Locales juveniles y reconversiones urbanísticas

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Si la memoria no me falla, la primera vez que supe de los locales juveniles fue en Pamplona, allá por mediados de los 90. Fue entonces cuando descubrí que empezaba a ser harto frecuente el alquiler de las allí denominadas bajeras por grupos de jóvenes, de amigos, de cuadrillas. Su finalidad era tener un lugar donde estar cómodos, hablar, beber,jugar a la play o hacer lo que se terciase. De algún modo, venían ser los herederos de los txokos o círculos gastronómicos de sus mayores.

Comprobé posteriormente que el fenómeno se extendía por España, especialmente en zonas urbanas y de la mitad norte. En el cercano País Vasco se multiplicaban las lonjas juveniles, e incluso a nivel municipal se intentaban apaciguar los ánimos con los vecinos de los inmuebles por la vía de Ordenanzas que regulasen tal actividad, y es que, evidentemente, esta práctica desbordaba todas las previsiones urbanísticas de las mismas. Y es que estamos ante una realidad que ha venido para quedarse, impulsada por los propios interesados que no esperan a que venga Papá Estado a salvarles la vida.

Soy plenamente partidario de las mismas. El excesivo intervencionismo público excesivo, que fosiliza el usos de los activos inmobiliarios, unido al cambio de los patrones de consumo, ha condenado a numerosos locales a una muerte joven. No los quiere nadie. Y la falta de uso de los mismos no pude hacer otra cosa más que que degenerar el tejido urbano. Y frente a ello, con la misma lógica que en determinados lugares impulsó la proliferación de lofts como alternativas residenciales, explosionó el fenómeno de los locales juveniles.

En cierto modo creo que la crisis actual debería ayudar a replantearnos determinadas rigideces, y hacer economía sostenible de verdad. Vamos, que reciclemos inmuebles. Conviene que el marco legal no impida la puesta en valor, el desarrollo de activos inmobiliarios que se han quedado sin el uso para el que estaban previstos. Y si es posible hacerlo sin producir una nueva diarrea normativa, si no todo lo contrario mejor que mejor, que aplicando el Código Civil, unas gotas de Derecho Administrativo, y un poco de sentido común, todos ganaremos. ¿O alguien prefiere tener locales vacíos permanentemente con lo que ello supone de deterioro para los conjuntos inmobiliarios?

Más información | Noticias de Alava, Ayuntamiento de Portugalete, Diario de Noticias

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