Vidas hipotecadas, de Ada Colau y Adrià Alemany

Vidas hipotecadas, de Ada Colau y Adrià Alemany
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Ya sabéis que uno le gusta leer de todo. Y cuando hago esta apreciación me refiero tanto a tipo de obra como a orientación de la misma. No entiendo a aquellos que sólo leen aquello que les reafirma en sus ideas. Es más, diría que la mejor manera de reafirmar tus ideas es muchas veces es confrontarlas con aquellos que se oponen a las mismas. Incluso en ocasiones, como me sucedió con La Nueva Frontera urbana, uno aprende interesantes lecciones. De ahí que me haya animado a dedicar mi tiempo la lectura de Vidas hipotecadas, aunque siendo sincero, poco he sacado de provecho de estas obra/panfleto 8en el buen sentido de la palabra, como material propagandístico).

Presentar a estas alturas a Ada Colau, fundadora de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, es una broma. En una posición mucho menos visible ha permanecido el coautor, pareja de Ada y cofundador de la PAH, Adrià Alemany, aunque es posible que a alguno le suene, especialmente en los primeros compases del movimiento que han orquestado. Ambos escriben mano a mano Vidas Hipotecas como ambos han dirigido la estrategia de la PAH.

Vidas hipotecadas ve la luz en junio de 2012, cuando la presencia de la PAH en los medios de comunicación es constante, cuando ya está en marcha la tramitación en el congreso de su ILP, pero antes de la famosa sentencia europea acerca de las normativa española en materia de procedimiento de ejecuciones hipotecarias, o de la adopción por la Junta de Andalucia de medidas que defienden en el libro. Lo que hace el libro es recoger el camino que ha recorrido esta organización, desde el encuentro de ambos autores en V de Vivienda hasta ahora.

El libro intercala el análisis que podríamos llamar macro, de la situación de la vivienda, del mercado inmobiliario, de los marcos, jurídicos, económicos y financieros, con la referencia constante a casos individuales. Todo ello, desde una manipulación constante de los datos y de las fuentes, con constantes autoreferencias y medias verdades-mentiras absolutas (número de ejecuciones hipotecarias, suicidios, la supuesta liberalización del suelo que nunca existió, la negación de valor del suelo urbanizable, la valoración de los activos adjudicados, etc...) y opiniones que no dejan de ser los procedentes del múltiple movimiento del que la PAH es punta de lanza.

Es dificil, en tantas páginas y compartiendo un espacio generacional con los autores no encontrar puntos de acuerdo: las referencias a Arrese, la acusación contra la clase política por haber descubierto lo inmobiliario como piedra filosofal, etc. Pero enseguida los caminos se bifurcan, rapidamente se olvidan de cómo el poder político se halla en la génesis de todo este desastre, para pedir más de lo mismo como solución, más poder político, más intervención, más regulación, menos libertad (y mientras hacen eso se quejan de que el mercado de alquiler no arranque, sin hacer asomo de autocrítica).

Seamos claros, tras la lectura de este libro uno confirma sus tesis iniciales con respecto a la PAH. Tras afirmaciones tan peregrinas como que cualquier alumno de primero de Economía sabe que la función del Estado es intentar corregir los errores del mercado para se aproxime al máximo a la competencia perfecta (sic). la cosa va mucho más allá. Si en un principio apuestan por una interpretación maximalista de los límites al derecho de propiedad que nuestra Constitución quedabien determinó, según va avanzando la lectura uno percibe como realmente la PAH no deja de ser el mascarón de proa de algo muy viejo.

Se trata de utilizar la desgracia de la gente, para movilizarlos, para usarlos como tropa de choque de algo más amplio de lo que es el movimiento antidesahucios, la construcción de una suerte de estructura paralela a la del propio Estado, con una legitimidad que no nace en las urnas, y donde se elogian ejemplos como el de Argentina y el peronismo de los Kirchner.

La PAH no es más que un primer paso en la carrera activista de Colau y Alemany, como ellos mismos han reconocido. Han identificado una ola buena, y diciendo a los afectados y a la gente en general lo que quieren escuchar esperan cabalgarla hasta otra más nueva y potente. Despues de todo han conseguido que un país entero se cuestione el derecho de propiedad, por lo que no parece que sea tan difícil alcanzar otras metas.

En todo caso, a pie de página tenéis el enlace a la obra para que juzguéis por vosotros mismos.

Más información | Vidas hipotecadas

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