Hay compañías que innovan tecnológicamente, compañías tecnológicas, compañías que llevan la innovación y la tecnología en su ADN, y luego ya está Netflix. Tal vez a ustedes Netflix sólo les evoque cine o series en casa un domingo por la tarde de palomitas y manta en el sofá, pero posiblemente no sean conscientes de todo lo que hay detrás de su pantalla, en los CPDs de esta disruptora compañía. Netflix ha sido una de esas compañías que literalmente ha inventado el futuro, o más bien “su” futuro. Tenía una idea preclara de cómo debía ser el consumo de material televisivo y cinematográfico del futuro, y diseñó una rompedora arquitectura tecnológica que diese soporte a todos esos servicios que quería ofrecer a sus clientes.
Implementó su citada arquitectura innovando sin límites, y siendo la envidia del sector y del panorama tecnológico en general, hasta tal punto que se ha convertido en Estados Unidos en la meca del empleo técnico, en la que hasta los perfiles técnicos más reputados se mueren por trabajar. Pero no sólo de tecnología va la cosa, Netflix también ha revolucionado la manera en que usted consume series y películas, hasta el punto de que puede llevar hasta sus pantallas mucho contenido de éxito, además de ser una auténtica máquina de lanzar a la fama series de bajo presupuesto y de gran impacto (a priori insospechado para la industria). Hoy analizamos para ustedes cómo Netflix se ha convertido en la rompedora empresa que es, y cómo puede ofrecerle a usted tantas series de éxito.
De los DVDs en las estanterías de videoclub de Blockbuster a las películas y series por streaming desde el salón de su casa
Netflix nació con la idea de revolucionar la forma en que consumimos material audiovisual, diseñó un nuevo concepto, le dotó de una plataforma tecnológica que literalmente inventó ella misma creando tendencia en el mercado IT, logró dar el servicio que pretendía inventando literalmente el futuro del sector, y acabó desbancando (y sacando del tablero) a gigantes como la cadena de videoclubs Blockbuster. Todo en unos pocos lustros de recorrido en el que no sólo dio con el producto que los consumidores estaban buscando, sino que inventó un producto que todavía no sabíamos que queríamos.
Evidentemente el éxito de Netflix está en su gran capacidad tecnológica, pero también en su visionaria mercadotecnia. Pero no crean que Netflix ha sido un éxito fulgurante desde sus comienzos. Pueden leer sobre la progresión de esta compañía en este artículo publicado por la prestigiosa revista Wired con motivo de su 20 aniversario: sí, como leen, Netflix es una empresa que se creó allá por los noventa, con modelos de negocio basados en DVDs y con unas conexiones a internet muy rudimentarias y lentas. Su caso de éxito ha sido precisamente el saber reinventarse continuamente y sin ponerse ellos mismos a priori ningún límite, hasta alcanzar sus mayores cotas de éxito en los últimos años.
Pero entremos a analizar brevemente el componente tecnológico que le ha servido a Netflix de base fundamental para sustentar todo ese éxito y esos productos, tan bien concebidos y enfocados al mercado. Netflix ha apostado fuertemente por el software open-source (de código abierto), por el cual una parte importante del software que han desarrollado, para dar servicio con su plataforma, lo han puesto a disposición del público en general para que el que quiera lo pueda usar, modificar, o incluso mejorar: y he aquí, en este último factor, una de las principales ventajas para la propia Netflix, que ve como su propio software mejora gracias a la colaboración desinteresada de terceros, ello sin quitar ni un ápice mérito al compromiso de la compañía con una comunidad a la que quiere contribuir con su excelente y puntero software.
El diseño y la arquitectura IT como máximo exponente del servicio al cliente y del producto final
Netflix empezó innovando desde las premisas más fundamentales que sostenían la arquitectura tecnológica del momento. Por entonces, para lograr una buena disponibilidad y que los servidores no se cayesen dejando sin servicio a los clientes, la industria invertía ingentes cantidades de dinero en lograr clústers muy fiables que no se viniesen abajo en ningún momento. Pero Netflix empezó a innovar con arquitecturas que pasasen a invertir en el enfoque contrario: lograr que si un servidor se cae, que el servicio no se vea afectado. Con ello pasaron a desplegar arquitecturas de muchos nodos sencillos y de costes más reducidos, que pueden ser replicados fácilmente y puestos en servicio cuando otro nodo se viene abajo.
Como muestra de este compromiso, Netflix incluso puso en práctica metodologías de pruebas que eran el terror de otras compañías (incluso tecnológicas). Mientras que sufrir una caída no programada de servidores era el escenario a evitar y una pesadilla para cualquier departamento de IT, en Netflix, es habitual tirar abajo intencionadamente servidores, para ver qué pasa, y si efectivamente su arquitectura es suficientemente segura y sigue dando servicio. Esta práctica también la ponen en práctica otros gigantes del sector como Amazon Web Services, que puede llegar en sus pruebas a tirar abajo zonas de disponibilidad enteras. La regla es: más vale hacerlo nosotros aprendiendo a estar preparados para una eventualidad, a que ocurra en el momento más inesperado y que nos coja de improviso.
Otra característica fundamental de las arquitecturas tipo Netflix, ya más extendidas en el sector hoy en día tras la innovación por parte del gigante del streaming, son las arquitecturas serviciadas. En vez de incluir un mismo código n-mil veces en cada programa que la usa, lo suyo es poner una plataforma donde sea un servicio único que deba mantenerse y actualizar en un solo programa, y al que todos los demás programas que lo necesitan hagan llamadas. Esta arquitectura además permite tener una gran escalabilidad, un factor más que esencial en el mundo de hoy en día en el que la demanda de accesos desde internet puede ser masiva, y además verse sometida a patrones y picos tan espurios como puede ser el comportamiento de los consumidores al navegar por internet o al ver películas.
La escalabilidad es doblemente importante para un negocio como el de Netflix, puesto que el tráfico de video en streaming, que es su producto final, no sólo consume un alto ancho de banda en las autopistas de la información de internet por las que viaja hasta su televisor, sino que también supone una carga computacional muy muy alta en los servidores de “backend” donde se almacena, y que le sirven a usted su contenido bajo demanda. Por que se haga una idea de la gran carga que esto supone a nivel de infraestructura, tenga en cuenta lo que ocupa una película, y que cada minuto hay millones de clientes de Netflix viendo millones de películas distintas que empiezan a ser reproducidas en un momento diferente, y no admiten por lo tanto más que la opción de servir contenido de forma personalizada a cada cliente individualmente. Lo que Netflix ha conseguido, efectivamente, es una plataforma de tecnología punta.
Lo que Netflix deja para la (efímera) posteridad tecnológica y en pos de la comunidad
Cerraremos la parte más (livianamente) técnica de este análisis tan sólo citando algunos ejemplos de esas grandes e innovadoras arquitecturas que ha dejado Netflix como código abierto para la posteridad (paradójicamente siempre efímera en el mundo tecnológico, eso sí). En primer lugar hay que citar Eureka, cuyo código tienen aquí en Github. Como tal vez estén suponiendo, asumiendo el escenario tecnológico que les he introducido antes con innumerables nodos sencillos dando servicio “en conjunto” sin interrupciones, algo técnicamente muy difícil de gestionar es saber dónde hay que ejecutar o dónde se está ejecutando cada servicio de software llamado por otros programas. Esto es importante no sólo por poder volver a poner en ejecución un servicio que estaba activo en un nodo que se ha caído, sino también para tener escalabilidad y poder aumentar la potencia de la plataforma ante picos de demanda, con lo que hay que desplegar los servicios más utilizados en más nodos para dar más capacidad al sistema y no tener cuellos de botella que interrumpan o degraden la calidad de la última versión de Blade Runner cuando usted la está viendo.
Aquí entra en juego Eureka, que gestiona ese complejo escenario de qué se está ejecutando dónde, y lo que es más importante: dónde se deben ejecutar nuevos servicios a desplegar para escalar la plataforma y maximizar la disponibilidad de los servicios que, al final se traducen en dar un servicio ininterrumpido a los clientes. Tal vez todo esto les suene un poco abstracto, pero es la introducción a por qué Netflix supo ver que, estar viendo la última entrega de la saga de Star Wars en su punto álgido, y que se le cortase la película en el momento más inoportuno era un escenario desastroso para una plataforma de streaming. Con la tecnología anterior usted disfruta de sus emocionantes series y películas de principio a fin y sin interrupciones; como debe ser, y, haciendo de Eureka un open-source, Netflix deja en legado a la comunidad el mismísimo cerebro de su puntera arquitectura tecnológica.
Y por nombrar otro caso distinto de software de código abierto que deja Netflix a la comunidad, citaremos también Zuul, cuyo código tienen aquí en Github. Zuul es la segunda de las dos piezas de software que confieren a Netflix dos de sus mejores características técnicas, y también ha sido legado a la comunidad sin ánimo de lucro. Esta segunda característica primordial de Netflix es poder atender a sus millones de clientes de forma ágil y justo en el instante en que solicitan un nuevo servicio de streaming. Ahí entra en juego Zuul, que es el frontal al que se conectan los clientes de Netflix desde sus televisiones, y que hace de interfaz con todo el backend de servidores de Netflix, que son los que van a dar el servicio de streaming propiamente dicho.
Zuul es otra pieza clave porque gestionar las peticiones de tantos clientes, con picos de demanda muchas veces imprevistos, y con necesidades de escalado masivo, no es nada fácil. Así como Eureka organiza el escalado en los servidores de backend, con los que dan el servicio, Zuul organiza todo el acceso de los clientes a esos servidores y su correspondiente escalado. Son efectivamente dos capas distintas, la del acceso y la del servicio en sí mismo, y ambas requieren un escalado masivo pero con requerimientos distintos. En Zuul son importantes temas como la autenticación (saber quién es cada cliente y a qué tiene derecho de acceso), balanceo entre regiones (si se cae un datacenter entero, Zuul puede redirigir el servicio de los clientes que estaban en él a otra región que siga dando servicio), o pruebas de estrés para asegurar que el backend sigue “puesto a punto” y va a ser capaz de atender el próximo pico de demanda, etc.
Aparte de estas contribuciones de código abierto, por supuesto hay que tener en cuenta que hay más contribuciones de Netflix a la comunidad, y entre ellas están de forma especialmente reseñable las aportaciones a nivel personal de los empleados de Netflix en foros especializados y en la comunidad en general; comunidad con la que interaccionan y comparten esa excelente carrera profesional y conocimientos que están desarrollando en una empresa puntera a nivel mundial como Netflix.
Y todo este (algo) complejo escenario técnico es lo que hay detrás de su televisión para que usted pueda ver por streaming sus series y películas favoritas sin interrupciones. Puede parecerle que es matar moscas a cañonazos, pero no lo es en absoluto. En tecnología, las cosas que se hacen bien desde el principio acaban (generalmente) bien, y como mejor ejemplo tenemos el caso de gran éxito que Netflix ha demostrado ser: en la era de los servicios por internet, ya pasó el tiempo en el que los usuarios toleraban un servicio mediocre a cambio de disfrutar de nueva tecnología; hoy el usuario es más exigente que nunca. Y además, está la aplicabilidad de todos los avances y tecnologías que Netflix ha desarrollado, y que revierten sobre la comunidad, pudiendo servir para innovar en otros tantos sectores. Ésta es sin duda la mejor cara de la tecnología y del desarrollo colaborativo.
Y de la innovación tecnológica, Netflix pasó también a la innovación en recursos humanos
Pero Netflix no se ha limitado sólo a innovar tecnológicamente. Aunque ése no es el principal objeto de este análisis, no podemos dejar de citar que Netflix ha atraído el mejor talento del país gracias a que también ha innovado fuertemente en sus políticas de Recursos Humanos, y realmente esto también ha contribuido fuertemente a que le puedan llevar las mejores series y películas hasta sus televisores; pueden leer sobre ello en este revelador artículo del Hardvard Business Review. Una de las máximas de la compañía al respecto es confiar en sus empleados, y en que asumir que éstos tienen un "comportamiento adulto", por el que deciden en cada momento por sí mismos lo que más interesa a su compañía. Algunas de estas políticas de Recursos Humanos dejan pequeñas todas esas maravillas que se habla (o hablaba hasta hace unos pocos años) de empresas como Google.
Por ponerles un par de ejemplos, una de estas políticas es que un empleado se coja todas las vacaciones que uno considere apropiado en conjunción con su responsable. Otra política en ese mismo sentido del "comportamiento adulto" es la de dejar que las decisiones de los gastos corporativos recaigan sobre los propios empleados y sean evaluados por uno mismo: los resultados saltan a la vista con una evidente reducción de esos gastos.
Desde Recursos Humanos de Netflix también incluso animan a sus empleados por ejemplo a hablar con headhunters de la competencia, y que la oferta económica que les hagan que se la digan para así asegurarse de que sus retribuciones están en todo momento en línea con el mercado, y que el talento no se les vaya a ir por ese motivo: no quieren ser una compañía que simplemente retiene un talento "rehén", sino ser la compañía en la que el talento quiere trabajar. Un cambio clave de perspectiva para poder ser una compañía innovadora de verdad, para lo cual tener talento en plantilla es esencial.
Y Netflix se ha servido de la tecnología como catalizador para finalmente innovar en mercadotecnia
Y Netflix además se ha servido de esa innovación tecnológica para innovar en otros campos. Netflix también ha innovado en aspectos que están íntimamente relacionados con la más pura mercadotecnia. Una demostración más de eso que les digo siempre de que la tecnología debe estar en el ADN de toda empresa que aspire a algún tipo de futuro, puesto que hoy en día más que nunca, lo servicios, productos y calidad que se ofrece a los clientes dependen fuertemente de la tecnología que subyace por debajo. Así ha sido en el caso de Netflix, convertida por méritos propios en uno de los paradigmas empresariales y tecnológicos de los últimos años.
Una de las innovaciones puramente de mercado que ha traído Netflix al sector audiovisual ha sido cómo recientemente se ha lanzado (con éxito) a producir contenido propio, como pueden leer en esta noticia de Wired. Lo que para algunos tal vez no resulte demasiado significativo y sea una evolución natural, no lo es para un sector cinematográfico que se dividía tradicionalmente entre las todopoderosas productoras (principalmente de Hollywood) por un lado, que creaban el producto, y las distribuidoras y los grupos mediáticos, que ponían en antena(o pantalla) esos productos. Netflix ha roto definitivamente esa barrera sectorial, y ha empezado a ser un todo en sí misma, con producciones propias de éxito (y de calidad) como han sido “Stranger Things” o “Las Chicas del Cable”.
Y entrando a hablar de este tipo de producciones propias, aquí podemos sacar a relucir el segundo aspecto más disruptor que Netflix a traído al sector del entretenimiento. ¿Han reparado en que, tomando los dos ejemplos anteriores, se trata de producciones de bajo coste y que han tenido aún así un gran éxito? ¿No les parece el dorado de de las tradicionales productoras poner en el mercado productos baratos de producir, y que además sean un éxito rotundo de ventas? ¿Por qué coincide que Netflix suele conseguir fácilmente este tipo de éxitos tan ocasionales y difíciles de prever para los jugadores tradicionales?
Esta reincidencia de Netflix en este tipo de éxitos no es casualidad ni mucho menos, y está, para variar, también íntimamente relacionada con la tecnología. La cuestión clave es que Netflix, además de facilitar y flexibilizarse ante los hábitos de consumo, ha dejado obsoletos los video clubs y las salas de cine donde respectivamente las estanterías y las proyecciones son el recurso escaso. Netflix tiene unos costes ínfimos por mantener en sus servidores y distribuir a sus clientes una película más, por muy pocos clientes que la vean.
En otras palabras, Netflix ha eliminado el coste de oportunidad. Ese coste era una importante limitación en una sala de cine donde no sólo recaudas poco por una proyección de una cinta no comercial, sino que tienes unos costes fijos elevados que cubrir, y además si en vez de ese cine B proyectas la última película de super-estreno de Hollywood tendrías la sala llena. El coste de oportunidad es alto y supone dinero perdido porque estás desperdiciando tus posibilidades de maximizar tu beneficio con los recursos de que dispones para hacer negocio. Lo mismo ocurre con las cadenas de televisión o los videoclubs y sus estanterías.
Pero con Netflix eso ha cambiado, y, por unos pocos GBs de espacio en almacenamiento a bajo coste, puede ofrecer a sus clientes más puristas cintas que nunca habría sido rentable comercializar en circuitos comerciales tradicionales. Con costes tan bajos, y una audiencia global, a poco que consiga un umbral mínimo de público (relativamente fácil entre tantos millones de clientes), ya le es rentable comercializar una serie o película a priori poco comercial. Y ésa es una gran ventaja, puesto que uno de los talones de Aquiles del sector audiovisual es que es muy difícil anticipar el éxito o fracaso de cada producción. A Netflix le sale muy barata la apuesta por un producto poco comercial que puede que no funcione, pero que si funciona le va a dar pingües beneficios, porque además se suele tratar de series y películas de bajo coste (que no implica para nada baja calidad). Y a acabar por hoy pasemos ya a las conclusiones.
Las lecciones que podemos aprender del caso de éxito de Netflix
Y las políticas corporativas expuestas anteriormente son la razón con la que respondemos a esa pregunta que da título a este análisis, y el motivo por el que Netflix le puede traer tantas series a su televisor, y además que sean series de éxito (muchas veces inesperado) e inicialmente desconocidas. Sólo empresas como Netflix pueden atreverse como norma con productos arriesgados pero que, por su bajo coste de lanzamiento y mantenimiento, Netflix puede permitirse apostar por ellos con frecuencia. Si son de calidad, el gigante del streaming verá cómo pueden acabar popularizándose rápidamente, y acabar estando en boca (y pantalla) de todos. Por ello, una de las conclusiones más importantes del análisis de hoy sería el ver a la tecnología como el gran catalizador de la transformación que toda compañía debe hacer de forma continua para reinventarse día a día: todo lo que usted puede ofrecer a sus clientes, pasa hoy en día por la tecnología. Y no basta con copiar lo que otros han hecho antes, puesto que esto les da una ventaja competitiva esencial que les traerá un liderazgo luego muy difícil de acortar para usted y el resto de la competencia.
Lo que hay que hacer es inventar el futuro, sin miedo, pero con visión y cierta dosis de prudencia, y dar a sus clientes lo que ellos todavía ni siquiera saben que quieren. Para ello la tecnología punta es su mejor aliado, una tecnología punta que debe desarrollar usted mismo para asegurarse que hace exactamente lo que usted más necesita. Netflix es un excelente e ilustrativo ejemplo de todo ello, y a la vista están sus resultados. Pero no se limiten a bajarse el Eureka o el Zuul de Netflix de Github y copiarlo, para medio hacer lo que ustedes tienen en mente adaptándolo a lo que el trabajo de otros les permite hacer sin inversión y con poco esfuerzo. Cojan el bit por los cuernos, e inviertan en talento y en desarrollar un producto ambicioso y realmente innovador que puede hacer que ustedes sean el próximo Netflix. Sin necesidad de incurrir en riesgos inasumibles, pero el hecho es que el “no” ya lo tienen: si ni siquiera lo intentan, es cuando es seguro que no lo conseguirán jamás.
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