La Renta Básica de Emancipación fue un plan del actual gobierno a través del Ministerio de Vivienda por el que los jóvenes entre 22 y 30 años recibían una ayuda de 210 euros al mes en caso de que tuvieran una casa en alquiler. Una medida que fue bien recibida ya que no sólo fomentaba el alquiler sino que además ayudaba a muchos jóvenes que deseaban independizarse una ayuda significativa para ello.
La idea inicial de éste plan es que una vez que lo empezara a recibir el joven, sólo podía cancelarse si: el joven superaba un nivel de ingresos determinado, si pasaba los 30 años de edad o si se superaban los 4 años de recibir ésta prestación. Un ejemplo de un joven de 25 años que la haya empezado a recibir en septiembre del 2008, como máximo la recibirá hasta septiembre del 2012.
Cuando parecía que el plan estaba totalmente adecuado a las necesidades, que funcionaba y que además se habían apuntado un montón de jóvenes con lo que se denotaba la buena imagen de la propuesta, se empieza a observar una saturación muy importante del sistema de tramitación, con lo que actualmente más de 100.000 jóvenes sólo en la Comunidad de Madrid están esperando, una vez ya aceptadas sus ayudas, a que el Estado empiece a pagarles sus 210 euros mensuales.
Los problemas sobre todo difieren de lo complejo del sistema instaurado que ha llegado a provocar que un alto porcentaje de peticiones no pasen del primer estadio a los siguientes a pesar de su posible resolución positiva. El paso más crítico en donde se está haciendo un cuello de botella es cuando cada comunidad autónoma le manda la información positiva de los alquileres, que es entonces cuando este le pide a los jóvenes mediante un escrito que para terminar de certificar esta ayuda acudan a su banco habitual para que a través de este se realice el pago.
La realidad de todo este entramado de papeleo es que demuestra una vez más que puede haber ideas de política monetaria, fiscal, de rentas, etc muy buenas, pero si la administración no es lo suficientemente ágil para llevar a cabo todas las peticiones de las distintas iniciativas nunca estas serán capaces de tener una repercusión real en la economía doméstica o economía real de cada unos de los agentes económicos que componemos la economía.
En definitiva esperemos que el Ministerio de Vivienda puede aligerar un poco los trámites por que en el conjunto de toda España son aproximadamente 230.000 jóvenes los que están esperando a que esta ayuda les llegue de forma mensual a sus cuentas bancarias.
Imagen | RudeWork
Fuente | finanzas.com