Los países nórdicos, y Suecia en particular, llevan ya varios años siendo los países punta de lanza a nivel mundial en la progresiva supresión del dinero físico, abrazando la denominada como “Sociedad sin efectivo”.
Un paso más allá de esa sociedad es, ya no sólo manejar exclusivamente dinero electrónico vía tarjeta de débito/crédito y similares, sino efectivamente pasar ya a la adopción de una cripto-moneda como medio de pago oficial. Y la cosa va en serio, porque Suecia se ha adelantado al propio BCE, y ya ha anunciado la primera prueba piloto en Europa de una moneda digital soberana, la e-Corona.
Suecia siempre ha estado a la vanguardia de la modernidad en lo que a dinero se refiere
Suecia fue realmente la cuna del dinero moderno, y se atribuye al nórdico país el haber sido el lugar donde por primera vez en el mundo se empezó a poner en circulación dinero fiduciario. Este tipo de dinero, hoy ampliamente aceptado y asumido como norma, no se puede olvidar que en su día despertaba muchos recelos entre una población que estaba acostumbrada a que el dinero tuviese un valor por sí mismo, y que el valor facial de las propias monedas avalase en cierta medida su capacidad de compra (como paso previo al dinero en papel, en realidad ya había desde hace algún tiempo monedas como tales que habían dejado de valer lo que podían comprar). Así, el papel moneda era una modernidad por la cual los ciudadanos poseían un dinero sin valor, y con el que no se sentían nada seguros porque, al fin y al cabo, era un mero papel impreso.
Pero este camino sueco (y nórdico) hacia una “Sociedad sin efectivo” no ha estado ni mucho menos plagado de rosas, sino que ha implicado idas y venidas, e intensos debates nacionales sobre cuál es la mejor opción desde el punto de vista económico, e incluso también teniendo en cuenta la seguridad nacional. Hace más de dos años que les analizamos ya este tema y las diferentes posiciones de los suecos al respecto, incluso con movimientos sociales que alcanzaron cierta relevancia y que se resistían a seguir avanzando hacia ese nuevo y disruptor concepto del dinero, que provocaba no pocos recelos. Pero debates aparte, el inexorable camino hacia el dinero digital sigue su curso, y ahora ya no se trata sólo del dinero electrónico y la práctica eliminación del dinero físico, sino que tenemos ya sobre la mesa esa e-Corona como activo digital sobre la que ya les anticipamos que podía llegar a ser una de las primera monedas digitales estatales del mundo, y que ahora está ya prácticamente al alcance de todos los suecos: allí se ha anunciado oficialmente el inicio de una prueba piloto a nivel nacional.
Pero los suecos puede que finalmente no acaben por ser los primeros a nivel mundial en lanzar una cripto-moneda soberana…
Que conste que, a pesar de haber vaticinado aquella destructiva burbuja que afectó a las criptomonedas, desde estas líneas siempre les hemos afirmado que la cripto-economía había llegado a nuestro mundo para quedarse definitivamente, y la noticia de hoy es la mejor demostración. Hay que decir también que Suecia ha sido el primer país desarrollado a nivel mundial en anunciar el primer paso hacia la “criptonización” de su moneda nacional, pero realmente esto no es ni mucho menos una garantía de que sea finalmente el primero en adopción a nivel mundial. De hecho, hace poco más de un mes, China también anunció que por su parte iniciaba ya las primeras pruebas de una moneda digital nacional con varias entidades financieras del país; poco después, además se anunciaron ya las primeras pruebas masivas de la cripto-divisa en cuatro grandes ciudades chinas. Así, el Banco Popular de China (PBOC) muy probablemente llevaba ya su tiempo en silencio haciendo progresos con las cripto-monedas en el plano más soberano, y le delataban movimientos que iba haciendo para frenar el auge de las cripto-monedas libres, en lo que parecería demostrar que eran simplemente maniobras para ir allanando el camino a una cripto-moneda propia, y que pudiese así estar plenamente controlada por el estado del gigante rojo.
El denominado por ahora DC/EP (Digital Currency/Electronic Payment) podría poner el fin a la línea de vida de la famosa moneda fiduciaria del Yuan, que está en circulación desde 1949, habiendo ya cuatro grandes bancos nacionales haciendo pruebas con el apodado como DCEP, y estando además significativamente también involucrados el gigante de medios de pago electrónicos Ant Financial y la operadora Tencent. Según las primeras filtraciones, para el uso de la nueva moneda, cada ciudadano chino tendría una cartera digital instalada en su móvil con sus DCEPs disponibles, y sin que sea necesario que tenga siquiera una cuenta bancaria, lo que abriría el cripto-universo oficial también a aquellos usuarios que no son clientes de las entidades bancarias. Pero estas premisas tecnológicas suponen un extremo que ya de por sí no duden de que tendrá 100% identificados a todos los ciudadanos y a su dinero token por token, ofreciéndoseles a cambio nuevas funcionalidades que podrán usar por ejemplo para pagar o transferir dinero a otras personas por aplicaciones de mensajería como el todopoderoso (de verdad) Wechat.
Obviamente, aparte de la identificación financiera de todo ciudadano, la segunda parte necesaria de la hiper-vigilancia financiera china viene por el hecho de que el Blockchain o cadena de bloques en el que se basa el DCEP, y en el que se registran y validan inalterablemente todas las transacciones de la cripto-moneda, está bajo control del estado chino. No hace falta decir que este planteamiento chino a buen seguro está abriéndole auténticas llagas al propio y visionario Satoshi Nakamoto, pues él concibió y nos trajo el cripto-universo como la posibilidad de alcanzar la libertad financiera, y paradójicamente su tecnología está ahora siendo utilizada por estados como el chino exactamente para todo lo contrario.
Y desde aquí, ante el planteamiento financieramente hiper-vigilante del partido comunista chino, y ante cuyo rodillo monetario ahora tampoco podrán escaparse sus ciudadanos, de nuevo volvemos a poner sobre la mesa una posibilidad que muy probablemente se materializará: podría surgir un mercado negro de cripto-monedas libres en China, algo que facilitarían las cuasi-infinitas posibilidades en este sentido de la tecnología que hay detrás de esas cripto-monedas libres, y que pueden ser fácilmente usadas en la sombra. La ventaja que les aportaría es darles una relativa libertad financiera a los ciudadanos chinos que las usen, pudiendo sólo así quedar al margen del férreo control financiero estatal que se les avecina, aunque sea como “proscritos” (de hecho, el DCEP es verdaderamente la única cripto-moneda legal en China).
La e-Corona ya está aquí, y de nuevo Suecia se sitúa a la cabeza de la innovación monetaria… ¿Será pionera en el mundo o sólo en Europa?
Y llegamos ya a Europa, en la que esa Suecia tan propensa ya de por sí al uso del dinero electrónico presenta cifras sorprendentes como que tan sólo un 1% del dinero del país circula como dinero en efectivo, y las encuestas entre el comercio minorista apuntan a que en 2025 la mitad de los negocios ya no aceptarán el ”metálico“ como medio de pago. Efectivamente, Suecia parece el caso de uso ideal para ser pionera en lanzar la primera cripto-moneda soberana europea. Y de hecho, así parece que va a ser, puesto que la reputada revista tecnológica Wired publicó un artículo en el que se hacía eco de que ya en Febrero (antes que China) el banco central sueco, el Riksbank, anunció un piloto de su propia moneda digital, la ya oficialmente denominada como e-Corona, y que sería la sucesora natural de la corona de papel impreso.
Por ahora, y como no podía ser de otra forma, el Riksbank no ve a la e-Corona como un sustitutivo de la corona tradicional, sino más bien como un complemento. Este carácter de complemento huelga decir que tiene toda la apariencia de ser una mera estrategia de adopción progresiva, y que con toda probabilidad será tan sólo algo transitorio de tener éxito la adopción a nivel nacional. Al igual que el stack tecnológico chino, la e-Corona supondrá (al menos en lo que a su fase piloto se refiere) que cada usuario tenga una cartera digital instalada en su móvil, con la que podrá portar su dinero, efectuar pagos, o realizar transferencias mediante la aplicación. Tal y como explicaba Wired, realmente, y como demostración de las verdaderas intenciones del banco central sueco frente a las del gobierno chino, desde el Riksbank realmente se plantean este piloto como un “ejercicio masivo de diseño”, del cual se obtendrán valiosos datos y elementos de juicio para diseñar el futuro monetario y financiero del país nórdico. Entre las cuestiones cuasi-filosóficas que pretenden dilucidar tras estas pruebas está si conviene o no dejar que el dinero sea privatizado, aunque sea con monedas descentralizadas y aparentemente libres (correremos un tupido velo sobre la manipulación masiva que ha habido en la burbuja de Bitcoin por parte de un única mano fuerte), y en caso de que las conclusiones arrojaran que ése es el modelo idóneo a adoptar total o parcialmente, cómo habrían de regularlo. En Suecia realmente las opciones están abiertas, demostrando que sólo persiguen encontrar la mejor solución de futuro, y que no tienen ciertos objetivos hiper-vigilantes pre-fijados.
Y entre los menos versados en cripto-economía, tal vez algunos cometan un error de concepto con la propia definición de cripto-moneda, por el que asuman incorrectamente que, por el mero hecho de adoptar una cripto-moneda, las implicaciones ya son idénticas para todo país que adopte una propia, poniendo al mismo nivel tanto a China como Suecia. Esto realmente no es así, pues una cripto-moneda como tal es básicamente un software, y como con todo software su diseño, su arquitectura, y su implementación admiten un gran grado del flexibilidad y variabilidad, lo cual implica que perfectamente puede haber cripto-monedas diseñadas para hiper-vigilar y controlar totalitariamente el sistema financiero, y otras diseñadas con otros objetivos más garantistas y abiertos a régimenes de libertades como el europeo.
Pero si no ha sido el objetivo de la hiper-vigilancia, ¿Qué es lo que ha conseguido que los suecos se lancen a abrazar la idea de una cripto-moneda soberana?
La clara demostración de que las motivaciones suecas son muy distintas a las chinas es que hay un claro punto de inflexión en el debate, que ya existía desde hace años en el país, sobre la conveniencia de dar el salto al una “sociedad sin efectivo”; y tuvo como desencadenante un hecho muy concreto. Es conocido por casi todos el constructivo pavor y profundo desasosiego social que, en general, provocan en los países nórdicos tanto la delincuencia como cualquier actividad censurable o ilegal. Por eso no es de extrañar que haya sido precisamente un acto delictivo con gran resonancia nacional lo que haya inclinado definitivamente aquellas discusiones entre los defensores y los detractores de digitalizar totalmente el dinero.
Fue en pleno debate nacional, allá por 2009, cuando en Estocolmo asistieron a un robo de esos que, a pesar de ser 100% reales, parecen propios de una auténtica película. Como relataba Wired en su enlace anterior, unos delincuentes robaron un helicóptero con el que, en medio de la noche, ese grupo que sólo podía ser de élite voló hasta un distrito industrial en el sudoeste de Estocolmo. Allí aterrizaron sobre el tejado de las oficinas de la empresa británica G4S, y procedieron armados con Kalashnikovs al asalto de la cantidad que dicha empresa atesoraba en efectivo, y que ascendía a la astronómica cantidad de 6 millones de euros. La huida fue tan profesional, planificada, y de película como el propio asalto, y la policía no logró atrapar a los entrenados delincuentes porque éstos contaban con cómplices para su huida, que en tierra habían esparcido clavos por diversas rutas terrestres esenciales para la persecución, y además habían colocado explosivos falsos en diversos helicópteros policiales para que no pudiesen ser inmediatamente utilizados. Los delincuentes del conocido como suceso Västberga huyeron con su botín, y el asunto se saldó con apenas unas pocas detenciones sin mayor relevancia. Como caldo de cultivo propicio para hacer dar el giro al parecer de los suecos hacia la “criptonización” masiva de su sistema financiero, hay que decir además que éste no fue un suceso aislado, y que en aquellos años hubo una auténtica ola de atracos y delitos en toda Suecia que tenían como móvil al que ya se empezaba a ver como obsoleto y peligroso dinero físico.
Pero como suele ocurrir en Socioeconomía, a menudo los cambios importantes no tienen un único desencadenante, sino que hay tras ellos una serie de coincidencias. A la inseguridad e indignación profundas que a todo noreuropeo le producen la delincuencia y el lado oscuro, se sumó otro poderoso catalizador para la adopción de otro tipo de dinero público. En el debate nacional sueco también tuvo su peso el convencimiento por parte de muchos dirigentes y ciudadanos de que, en el mundo actual, la economía está demasiado dirigida y en manos del sector financiero. Esta percepción se exacerbó a raíz de la funesta crisis subprime acontecida con la escandalosa caída de Lehman Brothers, y por la cual además sorprendentemente (casi) ningún responsable de tamaño desastre pagó los numerosos platos rotos (y eso que se rompió literalmente toda la vajilla). Al igual que otros actos del lado oscuro de nuestras socioeconomías, este hecho tampoco pasó por desapercibido a las cultas y críticas mentes suecas, especialmente en un país con una amplia (y habría que analizar si incluso excesiva) cultura estatalista. Una cripto-moneda soberana efectivamente es vista allí como una potencial forma de devolver a los ciudadanos (como conjunto en un país democrático) el poder sobre sus finanzas y sobre su economía, arrebatándoselo a la banca y a las grandes entidades financieras.
El hecho de que este tipo de anuncio monetario haya sido hecho a nivel mundial por primera vez por dos países tan distantes socioeconómicamente como son China y Suecia puede revelar que en este asunto también tengan en común más de lo que podría parecer a primera vista. El hecho es que, en ambos países, la trazabilidad absoluta del dinero es un objetivo a conseguir, aunque realmente lo es por motivos diametralmente opuestos en cada caso. En China su nueva cripto-moneda no se concibe más que como una extensión más del totalitarismo económico que el Partido Comunista Chino ejerce sobre la economía. Por el contrario, en Suecia lo que persiguen es reducir la corrupción, la delincuencia, y ese dinero negro que culturalmente en la Europa del Norte está socialmente muy mal visto. ¡Ojalá pudiésemos decir algo parecido de esa España donde la gente tanto se queja de la corrupción, pero que luego en cuanto tienen ocasión no dudan en “ahorrarse” el IVA haciendo una transacción sin la debida factura! Y que conste que un servidor no entra nunca en el debate de si “impuestos altos o impuestos bajos”, sino más bien en que los impuestos deben ser eficaz y eficientemente utilizados, pero que si hay algo de ellos con lo que no se está de acuerdo, la solución no está en defraudar, sino en votar para cambiar el modelo.
El problema aquí es que hay no pocos ciudadanos que creen que las carreteras, los hospitales y los colegios se construyen de la nada, o que, en todo caso, quieren que sean construidos y que sean sufragados pero sólo con el dinero de los demás, y que ellos el dinero propio ennegrecido se lo puedan gastar en gambones a la plancha… obviamente pagados en efectivo para no dejar rastro de un tren de vida que les delataría. Desde aquí nunca renunciaremos al ideal de que, si hay reglas (también las fiscales), éstas deben ser iguales para todos, y si esas reglas no gustasen a la mayoría, pues como decíamos habría que cambiarlas. Los suecos lo tienen claro, y por eso quieren arrinconar todo lo posible al dinero negro y a sus poseedores… Habría que ver si en España una iniciativa así podría acabar siquiera siendo planteada, puesto que siempre demasiados políticos son los primeros interesados en que su dinero no pueda ser trazado: una vez más, sería algo (bueno) que sólo nos podría venir impuesto desde Europa con el cripto-Euro. A ver qué se inventan para soslayarlo… éste es sin duda el I+D nacional más opaco y sombrío… Terrible realidad (y conciencias).
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