Despedir en España es caro. Sin embargo, es fácil

Despedir en España es caro. Sin embargo, es fácil
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Pese a ser líderes europeos en desempleo, si nos fijamos en las diferentes series históricas, se puede decir que España atraviesa un buen momento en términos laborales La ocupación ha alcanzado niveles altos, y aunque la tasa de paro sigue siendo la más alta de la UE, el dato es el mejor desde 2008.

Esta aparente bonanza macroeconómica, sin embargo, convive con una realidad más cruda para muchas personas: en 2023 se registraron más de 600.000 despidos, la cifra más alta desde que hay datos oficiales. Y lo que resulta más llamativo es que la indemnización media apenas superó los 7.400 euros, la más baja de la serie histórica.

En paralelo a este escenario, el debate sobre el sistema de despido en España sigue ganando espacio, impulsado por pronunciamientos del Consejo de Europa.

La normativa actual, que establece un sistema tasado con un máximo de 33 días por año trabajado, contrasta con las recomendaciones de Estrasburgo, que considera que el país no cumple con la Carta Social Europea.

Y aunque despedir puede parecer caro en términos de indemnización, lo cierto es que el proceso legal en España es bastante más sencillo que en muchos países europeos, donde la justificación debe ser más sólida y detallada.

Una legislación que facilita el despido

En comparación con otras naciones de la Unión Europea, España presenta un sistema de despido ágil y relativamente poco exigente en términos de justificación. Mientras que en Francia, Alemania o Portugal se requieren explicaciones formales y procesos más extensos para acreditar la procedencia del cese, en España basta una carta de despido que en muchos casos no necesita entrar en detalles profundos.

Este enfoque ha sido históricamente criticado por sindicatos y organismos internacionales, que reclaman una mayor protección para el trabajador. Sin embargo, también ha sido defendido por algunos sectores empresariales, que argumentan que la flexibilidad laboral es clave para la competitividad.

Lo cierto es que el sistema permite terminar una relación laboral de forma unilateral con rapidez, siempre que se asuma el coste indemnizatorio correspondiente, lo que convierte al modelo español en peculiar: es caro, pero fácil.

Más despidos, menos indemnización

Desde la entrada en vigor de la reforma laboral, se ha observado un aumento en el número de despidos, especialmente entre trabajadores con poca antigüedad. Esta dinámica explica la reducción en la cantidad media indemnizada.

En lugar de extinguir contratos temporales al término de su duración, cada vez más relaciones laborales se resuelven mediante despidos, con una compensación limitada por los escasos meses trabajados.

La indemnización media por despido en contratos indefinidos a tiempo completo ha bajado considerablemente: de 19.380 euros en 2015 a menos de 10.000 euros en 2023. Esta caída se acentúa en los contratos indefinidos parciales y fijos discontinuos, y se mantiene casi sin cambios en los temporales. Lo que demuestra que, aunque los sueldos han subido, la indemnización efectiva ha bajado, debido a la menor antigüedad de los trabajadores despedidos.

Perfiles más afectados por los despidos

Los datos del Ministerio de Trabajo muestran una desigualdad clara en los perfiles de quienes más sufren despidos. Los hombres representan más del 58% de los ceses, aunque son el 51% de los afiliados. Los extranjeros, que son el 11% de los trabajadores, protagonizaron casi el 20% de los despidos en 2023. Y los más jóvenes, con menor estabilidad y antigüedad, también figuran entre los más afectados.

Estas diferencias se reflejan también en las indemnizaciones: los mayores de 55 años reciben de media más de 16.000 euros, mientras que los jóvenes de entre 20 y 24 apenas alcanzan los 886 euros.Los hombres perciben más que las mujeres, y los españoles más que los extranjeros. Las mujeres migrantes, de hecho, son el grupo que recibe las indemnizaciones más bajas del sistema.

Más despidos en pequeñas empresas y sectores inestables

La construcción y la hostelería son los sectores donde más despidos se concentran en relación con su peso en el mercado laboral. En el otro extremo se encuentran la educación, la sanidad y la administración pública, donde los niveles de estabilidad son mayores.

Las indemnizaciones también varían según el sector. Actividades financieras, industrias extractivas y el suministro de energía presentan las compensaciones más elevadas, mientras que en la construcción, la hostelería y el campo los despidos se pagan a niveles muy bajos. Las cifras lo confirman: en banca se superan los 26.000 euros de media; en la hostelería, apenas se alcanzan los 2.300.

En cuanto al tamaño de empresa, el patrón es claro: las pequeñas compañías despiden más. Las empresas de menos de 10 trabajadores, que ocupan al 19,6% de la plantilla nacional, fueron responsables del 41,6% de los despidos en 2023. En contraste, las grandes empresas, con más del 42% del empleo total, realizaron apenas el 17,2% de los ceses.

Qué dice Europa sobre el modelo español

El Consejo de Europa ha reiterado que el sistema español de despido no cumple con la Carta Social Europea, especialmente en lo referente a los despidos improcedentes. El límite de 33 días por año trabajado y un tope de 24 mensualidades se considera insuficiente, sobre todo en contratos de corta duración.

La exigencia de una “indemnización adecuada o reparación apropiada” para los trabajadores despedidos sin causa válida no se cumpliría, según el Comité Europeo de Derechos Sociales. Esta postura ha sido respaldada por UGT y CC OO, y el Gobierno se ha comprometido a estudiar una posible reforma legal para alinearse con estos estándares.

Sin embargo, no todos están de acuerdo. Desde el Ministerio de Economía y las organizaciones patronales han mostrado su rechazo a introducir cambios en la normativa vigente. En este escenario, el debate continúa: entre quienes reclaman más protección para los trabajadores y quienes defienden la flexibilidad actual como una herramienta útil para las empresas.

El resultado es un sistema en el que despedir sigue siendo una opción legalmente accesible, pero cuya viabilidad económica depende del tipo de contrato, la antigüedad del trabajador y el sector en el que se desenvuelva. España, en definitiva, sigue siendo uno de los países donde es más fácil despedir… aunque no siempre barato.

Imágenes | Pixabay, Instagram

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