar, el partido liderado por Pablo Iglesias propone aumentar el gasto público, como ya había adelantado durante la campaña electoral. En el documento hoy presentado incluye un gasto público que sería de 96.000 millones de euros más que el actual en el año 2019.
Para ello, propone una reforma fiscal que lograría recaudar 40.000 millones para las arcas públicas. Dicha reforma recaería en su mayor parte en las grandes rentas y patrimonios del país, así como también tendría una parte muy importante dedicada a la lucha contra el fraude.
Sobre este último aspecto propone aprobar un paquete de medidas contra los paraísos fiscales –con el objetivo de conocer a los titulares de las cuentas en estos lugares, sobre todo si son multinacionales- o eliminar “pantallas tributarias”, revisando la fiscalidad de las famosas sicav, las ETVE o las sociedades de capital riesgo.
No obstante, el grueso de su reforma fiscal está enfocada a la parte impositiva, donde propone cambiar el sistema tributario español de arriba abajo.
Impuesto al lujo
Como bien decíamos anteriormente, Iglesias quiere penalizar vía impuestos a los que más tienen. Por un lado, subir el IRPF de los que ganan más de 60.000 euros al año del 45% actual al 55%. En este aspecto, su intención es que este impuesto abandone su actual dualidad –rentas del trabajo y del ahorro- y acabe convergiendo en uno solo.
Por otro lado, propone subir el Impuesto de Sociedades al 30% desde el 7% actual, imponiendo un tipo mínimo del 25% a las grandes empresas. También quiere recuperar los impuestos sobre la riqueza, donaciones y sucesiones y modificar el mínimo exento del Impuesto sobre el Patrimonio.
Sin embargo, la propuesta que más llama la atención de esta reforma fiscal enfocada a gravar más a las grandes fortunas tiene que ver con el IVA. Podemos quiere un IVA superreducido para la mayor parte de alimentos y bebidas no alcohólicas y aplicar un 10% a todos los suministros básicos –gas, electricidad, etc-. Además, propone gravar con el 25% de IVA los “artículos de lujo”.
Y deja en el aire la pregunta más importante… ¿Qué entiende Podemos por lujo? ¿Un viaje al Caribe? ¿Un Ferrari? ¿Un vestido de marca? ¿Un perfume? ¿Unos pantalones? Si nos atenemos a lo expuesto anteriormente, sería todo lo que no son alimentos ni suministros básicos ni productos culturales –a los que también va a bajar el IVA-, por tanto, puede que al final dicha reforma vaya enfocada a crear un sistema en el que muy pocos se podrán permitir comprar ciertos productos que, desde luego, hoy nadie considera de lujo.
Esperemos a que alguien nos dé esa definición para despejar la incógnita…