El divorcio es una de las cuestiones más espinosas en la vida privada de las personas. Certifica el final del amor... y también el final de una "empresa" que durante un tiempo determinado ha formado una pareja.
Y es que, cuando aparece la palabra divorcio la economía entra en juego, pues es uno de los principales puntos de conflicto cuando dos personas toman caminos separados. ¿Qué es de quién? ¿Cuánto le corresponde a cada uno?
Hace unos días nos enterábamos del divorcio más caro de la historia británica hasta el momento, el del emir de Dubái, que tendrá que pagar a su ex mujer, la princesa Haya Bint Al-Hussai, la friolera de 645 millones de euros. Además de dos propiedades en Reino Unido.
Unas cifras que todavía quedan lejos de las del divorcio del fundador de Amazon, Jeff Bezos, cuya ex esposa, MacKenzie Scott, recibió el 4% de la famosa compañía, valorado en su momento (2019) en 31.000 millones de euros.
Todo esto nos hace preguntarnos, ¿por qué son tan caros los divorcios de los millonarios?
Divorcios con mucho en juego
Como bien sabemos, hay dos formas de casarse económicamente hablando: en régimen de gananciales y en separación de bienes. En gananciales quiere decir que serán comunes todos los beneficios e ingresos que cualquiera de las dos partes de la pareja genere durante la unión matrimonial. Es la forma más común de casarse, de hecho, pues se aplica de forma inmediata. Una vez que hay separación, todo lo generado se divide en dos partes iguales.
Para hacer la separación de bienes hay que firmar las llamadas capitulaciones matrimoniales y en ellas acordar que cada cónyuge tendrá un patrimonio individual y nunca habrá uno en común, de forma que si hay un divorcio cada uno se lleva lo suyo o no se lleva nada si en ese tiempo no ha generado ningún beneficio.
Esto no impide que ambos cónyuges emprendan negocios en común, pero al tener separación de bienes es mucho más fácil hacer la liquidación si se separan que en el caso de gananciales.
¿Qué pasa en el ámbito de los ricos cuando se separan? Pues que si tienen un régimen de gananciales, no les queda otra opción que dar la mitad de su fortuna a su ex, independientemente de que ella o él hayan colaborado en su creación. Sí o sí, la mitad les pertenece por haber estado casados con una persona que ha hecho tanto dinero.
Si bien es raro que que los millonarios se casen en ese régimen, a no ser que se hicieran ricos durante el matrimonio. De hecho, lo normal es que un equipo de abogados les asesore previamente sobre cómo hacer la separación de bienes correctamente para que en caso de divorcio sus ex no se queden con la mitad de su fortuna.
Lo normal, para no llegar a una guerra judicial, al menos en los países anglosajones, son los pactos prematrimoniales. En ellos se estipula lo que la parte más adinerada dejará a su pareja en caso de divorcio, o lo que no y cuáles serán las condiciones.
Lo que sucede es que muchos de estos divorcios millonarios conllevan un escándalo detrás, por lo que una de las partes -normalmente la adinerada- se blinda de que todo salga a la luz pagando a su ex una elevada cantidad.
En caso de que el matrimonio se haya hecho rico con un negocio en común, habrá que ver qué participación tiene cada uno. Si es 50/50 la cosa se complica, pero si uno tiene una participación minoritaria (el caso de Bezos) es fácil hacer el reparto.
Por último, está el tema hijos. Porque eso también hace que se paguen elevadas cantidades por la manutención, sobre todo si una de las partes también pide que se le otorgue una si se dedica a sus hijos y no trabaja.
Por lo tanto, vemos cómo en los divorcios millonarios se juntan muchas cuestiones que hacen que se paguen auténticos dinerales ajenos al común de los mortales. Ya se sabe, tanto tienes, tanto vales.