En Filipinas el gobierno está proporcionando una formación muy específica a las jóvenes filipinas que lo desean, les está enseñando a realizar las tareas domésticas de un hogar moderno en un hogar más pudiente cuando emigren al extranjero. En definitiva, el gobierno filipino está educando emigrantes.
Por un lado en Filipinas afirman que muchas veces las chicas son golpeadas o insultadas por no realizar adecuadamente su trabajo. De ese modo intentan que estén preparadas para mantener un hogar moderno sin problemas. Visto así parece muy humano, aunque tengo mis dudas sobre la efectividad y humanidad de estas medidas.
Por otro, los emigrantes son fundamentales en la economía filipina. Una de cada diez personas en edad de trabajar lo hace en el extranjero y las remesas suponen el 12% del PIB del país. Desde un punto de vista económico parece normal que hagan esto.
En cambio a veces parece que esta estrategia es la que se ha decidido por parte de nuestros gobernantes durante las últimas décadas, al permitir la fuga de cerebros. Es como si se hubiera asumido desde la posguerra que parte los españoles tenían que emigrar.
La diferencia es que los emigrantes españoles no suelen enviar remesas a su familia aquí. Por tanto su partida no beneficia a nuestra economía. Se deberían de plantear su estrategia algunos de nuestros dirigentes, porque no les importa mucho que el talento se vaya.
Vía | La Razón
Imagen | Antonio Tajuelo