El Reino Unido está atrapado en el tramado que ha construido en estos últimos años. Hace ya casi 2 años y medio que votaron dejar la Unión Europea y a pocos días que se acabe su adhesión de más de 4 décadas, los políticos siguen buscando la mejor manera de salir.
El Reino Unido se está enfrentando a una desconcertante serie de opciones. A pesar de la confusión, el Reino Unido tiene diferentes opciones de salida.
Nos podemos preguntar: ¿Cuáles son las diferentes salidas que tiene el Reino Unido ante el Brexit?
El acuerdo de May con Bruselas
El acuerdo negociado May con Bruselas es el único que hay encima de la mesa, por tanto, es una ventaja y a la vez una desventaja.
En la parte buena, establece un periodo de transición para negociar un futuro acuerdo comercial, establece cómo resolver la parte financiera, garantizar los derechos de los ciudadanos de la UE que viven en el Reino Unido y evita una frontera en el Irlanda del Norte.
En la parte mala, es que casi todo el mundo no le gusta. Los brexiteers conservadores y los unionistas de Irlanda del Norte, de los que depende el Gobierno de May, piensan que vincula a Reino Unido demasiado a la UE.
Entonces piensa que esta solución establecida para resolver el problema de Irlanda del Norte puede acabar encerrando al Reino Unido en una unión aduanera con la UE a la que no podría renunciar de manera unilateralmente.
Por otra parte, los proeuropeos no les gusta verse obligados a seguir las normativas de la Unión Europea renunciando a la influencia que ejerce sobre cómo se establecen estas normas dentro del Reino Unido.
May, en un futuro, puede pedir más concesiones a Bruselas, que seguramente le concederá algunas retoques al acuerdo, pero estas concesiones no serían jurídicamente vinculantes para las partes. Por tanto, es casi definitivo que las demandas de los brexiteers para aflojar el mecanismo de contención no se realizará y no está claro que estas concesiones le den la mayoría de apoyos a May.
Un Brexit a efectos nominales
Si el acuerdo entre May y Bruselas fracasa, una posible vía es seguir el camino establecido por Noruega, que mantiene vínculos con la Unión Europea a pesar de no haber sido nunca miembro.
El Reino Unido podría adoptar el acuerdo de salida, pero se comprometería a permanecer en el mercado único común, uniéndose a la Asociación Europea de Libre Comercio y al Espacio Económico Europeo.
Esta solución reduce al mínimo los efectos económicos. Sin embargo, el Reino Unido tendría que hacer pagos regulares a Bruselas. También tendría que aceptar el derecho de los trabajadores de la UE a vivir y trabajar en el Reino Unido.
Esto significa renunciar a un logro de May, que es obtener el control sobre la inmigración, y evitar los controles fronterizos en Irlanda de Norte. El Reino Unido también tendría que entrar en una unión aduanera con la Unión Europea.
Se ha denominado esto como un “Noruega plus” del plan para que el Reino Unido funcionará de forma muy similar, pero sin la influencia que impone el miembro de la UE. Tendría que seguir los reglamentos sobre las entidades bancarias que ya no podría modificar a sus necesidades. El Brexit se reduciría y el Jeremey Corbyn esta de acuerdo con este planteamiento.
Brexit sin acuerdo
Es la manera más fácil de salir a corto plazo de la Unión Europa para el Reino Unido, es decir, que se vaya cuando termine el plazo de preaviso de 2 años, el 29 de marzo. Esto anularía casi todo el trabajo de las negociaciones de May.
Muchos bienes tendrían aranceles, y el sector servicios del Reino Unido no cumpliría de forma automática la normativa de la UE. Los transportes terrestres que pasan por los puertos concurridos del Reino Unido se enfrentarían a grandes retrasos, lo que afectaría negativamente a las cadenas de suministro y, la frontera en Irlanda del Norte no se podría evitar.
Los defensores de este enfoque, entre ellos la parte radical del gobierno de May, mantienen que el Reino Unido podría obligar a la UE a hacer diferentes concesiones como la retención de 34.000 millones de euros que se ha prometido pagar como parte del acuerdo de separación.
Esta situación podría provocar represalias y ambas partes tendrían establecer medidas para permitir que los aviones del Reino Unido sigan volando por el espacio de la UE, o el transporte terrestre europeo sigan entregando mercancías en el Reino Unido.
Por tanto, un Brexit agresivo sacaría de la cooperación al Reino Unido y amenazaría con un gran caos. La libra seguramente caería, y la inflación y desempleo aumentaría. El Banco Central de Inglaterra espera que la economía en el Reino Unido se reduciría en más de un 10 por ciento de lo que se esperaba al inicio del proceso del Brexit, en 2016.
Revocar el Brexit por parte del Reino Unido
La última opción es dar marcha atrás al Brexit. Desde el punto de vista jurídico, es sencillo ya que May puede revocar su decisión en cualquier momento antes de que finalice el plazo del preaviso acordado con Bruselas.
El TJUE ha confirmado que puede hacer de forma unilateral el Reino Unido, pero de manera política es mucho más complicado. Para anular el referéndum, el Reino Unido tendría que celebrar uno nuevo.
Los laboristas dicen que apoyan un segundo referéndum si no pueden forzar unas nuevas elecciones, pero incluso los entusiastas no tienen claro cómo se realizaría. El Gobierno de May tendría que pedir permiso a la UE para ampliar el plazo más allá del 2019, para dar tiempo a las votaciones de dicho referéndum.
Este nuevo referéndum establecería nuevas divisiones, y las encuestas indican que el Reino Unido sigue estando dividido por igual entre permanecer dentro de la Unión Europea y marcharse de la Unión Europea.
En El Blog Salmón | Brexit, ganadores y perdedores en los posibles escenarios
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