Tres medidas que ha anunciado Trump si gana que serían desastrosas para Europa

Tres medidas que ha anunciado Trump si gana que serían desastrosas para Europa
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La posibilidad, cada vez más tangible, de un segundo mandato de Donald Trump está generando una gran inquietud en Europa. Sobre todo, en aquellos sectores de la política exterior, economía y defensa que podrían verse más afectar a la mayoría de estados miembro de la UE.

Trump ha mostrado una postura ambigua y, a menudo, poco conservadora hacia sus socios tradicionales, así como los principios fundamentales en temas de comercio, seguridad y diplomacia. ¿Lo peor de todo? En muchos casos, los propios EEUU han trabajado muy duro para asentar estas bases.

Prepárense: Trump, 2.0

El regreso de Trump a la Casa Blanca, este 2024, podría traer consigo una serie de medidas que afectarían a la cohesión y la seguridad de la la Unión Europa. Estas semanas, entre apariciones multitudinarias, asistencia a los podcasts de moda (la época que nos ha tocado vivir) y la recta final de la campaña, algunos miedos afloran a un lado y otro del Atlántico.

La ambigüedad: EE. UU. y la OTAN

Europa y el mundo entero están con los ojos puestos ante posibles signos de desestabilización de la OTAN y la seguridad europea. ¿La razón? Durante su primer mandato, Trump ya cuestionó el compromiso de EE. UU. como apoyo en la seguridad europea, presionando a otros países para aumentar su gasto en defensa con la intención de asegurar una serie de inversiones económicas y requisitos mayores.

Este cuestionamiento, que también se ha repetido en numerosas ocasiones tras su primer mandato, no solo puede llevar a tensiones internas entre los estados miembro, sino que puede generar posibles avances de Rusia u otros países con los que tratar de aprovechar la retirada o la ambigüedad norteamericana frente a la alianza, según medios especializados como Politico.

Aumento generalizado de los aranceles

Las medidas proteccionistas de Trump durante su presidencia (2017-2021) también se ven con malos ojos en Europa, que no parece preparada para enfrentar un aumento de los aranceles y tensiones comerciales como ocurrió en el pasado con la exportación de acero y aluminio.

Trump ha planteado una tarifa universal del 10 % a las importaciones hacia EE. UU., con el objetivo de "blindar" la economía norteamericana. Esta medida podría afectar gravemente a las exportaciones europeas y desestabilizar las relaciones comerciales entre Europa y EE. UU., generando tensiones en áreas clave, como el sector automotriz y la tecnología, que se consideran industrias vitales para Europa. 

Una medida probablemente negativa también para Norteamérica, que ignora la interdependencia de ambas economías, y generaría pérdidas importantes en ambos mercados.

Relaciones internacionales

Asimismo, la postura del candidato republicano sobre Rusia ha sido uno de los puntos más conflictivos en el ámbito internacional. En ocasiones, parece haber minimizado la amenaza rusa en un contexto en el que Europa ha tratado de mantener un frente unido ante la guerra en Ucrania.

Un segundo mandato, plagado de esta retórica ambivalente o directamente inflamatoria, podría provocar una crisis en las relaciones de Europa y Rusia, debilitar las sanciones o perjudicar a los países que se encuentran en riesgo. En el caso de Ucrania, el expresidente ha llegado a anunciar que obligará a Ucrania a llegar a un acuerdo de paz con Rusia.

Dos guerras cercanas y una crisis energética han dificultado la permanencia y la unidad europea, la segunda presidencia de Trump puede empezar a poner uno de los últimos clavos del ataúd.

Sostenible, o no

¿Hay más elementos que tener en cuenta? Por supuesto que los hay.

La retirada de EE. UU. del Acuerdo de París bajo su mandato anterior marcó un retroceso en la colaboración ambiental global, y Trump podría dar nuevamente este paso, alejándose de los compromisos en la lucha contra el cambio climático. El bloque republicano, que sigue apostando por el fracking como clave para la independencia energética estadounidense, es probablemente el ejemplo más evidente.

Este distanciamiento debilitaría los esfuerzos conjuntos para la sostenibilidad y colocaría en desventaja a los países que ya invierten en tecnologías limpias y energías renovables​.

Por ahora, sigue siendo solo una posibilidad, pero muchos medios y organismos europeos ya se están preparando para un segundo huracán. Está por ver si llega a sus costas... y a las nuestras.

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