Mal llevamos el inglés

Mal llevamos el inglés
21 comentarios

La mitad de los alumnos de quince años son incapaces de hablar un inglés básico. En caso de que se les examinara no serían capaces de obtener el título básico de la escuela de idiomas. Esta es la conclusión a la que han llegado en Cataluña, y dudo que en el resto de comunidades autónomas los resultados sean mucho mejores.

Hoy en día a los alumnos se les enseña inglés desde muy temprano, en algunos casos desde los seis años. A pesar de dedicar tanto tiempo y dinero en la tarea los alumnos no consiguen hablar inglés, algo falla. Las administraciones públicas deberían de plantearse por qué no se consigue que los alumnos sean capaces de obtener un nivel de inglés decente al acabar la educación obligatoria. Porque viendo los malos resultados obtenidos tal vez sería mejor dedicar menos tiempo al idioma extranjero y más a otras materias, matemática o lengua.

El inglés es la verdadera lengua global, cada día más imprescindible. Además en un país con tanta vocación turística como España se debería de tener muy en cuenta la enseñanza de idiomas. Porque llegamos a un punto en el que los trabajos de mayor valor añadido del turismo se los van a llevar extranjeros, muchos de ellos capaces de hablar un castellano más que decente.

En mi opinión, aparte de que el sistema actual no es muy bueno a la hora de aprender inglés y que muchos profesores no tienen nivel suficiente como para enseñar, el problema viene de la falta de interés de aprender una lengua extranjera. En una clase de instituto no suele ser habitual que los alumnos pongan atención. Pongamos un ejemplo: el Ministerio de Educación ofrece becas para enviar a los jóvenes al extranjero a estudiar el idioma en cursos intensivos. Eso estaría muy bien, si no fuera por el comportamiento muchos becarios toman. Según me han contado muchos beneficiarios de estas becas se dedicaron a salir con otros españoles, teniendo un nulo contacto con la población local o los otros estudiantes de otros países. De hecho conozco el caso de un becario que en sus ratos libres se dedicaba a cantar flamenco con otros españoles en una plaza de un pueblo cuyo nombre no puedo acordarme en medio de la Isla Esmeralda.

Más Información | El Periódico Vía | Meneame

Temas
Comentarios cerrados
Inicio