Papá Estado no quiere que comamos hamburguesas

Papá Estado no quiere que comamos hamburguesas
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Como ha analizado nuestro compañero Pintxo en el blog de Directo al Paladar, el gobierno estadounidense de Barack Obama está estudiando la introducción de una tasa al consumo de hamburguesas, en un intento de frenar su consumo y reducir la obesidad y la incidencia de otras enfermedades relacionadas con esta.

Una vez más, al igual que ha sucedido con el alcohol o con el tabaco, Papá Estado ha vuelto a pronunciarse para decidir qué deben y que no deben comer sus conciudadanos, utilizando la política fiscal para dirigir el consumo de los agentes económicos, tornando más complicado el acceso a ciertos bienes y servicios, en este caso las hamburguesas.

Cuando escucho ciertas palabras e intenciones en este sentido, siempre me planteo si el fin último que se persigue es proteger la salud como argumentan, o en cambio, encontrar una nueva justificación en torno a la persecución de un fin ‘socialmente deseable’ para aumentar la recaudación tributaria. Es innegable que la obesidad y las enfermedades relacionadas con esta, agravan la salud de los ciudadanos, y que también aumentan el coste sanitario, pero ¿no son los ciudadanos lo suficientemente racionales para saber qué es lo que les conviene hacer?

Respecto al tabaco y al alcohol, puedo entender que se apliquen gravámenes especiales por las externalidades negativas que generan a otros usuarios, como por ejemplo el aumento del riesgo a padecer determinados tipos de cáncer en el colectivo de fumadores pasivos a causa del humo del tabaco, o el incremento de la siniestralidad a causa de los conductores embriagados, pero no comparto la opinión de que se produzcan este tipo de externalidades en un individuo por el hecho de que alguien se coma una hamburguesa.

Me da la sensación de que entre los gobiernos occidentales hay una ‘moda’ de protección de los hábitos de vida saludables. Pero si realmente fuera así, ¿por qué no prohíben todo lo que está en contra de este estilo de vida? No hace falta decir que  son irrenunciables sus beneficios fiscales, máxime cuando nos movemos en un escenario de necesidades presupuestarias crecientes.

Vía | Expansión
En El Blog Salmón | Por cada euro que te gastas en tabaco, 84 céntimos son impuestos
En Ahorro Diario | McDonald’s nos ofrece varios productos a 1 euro
En Directo al Paladar | Más impuestos contra las hamburguesas, la solución para su consumo
Imagen | israel-avila

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