Con las continuas subidas en el precio del petróleo siempre suena muy bien cuando los innovadores encuentran fuentes alternativas de energía.
Ya hemos hablado en estas páginas de muchas de las formas alternativas de generación de energía, como por ejemplo la energía de las olas de Iberdrola.
Una de las nuevas es lo que llaman los biocombustibles, es decir, la conversión de productos agrícolas, como el maíz, la caña de azúcar y el aceite de palma.
En situación normal, uno pensaría que generar más combustible a través de productos agrícolas sería bueno para todos. No sólo reduciría la demanda y el uso del petróleo, pero incrementaría la demanda de estos productos agrícolas, muchos de estos provenientes de países pobres donde la exportación suena muy bien.
Pues la ONG británica, Oxfam, está muy preocupada precisamente por esto último. Dicen que el aumento en la demanda de estos productos provenientes de países pobres causará que estos reduzcan la disponibilidad de estos productos para el consumo interno y aumentarán su exportación.
No sorprende oír que los ciudadanos de estos países pobres no podrán soportar reducir su consumo para favorecer la exportación.
Otra vez estamos resolviendo los problemas del mundo rico perjudicando al mundo pobre.
¿Por qué no lo hacemos con más inversión en estos países para que puedan producir más de lo que queremos comprar, importarlo, dejarles suficiente para comer más y mejor y mejorar sus expectativas de vida? ¿Es pedir demasiado?
Vía | BBC Mundo En El Blog Salmón | ¿Se rompe el sueño de la energía solar? Más información | Nota de Prensa de Oxfam (en inglés)