Con el débil Informe sobre el empleo entregado el viernes en Estados Unidos y los problemas de su deuda, la deflación a gran escala continuará. Los problemas en Europa y las precarias condiciones de los mercados financieros, seguirán acentuando la caída de las bolsas y con ello agravando la crisis. Como señala un informe de Global Research, se ha llegado a un punto de desesperación financiera. La situación del empleo en Estados Unidos lo demuestra: de los 430.000 empleos creados en mayo, 410.000 empleos corresponden a empleo público y de carácter temporal: se encargarán de un Censo que se realizará en las próximas semanas.
Por eso que desde una perspectiva realista nuestro presente se relaciona con las fuerzas deflacionarias de la economía mundial, que son potencialmente destructoras. Y a diferencia de los Estados Unidos, que puede ampliar la oferta de dólares con relativa facilidad para evitar la deflación masiva, a Europa, con el euro, le es más difícil ya que cada miembro de la Unión Europea tiene su propia política fiscal y de gasto público. Un gasto público que además, y a pedido del FMI, el BCE, y ahora el G-20, se está reduciendo. Es decir, se aplican todas las políticas que fortalecen la deflación, el desempleo y el decrecimiento, sumergiendo a la economía global en una espiral altamente perversa.
Si hasta este momento la crisis se había mantenido en el hemisferio norte, los recortes de gasto que ha comenzado a aplicar China llevarán la crisis a los países del hemisferio sur. El pinchazo dado por China a su burbuja inmobiliaria para controlar la compra de viviendas, ha desacelerado el crecimiento del gigante asiático y con ello la caída en la demanda de materias primas. Dos meses de descenso cumplen en las bolsas el cobre, el maíz y otros productos alimenticios. Como lo hemos advertido, la recuperación fue solo un espejismo. Lo real es que nos acercamos a una nueva inmersión global. Como señalamos en su momento, no es la luz al final del túnel, es un tren que se aproxima
Gran parte de esta inmersión es producto de la cuantiosa deuda pública de Estados Unidos, que esta semana, según el Departamento del Tesoro, llegó a US$13.050.826.460.886,97 (13 billones de dólares). Si quiere tener una idea de cuánto es un billón de dólares, piense que gastando un millón de dólares diarios, necesitaría 2.740 años, multiplíquelo ahora por 13. Piense ahora que la deuda fiscal representa solo la cuarta parte de la deuda total de Estados Unidos, que supera los 50 billones de dólares. Esta es la deuda que tiene a la economía global colapsada. Es una deuda insostenible y que altera todo el equilibrio mundial.
En El Blog Salmón | No es la luz al final del túnel, es un tren que se aproxima, A toda velocidad al nuevo desplome global, ¿Hay burbuja inmobiliaria en China?