En estas páginas hace poco hablamos del intento por parte de Telefónica de España de convencer a su socio, Portugal Telecom (PT), de vender su parte de la empresa telefónica de Brasil que controlan conjuntamente, Vivo.
Los alto directivos de PT inmediatamente designaron este intento de compra como hostil que, como he hablado en estas páginas, quiere decir que estos están en contra de la venta. Al final, los directivos de PT tuvieron que aceptar un voto de sus accionistas, algo que no querían hacer. Increíblemente, aquí tenemos los directivos de una empresa haciendo todo lo que estaba en sus manos para impedir que sus propios accionistas puedan decidir sobre una operación que les concierne directamente a ellos.
Aunque les forzaron a permitir un voto a sus accionistas, los propietarios de la empresa y jefes de los directivos, como estos no querían vender, iniciaron una campaña para minar los derechos de sus accionistas.
Estas campañas de directivos contra sus accionistas suelen seguir el mismo camino que es el de convencer a los gobiernos, donde están enchufados, a tomar decisiones en contra del deber de los gobiernos, de mantenerse alejado del día día de las actividades de la empresa, y casi nunca falla el argumento de que es importante proteger el campeón nacional. Puede ser una empresa telefónica, como en este caso, o eléctrica, banco e, incluso de alimentación y de restauración, y pocos países están exentos.
Pues resulta que mantener una inversión minoritaria en una empresa telefónica en Brasil es importante para proteger el campeon nacional portugués. Los accionistas de PT tuvieron su voto con el 73,9% de los accionistas de PT votando en favor de la venta de Vivo a Telefónica y eso es cuando el gobierno portugués entró para obstaculizar la operación.
Las presiones del gobierno portugués causaron que Telefónica retirara su oferta que, aunque puede que sea una maniobra temporal, así lo anunciaron. Como vemos en el cuadro, con este anuncio las acciones de PT bajaron casi un 8%.
Ahora los accionistas deben denunciar a su gobierno pidiendo el 8% de sus inversiones, lo que han perdido y, por qué no, una multa adicional por meterse donde no les han llamado los propietarios de la empresa. Además, la Comisión Europea debe multar al gobierno portugués por meterse en una operación entre una empresa europea privada y otra empresa europea privada, en contra de las reglas europeas.
Vía | Europa Press y BBC Mundo
En El Blog Salmón | Portugal quiere proteger su campeón nacional y Las buenas jugadas de Telefónica en su pelea con Portugal Telecom