Este es el comportamiento que tienen en común todas las personas capaces de ser disciplinadas con su dinero

Este es el comportamiento que tienen en común todas las personas capaces de ser disciplinadas con su dinero
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Muchos creen que son disciplinados con su dinero, pero no es así en demasiados casos. Por eso, me gustaría mostrar el comportamiento y las características principales que tienen en común esas personas disciplinadas, monetariamente hablando.

Como veremos, aunque puede que haya una parte de comportamiento que venga con la naturaleza propia, el atributo más importante puede aprenderse, en caso de que no lo tengamos.

Y sí, antes de nada, pongámonos de acuerdo en lo básico. Se ha demostrado a menudo, con datos como estos, que ser disciplinados con el dinero compensa y predice un mayor bienestar económico.

Así, las personas con buen autocontrol tienen más probabilidades de ahorrar dinero, mejor comportamiento financiero general, se sienten menos ansiosos por los asuntos monetarios y más seguros en su situación financiera actual y futura.

Veamos cómo son esos «elegidos» y cómo se comportan.

La principal característica de los disciplinados con el dinero

A lo largo del tiempo, se ha intentado explicar qué rasgos de comportamiento, e incluso personalidad, predicen un mayor éxito en general, y uno económico en particular. Desde la inteligencia, hasta las habilidades sociales o incluso el físico, muchos rasgos han sido candidatos para llevarse el mérito, pero resulta que el podio es para los aburridos.

Porque, según los datos de nuevo, el comportamiento que tienen en común las personas disciplinadas con el dinero es la llamada consciestousness en psicología, y cuya traducción más fiel sería: «ser concienzudos».

Expliquemos bien el término para no confundirnos, ni quedarnos en una noción superficial errónea.

Este rasgo de consciestousness es uno de los «5 grandes» que se suelen valorar en muchos tests que analizan la personalidad. Los otros cuatro son la extraversión (o extroversión, aunque es preferible el uso de la primera denominación), la amabilidad, la apertura a la experiencia y el neuroticismo.

Aunque la relación entre esos tipos de personalidad y la situación económica de cada persona es fascinante, para lo que nos interesa hoy, el comportamiento concienzudo es el que predice una mayor disciplina con el dinero.

Banco de piedra en cuyo lateral está grabada la palabra discipline (disciplina, en inglés)

Esto, que se ha corroborado también en otras ocasiones, no significa que el que puntúa alto en el rasgo de concienzudo tenga una enorme fuerza de voluntad, sino una tendencia a la organización y a fijarse en el detalle. Los más concienzudos también suelen emplearse en ciertos trabajos que exigen esa organización y atención al detalle, o como dirían algunos, labores más «aburridas».

Francamente, cuando se trata de economía doméstica, y no somos ricos de partida, aburridos y previsibles es lo mejor que podemos ser.

La ventaja para nosotros es que, tengamos la personalidad que tengamos, ser concienzudo es un comportamiento que se puede aprender y entrenar. Mientras que convertirnos en extrovertidos o en más inteligentes es mucho más difícil, y mejorar la fuerza de voluntad casi una quimera, ser más organizado es una meta al alcance de todos.

Y eso empieza por hacerse un presupuesto y cumplirlo, principalmente, mediante la creación de sistemas y automatismos que nos ahorren la necesidad de tomar decisiones, porque ya están tomadas de antemano.

Esto lo hemos visto a fondo cuando hablábamos de consejos de ahorro que sí funcionan y que, en gran parte, se basan en borrar esa fuerza de voluntad tan voluble y traicionera.

Sin embargo, además de ser concienzudos y organizados, no se nos puede escapar otro detalle importante de los datos que analizamos hoy.

La otra gran característica que predice mayor bienestar económico y disciplina financiera

Estudiante sentada en un sofá aprendiendo

Si revisamos bien uno de los estudios principales enlazados, otro rasgo se perfila como fundamental para la tranquilidad de nuestra economía doméstica: se trata de la cultura financiera.

Es decir, que aprender y conocer sobre el tema también predice mayores niveles de bienestar económico.

Homer Simpson diría D'oh, pero lo cierto es que, lo que para muchos lectores de este blog es básico, para una gran mayoría no resulta tan aparente.

Cosas como el poder del interés compuesto, los precios psicológicos, cómo funcionan los impuestos o el efecto de la inflación en el ahorro y las decisiones financieras, por ejemplo, no parece tan claro.

Que es cierto que no todo el mundo tiene por qué ser economista, ni falta que hace, pero estaremos muy influidos por el dinero en la vida y, al parecer, incluir algo de esa cultura financiera a la hora de enseñar las habilidades importantes para la vida, compensa.

La alternativa, al parecer, son chavales en Youtube gritando supuestos consejos, sin conocer sobre tulipanes holandeses o entender lo más básico sobre cómo funcionan los tramos impositivos, o los mercados en general.

Cómo cultivar más este comportamiento

Mujer usando calculadora para manejar sus gastos

Tengo un amigo que no deja de excusar sus meteduras de pata con la frase de que: «Él es así», pero se ha demostrado ampliamente que la personalidad se puede cambiar. Para ello, claro, es necesario trabajárselo. Y no en nuestra cabeza, prometiendo otra vez que «el lunes nos ponemos en serio», sino mediante acciones.

La psicología es clara en sus conclusiones sobre este tema y, para que esas acciones ejerzan el ansiado cambio de personalidad, tienen que reunir 3 características:

  • Que sintamos que son importantes.
  • Que las disfrutemos.
  • Que estén de acuerdo con nuestra escala de valores.

El primer punto es claro. En la vida real, pocas cosas hay más importantes que el dinero y, quien dice lo contrario, es porque seguramente lo tuvo desde que nació.

El segundo depende de cada uno, pero hay multitud de recursos, online y offline, que explican la economía doméstica y la planificación financiera de un modo ameno. No empecemos por tochos académicos y no descarrilaremos en la casilla de salida.

Del mismo modo, hay aplicaciones de móvil y ordenador, más o menos sencillas o más menos atractivas, que nos pueden ayudar a ahorrar o automatizar más fácilmente nuestras conductas de inversión o frugalidad. Y si no queremos usar aplicaciones especializadas, hay otras que nos pueden ayudar a crear e interiorizar hábitos en general, incluyendo los monetarios.

Una búsqueda rápida en la tienda de aplicaciones de nuestro teléfono nos dará opciones de todo tipo.

Hoja de Calculo en portátil con ahorros y tema monetario

Los dinosaurios aburridos usamos una hoja de cálculo que ya ocupa medio disco duro tras tanto tiempo, y que hemos adaptado a nosotros. Pero entiendo que no es lo más atractivo o lo más conveniente, y ya vimos que la conveniencia es lo que domina el mundo y lo que moldea muchas actitudes, especialmente, las de gasto y ahorro.

Además de eso, a la hora de «disfrutar» algo o no, los economistas somos de creer en los todopoderosos incentivos.

Ponerse alguno positivo cuando se cumplen metas, o incluso uno negativo cuando no es así (aunque parezca contraproducente, funciona con ciertos tipos de personalidad) también puede contribuir a esto.

El tercer punto suele ser el menos problemático, porque no creo que ser disciplinado con el dinero choque con casi ninguna escala de valores.

Sin embargo, es cierto que hay quien tiene inculcadas mentalidades que ven el dinero como algo negativo, otro tema interesante que también afecta a la economía doméstica y del que quizá hablemos en el futuro. De momento, baste saber que también se ha demostrado que esa actitud no ayuda a la mejora de nuestra economía.

En definitiva, a la hora de ser disciplinados con el dinero, compensa ser detallista y organizado, no necesariamente inteligente o poseedor de una fuerza de voluntad sobrehumana. Esa es una buena noticia para los que no nacimos con eso.

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