La cara B del sistema bail-in de rescate bancario: afectados por el Popular

La cara B del sistema bail-in de rescate bancario: afectados por el Popular
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Tras el hundimiento del Banco Popular, el sexto banco español, se esconden muchos dramas debido a que los accionistas y bonitas de la entidad lo han perdido todo. De un día para otro, la valoración de acciones y otros instrumentos ha quedado reducida a cero.

En concreto, más de 300.000 accionistas del Banco Popular han sufrido las consecuencias de la mala gestión y del nuevo sistema de rescate bail-in que ha sido inaugurado con esta entidad española.

En los últimos días hemos visto incluso casos particulares estremecedores, como el de una mujer que entraba en su oficina del Banco Popular y empezaba a expresar su descontento contra la entidad "Hemos perdido un millón de euros, lo hemos perdido todo, y tú me dices que no pasa nada, que llamas a la policía!".

¿Cuánto han perdido los afectados?

En primer lugar tenemos a los accionistas que son los propietarios de la entidad como perjudicados de la resolución del Popular. Un día antes de la intervención, la capitalización bursátil del Popular era de 1.330 millones de euros. Esta cifra que se había debilitado, tras las fuertes caídas en las sesiones previas y experimentó una debacle desde inicios del año de más del 60%.

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Pero hay más... ¿Recuerdan los CoCos? Los CoCos o Capital Adicional de Nivel 1 (AT1 en inglés) son aquellas emisiones híbridas con características vinculadas a la deuda (pagan un interés al inversor) y también de capital (con capacidad de absorción de pérdidas).

Los CoCos del Popular estaban valorados en 1.250 millones de euros, correspondientes a 500 millones en emisiones del año 2013 y 750 millones de las emisiones de 2015. Dado que son instrumentos que absorben las pérdidas, los titulares se quedaron sin valor de un día para otro.

También tenemos la llamada deuda subordinada correspondiente al Tier 2. Estos bonos son habitualmente emitidos por las entidades y ofrecen una rentabilidad explícita mayor a otros instrumentos de deuda. Esta mayor rentabilidad tiene contrapartida... Pues los titulares aceptan perder capacidad de cobro en caso de extinción y posterior liquidación de la sociedad, pues queda subordinado el pago frente a los acreedores ordinarios.

La deuda subordinada del Popular, dado que son pasivos admisibles, también pasó a establecerse como capital y se borraron 684 millones de euros y otros 100 millones correspondientes a otros instrumentos.

¿Qué se ha conseguido evitar con el sistema bail-in?

Las manos privadas son aquellas que deben responsabilizarse en el momento de afrontar las pérdidas de una entidad quebrada, esa es la premisa base de crear un sistema de rescate bail-in. Es decir, si en una entidad se privatizan los beneficios, lo lógico es que también lo hagan las pérdidas.

El actual sistema de rescate bail-in establece una jerarquía clara de pasivos que serán utilizados en la cobertura de las necesidades del banco en resolución, empezando por los instrumentos de capital y siguiendo con la deuda subordinada, la deuda sénior y los depósitos no asegurados de empresas (aquellos por encima de los 100.000 euros), y finalmente los depósitos de pymes y personas físicas que superen dicha cantidad.

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Rescatando el Banco Popular mediante el sistema bail-in, se consigue proporcionar estabilidad financiera dentro de la banca española. Eso se traduce en una menor volatilidad en las cotizaciones y una menor incertidumbre que afectaría al riesgo país y por lo tanto, a los intereses para financiar los presupuestos.

Los depositantes es otro de los colectivos que se debía proteger. Según los datos, el volumen de depósitos de la entidad era de 60.347 millones de euros, de los que 35.450 millones ya estaban cubiertos por el Fondo de Garantía de Depósitos porque su importe era inferior a 100.000 euros.

Pero en especial, a quién se ha protegido ha sido a los contribuyentes pues no se han responsabilizado de este rescate como sí ocurrió con las Cajas de Ahorros. Pues parece ser que se ha aprendido la lección, los contribuyentes no deben responsabilizarse de las decisiones de gestión de una empresa privada, pues los incentivos vinculados a socializar pérdidas incentivan la mala gestión.

Causas que condicionaron el nacimiento del Bail-in

La crisis europea ha demostrado que la UE carecía de instrumentos adecuados para responder de manera eficaz a todos aquellos problemas vinculados en la solidez o el peligro de inviabilidad de muchas de las entidades financieras.

En ese contexto quedaron en evidencia las vergüenzas de la UE, pues los procedimientos para resolver las crisis de entidades financieras no estaban armonizados. Teníamos considerables diferencias de fondo y de procedimiento entre las leyes, normas y disposiciones administrativas que regulaban la insolvencia de las entidades en los Estados miembros.

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Se puso de manifiesto que los procedimientos generales en materia de insolvencia no eran siempre apropiados para las entidades, dado que no garantizaban una celeridad suficiente en la intervención de una entidad.

Los costes directos e indirectos de la crisis financiera para los contribuyentes europeos fueron muy elevados y la necesidad de contar con mecanismos que en el futuro debían limitar la participación del sector público en la resolución o liquidación de entidades.

En España, la factura del rescate de las Cajas de Ahorro ha sido de 60.718 millones de euros (cifras del Tribunal de Cuentas), siendo Catalunya Caixa y Bankia las que más recursos han captado con 12.676 y 12.347 millones de euros respectivamente.

El principal componente del coste del rescate de las entidades financieras españolas fue el derivado de las aportaciones al capital y cuotas participativas (46.021 millones de euros).

Por todo ello, se necesitaba un marco de actuación nuevo que dotara a las autoridades de los instrumentos creíbles para intervenir con la suficiente antelación y agilidad con el objetivo de que las entidades siguieran dando continuidad a sus funciones y que al mismo tiempo, no impactaran contra el sistema económico-financiero.

El comportamiento del inversor minoritario, responsabilidad en sus inversiones

Sin duda, en el rescate del Popular han perdido muchos inversores. Existe un dato muy relevante y es que el 77% de los empleados del Banco Popular eran accionistas, hasta acaparar el 4,3% del capital de la entidad.

Sin embargo, es oportuno conocer que los inversores deben diversificar como principio de supervivencia en el mercado. Tener una cartera amplia de valores, un fondo de inversión o bien un ETF sobre un índice es la mejor manera de combatir el riesgo específico de las acciones.

Es toda una temeridad que un inversor mantenga la totalidad de su cartera de inversiones en tan sólo un valor y más, si éste es un valor como lo era el Banco Popular, con dudas razonables para que pudiera seguir adelante. Por lo que todos los accionistas que sobreponderaron este valor en su cartera eran responsables finalistas de la pérdida experimentada.

Todo ello, no implica que la dirección del Popular no haya mentido a sus inversores en sus cuentas, ni que la última ampliación de Popular de 2.500 millones de euros no se informara adecuadamente de la situación real de la entidad ni de las provisiones pendientes que se debían contabilizar.

Sin embargo, toda esta cuestión se examinará tras la demanda colectiva que ya se ha impulsado y se dilatará en el tiempo y se desconoce cuál será el resultado... Por lo que diversificar es la principal misión del inversor para no caer en la ruina.

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