Cuando sea mayor quiero ser especulador, mea culpa

Cuando sea mayor quiero ser especulador, mea culpa
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Ayer vimos el artículo de Marco Antonio titulado Tras el rescate a la banca, España se entrega al control supranacional de la Comisión Europea que tiene mucho de que podemos estar de acuerdo aunque, los que nos conocen en estas páginas saben que no siempre es el caso. En sus referencias históricas, estoy de acuerdo que Adam Smith “jamás fue partícipe del laissez-faire“ pero hecho en falta las críticas de Milton Friedman como el cuasante intelectual de la crisis y espero que el profesor Friedman no se haya molestado en su reposo celestial (o infernal) por haber sido excluído esta vez.

Como nos recuerda Marco Antonio, hace un tiempo escribí un artículo titulado Cuando sea mayor quiero ser especulador y, cómo se han desarrollado las cosas, creo que el anhelo sigue en vigor. Me explico. Estoy muy de acuerdo con Marco Antonio cuando habla de los muchos excesos vistos en los mercados financieros que nos han llevado al estallido de la crisis financiera, y no sólo en los mercados financieros. Estos excesos han resultado en la generación de mucha riqueza para los fondos de inversión, los bancos y las otras entidades financieras participando en estos excesos especulativos y también resultaron en altos sueldos y sobresueldos, los bonus, para sus participantes. Donde estamos menos de acuerdo es donde recae la gran parte de la culpabilidad.

Hace años que hablo de los causantes principales de la crisis, y luego en más detalle, que son principalmente los políticos y los reguladores, Marco Antonio también ha hablado de esto y repito las palabras que citó con toda la razón en un anterior artículo, de William McChesney Martin, presidente de la Fed entre 1951 y 1970:

un buen banco central previene el exceso especulativo retirando las bebidas alcohólicas antes de que la fiesta se anime demasiado

Añadido a la responsabilidad de los bancos centrales de controlar el grifo de la liquidez y de regular y controlar las actividades de los bancos y de los otros participantes del sector financiero, también están los fracasos de los gobiernos con su falta de controlar los presupuestos estatales como también he criticado en estas páginas casi desde que iniciamos esta página.

Está claro que los mercados financieros se pasaron con sus actividades financieras y que estas actividades excesivas situaron a las economías al borde del precipio, o más allá del borde. No obstante, creo que se equivocan los que dicen que, porque los mercados financieros actuaron de forma excesiva, son los responsables de lo que paso. Por lo menos no son los responsables principales.

Los mercados financieros tenían a su dispoción cantidades exageradas de liquidez, liquidez que los bancos centrales podrían haber frenado con sus medidas regulatorias y operaciones monetarias.

Por otra parte, si los gobiernos hubieran mantenido sus cuentas públicas como se habían firmado, es decir, si se hubieran mantenido fieles al Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la Unión Europea, que empezó a funcionar en 1997 y que fué una parte clave del acuerdo que llevó a la introducción del euro, no se hubieran visto las grandes cantidades de liquidez que los mercados financieros han utilizado para su provecho excesivo.

Los mercados financieros sin liquidez y bien regulados no podrían haberse excedido de la forma en que lo hicieron. Que los mercados financieros hicieron lo que les permietieron las regulaciones y encontrándose con exceso de liquidez para hacer cada vez más, sin preocuparse por las consecuencias, no hay que estar sorprendidos de que siguieron el camino del exceso ya que todos los incentivos personales les impulsaban, tenían todas las facilidades y se encontraron sin ninguna de las barreras regulatorias.

Por otra parte, ¿qué actuaciones hemos visto desde que estalló la crisis? Pues vimos a los gobiernos hacer todo lo posible para rescatar a los odiosos mercados financieros para salvarles de los líos en que se metieron y a salvar las empresas que también se metieron en líos y que no han podido salvarse ellos sólos. Para duplicar los errores, estas ayudas fueron ejecutadas sin apenas condiciones y sin apenas penalizaciones. Muchas de estas las he pedido muchas veces en estas páginas.

Todas estas actividades de rescate sólo consiguen decir a los participantes de los mercados financieros que no se preocupen de lo que hacen. Mientras las cosas van bien, se ganan sueldos y bonos suntuosos y, cuando las cosas van mal, alguien estará para rescatarte. Cómo no voy a querer ser especulador cuando sea mayor, cuando veo que gano mucho si las cosas van bien y pierdo poco si van mal. Esto es el moral hazard en acción si no se introducen medidas necesarias cuando hay rescates.

Y todo esto sin el gobierno apenas introducir las medidas económicas necesarias para mitigar los desequilibrios económicos en que seguimos.

Curioso también que los que más criticamos la falta de regulación y que hemos pedido más y más rigurosa regulación somos criticados por apoyar al laissez-faire más despiadado. Como criticamos menos a los mercados financieros, por hacer lo que es legal, lo que hemos permitido y lo que casi todos harían, parece que eso va acompañado con la idea de que queremos dejarles hacer lo que quieran.

El problema no son los especuladores y eliminarlos tampoco será la solución. Los mercados financieros, con especuladores, pueden funcionar bien y pueden hacer más eficiente la actividad económica, eso si, bien regulados donde tanto los bancos centrales como los gobiernos no eluden sus responsabilidades.

Un par de temas más donde pueden haber distintas visiones. Primero, creo que decir que “España está igual que Grecia” es ir un par de pasos más de lo que iría yo. También, soy uno de los que ha dicho que las cosas no tienen por qué llegar a la situación en que ahora nos encontramos y sigo pensando lo mismo.

Que nos encontramos en la situación actual no quiere decir que estamos equivocados los que argumentábamos que no era inevitable llegar a donde hemos llegado. Si los gobiernos hubieran reaccionado al estallido de la crisis con las medidas que algunos hemos propuesto, no estaríamos donde estamos y las cosas no hubieran deteriorado como lo han hecho. Los que más argumentaron en favor de las políticas seguidas por los gobiernos, liderados por el sumo sacerdote del keynesianismo el profesro Krugman, Nobel de Economía, son los que deberían cuestionarse si sus propuestas no nos han llevado a donde estamos, en vez de pedir más de lo mismo.

¿Por qué es tan importante tener claras las cáusas de cómo llegamos a la situación en que nos encontramos? Porque si entendemos bien lo que pasó, en principio lo haremos mejor en el futuro.

En El Blog Salmón | Tras el rescate a la banca, España se entrega al control supranacional de la Comisión Europea y El problema español es la deuda y los desequilibrios económicos
Imagen | Markusram

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