El sector financiero es más especial

El sector financiero es más especial
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Como ha comentado en estas páginas mi compañero Marco Antonio, gran parte de las ayudas multimillonarias a AIG, la empresa de seguro estadounidense, han ido destinadas para permitirla cumplir las obligaciones adquiridas en sus negocios alrededor del mundo.

Por aspectos mas bien políticos, se resalta que gran parte de estas obligaciones y de sus pagos fueron a entidades no estadounidenses, ya que es fácil criticar que el continuyente estadounidense está salvando a las entidades extranjeras.

AIG es un grupo que trabaja a nivel internacional en un sector financiero que es muy internacional y, como tal, adquiere compromisos a nivel internacional y, si quiere hacer negocios internacionales, debe hacer frente a las obligaciones, estén donde estén.

El caso de AIG y la información sobre sus pagos alrededor del mundo confirma una vez más que el sector financiero es más especial, por su efecto multiplicador, explicado en estas páginas, y porque su funcionamiento se basa en la confianza que las entidades tienen entre ellas.

Hace tiempo hablé de la forma de ver si las medidas de ayuda eran exitosas. Entonces dije lo siguiente:

...si hay o no colas en los bancos de depositantes buscando sacar su dinero, y si los bancos comienzan a prestarse liquidez entre ellos de forma diaria.

El primero se zanjó de forma relativamente rápida y simple, subiendo las garantías de depósitos que los gobiernos ofrecían a los depositantes a través de los fondos de garantías de depósitos. Estas medidas aseguraron que se limitarían las colas en los bancos con personas ansiosas de sacar su dinero.

Lo que vemos con AIG es que el segundo de estos objetivos es decisivo y justifica algunas de las ayudas que los bancos han recibido para reforzar la confianza del sistema financiero internacional y muy especialmente, la confianza entre las entidades financieras.

La dificultad era que no se sabía la extensión de las obligaciones entre ellos, quiénes estaban más expuestos, especialmente a activos malos o menos líquidos y si estas exposiciones estaban o no bien cubiertas con los niveles adecuados de capital y, especialmente, de liquidez.

Otra cosa son las formas equivocadas que se utilizaron para efectuar estas ayudas y la falta de condiciones impuestas a los bancos que recibieron ayudas, especialmente en la necesidad de mantener liquidez al tejido industrial de las economías. Formas que hemos criticado en estas páginas reiteradamente.

Aceptamos la necesidad de algunas ayudas para el sistema financiero, pero saltar de esto al despilfarro total de las ayudas a cualquier empresa que grite que lo necesita es otra cosa. Este salto es muy equivocado y muy peligroso.

En El Blog Salmón | Bancos europeos "beneficiados" por el rescate y ¿Cómo se mide si los planes de apoyo financieros tienen éxito?

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