¿Qué propone Trump para su segundo mandato?

¿Qué propone Trump para su segundo mandato?
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El próximo 3 de noviembre Trump se enfrenta a su reelección como presidente de los Estados Unidos. Siempre son relevantes estas elecciones por su papel dominante en la economía global, sin embargo, en medio de la recesión global por la pandemia del Covid-19, adquieren una mayor importancia.

Las actuales previsiones del FMI apuntan a que en 2020 el PIB global viviría una contracción del 4,4% y que Estados Unidos sufriría una recesión del 4,3%, lejos del impacto económico en la Eurozona pronosticado en el 8,3%.

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Comparativamente el varapalo económico no es el peor entre los países desarrollados, pero supone un gran reto económico de cara al futuro. En los próximos trimestres existe un manto de incertidumbre importante debido a la naturaleza del virus, los confinamientos más y menos intensos y la espera para la vacuna efectiva.

Por ello, es de vital importancia conocer el programa que pretende desarrollar Donald Trump si finalmente consigue ser reelegido en representación de la candidatura republicana.

Combatir al coronavirus: Prometiendo la vacuna

La acción contra la pandemia es uno de los ejes centrales de la campaña electoral de Estados Unidos. Hasta ahora, no podemos calificar que la gestión de la pandemia se haya realizado con mucho éxito. La población de Estados Unidos representa el 4% de la población mundial y, por su parte, representa el 23% de los casos de coronavirus y el 21% de las muertes registradas.

En esta pandemia, la administración Trump cometió el error de minimizar la amenaza del virus durante los primeros días. No proporcionó suficientes pruebas para saber cómo se estaba propagando el virus y Trump se enfrentó a los gobernadores por la necesidad de equipos de protección.

La maquinaria económica de Estados Unidos se puso en marcha para dar respuesta a la pandemia. La Reserva Federal prometió un programa de 7,1 billones de dólares de los cuales se ha desembolsado 2,4 billones y un apoyo fiscal contenido en seis leyes aprobadas por el Congreso que movilizan un importe de 4,1 billones de dólares y ya se han gastado 2,3 billones en el gasto para el desempleo, mayor gasto en Medicaid y el Programa de Protección de Cheques de Pago (programa de préstamos diseñado para ayudar a las pequeñas empresas).

A partir de aquí, Trump promete desarrollar una vacuna para finales de 2020, que se regrese a la normalidad en 2021, fabricar todos los medicamentos son suministros esenciales para los trabajadores del sector sanitario en Estados Unidos y la preparación para futuras pandemias.

Suma y sigue con el déficit

Estados Unidos ha entrado en una normalidad de déficits estructurales elevados en los últimos años. La enorme y creciente deuda estadounidense amenaza con desacelerar el ritmo de crecimiento económico pero no supone ningún problema que modifique su perfil de rating.

Trump no pretende desviar esta senda de más deuda. Según el Comité para la Responsabilidad Federal del Presupuesto, con el programa económico planteado por Donald Trump se incurría en un incremento de la deuda de 4,95 billones de dólares en los próximos 10 años. Dicho esto, la alternativa del exvicepresidente Biden sería aún peor, con un incremento de deuda de 5,60 billones de dólares.

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Con la propuesta de Trump, veríamos que la ratio de deuda pública sobre PIB se elevaría hasta al 125% en 2030 y con Biden al frente al 127% del PIB.

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Debemos de tener muy en cuenta que en el momento de analizar la evolución de la deuda pública estadounidense, Hay una variable muy importante y es la predominancia del dólar en el papel mundial. Debido a que es la divisa por excelencia existe una demanda recurrente en dólares, y el activo para ofrecer rentabilidad a esos dólares es la deuda pública estadounidense. De ahí, que no exista un verdadero problema con los abultados déficits.

El plan Trump es pura deuda en la próxima década. Incluye 5,45 billones de dólares destinados al plan de inversión en infraestructura y una política de mantener la reducción de impuestos impulsada. Como contrapeso, parcialmente se trata de compensar ​​con 750.000 millones de ahorros.

Por la parte de infraestructura, se moviliza un total de 2 billones de dólares en la agenda 2021-2030. Y es que el candidato republicano tiene como objetivo "construir el mayor sistema de infraestructura del mundo", "ganar la carrera hacia la 5G" y "continuar liderando el mundo en el acceso al agua potable y al aire más limpios".

Biden va en la misma línea pero aportando un billón de dólares más que Trump en este período que se divide en dos planes: el Plan Biden para una revolución de energía limpia y justicia ambiental (1,70 billones de dólares) e invertir en la competitividad de la clase media (1,30 billones).

El otro gran responsable del déficit de Trump es la bajada de impuestos. Se apuesta por extender la reforma fiscal que se llevó a cabo en 2017. Si nos ponemos en antecedentes, al inicio de su mandato Trump impulsó la Ley de Reducción de Impuestos y Empleos que llevó a que el impuesto de sociedades cayera del 35% al 21% y rebajó y simplificó los tramos impositivos al impuesto de la renta. Además, se apuesta por la reducción de los impuestos sobre las rentas del capital pasando de una tasa del 23,8% al 15%, que estaría en enmarcados dentro de un recorte de impuestos del 10% para los contribuyentes de ingresos medios.

Todo lo contrario que está prometiendo Biden, que pretende incrementar los impuestos aquellos estadounidenses que ganen más de 400.000 dólares anuales vía la Seguridad Social, restaurar la tasa impositiva máxima del 37 % al 39,6%. El 75% de las cargas fiscales de Biden van dirigidas al "1%" más rico de los estadounidenses.

Hay otros gastos llamativos en el ámbito de defensa para Trump. Y es que volvemos a la conquista del espacio. La campaña de Trump ha pedido la construcción de la Fuerza Espacial -una nueva rama del ejército estadounidense-, establecer una presencia permanente en la luna y el envío de una misión tripulada a Marte. Todo ello implicaría la utilización de 0,65 billones de dólares.

La guerra comercial contra China

En último lugar, China, uno de los elementos que marcaron las elecciones pasadas y que en esta legislatura han sido protagonistas de la guerra comercial siguen teniendo una gran relevancia en la política exterior si Trump es reelegido.

Hemos visto que dos años de intercambios de "golpes arancelarios" han llevado a una intensa disminución de los flujos comerciales entre los dos países. Una política que no parece que haya tenido mucho éxito porque, según el Banco de la Reserva Federal de Nueva York, casi todos los costes de los altos aranceles de importación fueron asumidos por las empresas y los consumidores estadounidenses.

Si vamos a los datos, el superávit comercial mensual de China con los Estados Unidos ha sido en promedio de unos 27.000 millones de dólares desde julio de 2018, frente a un promedio de 21.000 millones de dólares en los cinco años anteriores. De hecho, el déficit comercial ha aumentado de 41.000 millones de dólares al mes a 48.400 millones de dólares en el mismo período.

El único logro de los aranceles fue forzar a China a salir del mercado estadounidense. China ha perdido casi 2 puntos porcentuales de su cuota de importaciones entre 2017 y 2019.

Pero Trump no se detiene... Los objetivos de la agenda para su segundo mandato incluyen el compromiso de "recuperar 1 millón de puestos de trabajo de fabricación en China", y evitar contratos federales con empresas que subcontratan a China.

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