En estas páginas salen muchos debates, eso es parte de la importancia de esta página, y de vez en cuando vemos debates sobre la diferencia entre la inversión privada y la pública en el sector productivo, más recientemente en mi artículo Mas gobierno es peor para la economía que menos gobierno, incluso en crisis.
Algunos decimos que la inversión privada en el sector productivo siempre va a ser más eficiente que la equivalente inversión por parte del Estado.
Los que no están acuerdo, y no son pocos, son de todas las variantes.
Hay los que dicen que es mejor la inversión pública que la privada, aunque es verdad que de estos hay pocos. Más les vale, después del fracaso estrepitoso que hemos visto el siglo pasado de las economías dirigidas por estados.
Alguno dicen que es indiferente y que son iguales.
Otros dicen que es mejor la inversión privada pero, en momentos como los actuales, cualquier inversión es bienvenida.
Los últimos están de acuerdo que la inversión privada es mejor pero que un poco de inversión pública es bueno o, por lo menos, no es malo.
A mi me parece que estos comentaristas no entienden el proceso empresarial, o se han olvidado. No se dan cuenta de lo difícil que es montar un negocio y hacerlo crecer, de lo dificil que es hacerlo bien.
Difícil si quieres ser lo más eficiente posible, definido como el mínimo de inversión para el máximo de rendimiento, que es lo que el empresario debería querer y lo que una sociedad eficiente también debería querer. Este es el camino a la riqueza, no sólo para el empresario pero para la sociedad también.
Si uno tiene un fondo sin fin de capital y quiere montar una empresa, gastas y gastas y gastas, la montas y la haces exitosa a base de lo mismo, gastar y gastar y gastar. Se puede establecer y mantener un negocio de esta forma, es verdad, pero no va a ser la forma más eficiente posible y se va a malgastar mucho para conseguirlo.
¿Por qué la inversión privada es mejor que la pública en el sector productivo privado?
Para esto hay que analizar el labor empresarial.
Este labor se inicia con la elección de donde se quiere invertir, es decir, qué negocio quieres montar. Esta no es una decisión fácil y tiene que ver, en muchos casos, con los intereses del empresario, con un estudio de mercado, de lo que falta y lo que podría funcionar, la intuición de lo que podría funcionar o una mezcla de todos estos.
En esta selección es lógico que el empresario va a pensarlo y elegirlo mejor que un político o un funcionario para asegurarse que el proyecto tenga el máximo de éxito por el mínimo de gasto. Los objetivos de estos dos grupos son distintos.
Luego se tiene que preparar el negocio; planes de negocios, diseñar el producto o servicio, hablar y negociar con suministradores, con fabricantes, con banqueros, incluso con inversores, si se busca capital de otros.
La gran mayoría de las nuevas empresas se basan en el empresario y en sus recursos, y de su familia y no tienen la ayuda de capital adicional e, incluso, muchos ni cuentan con el apoyo de los bancos, por ejemplo, líneas de crédito o préstamos.
Por los intereses personales que hay, es lógico que el empresario lo va a preparar más y mejor que un político o un funcionario lo haría.
Cuando ya tiene el negocio montado, va a tener que hacerlo funcionar trabajando con el máximmo de escasez de capital y de recursos.
Trabajando largas horas y muchas veces a costa de su familia y de salud, lleva su negocio adelante. Por los intereses personales que hay, es lógico que el empresario lo va hacer mejor.
Adicionalmente, es muy importante para tener éxito como empresario, es medir, entender y gestionar todos los riesgos que existen. Todos los días el empresario tiene que gestionar los riesgos que se encuentra en su negocio y, cuando algo pasa a nivel nacional e internacional, ver si se puede preparar para absorver los golpes que llegarán a su sector y a su negocio.
Políticos saben mucho de cómo gesionar los riesgos de las elecciones y temas relacionados y los funcionarios, que pueden ser muy buenos en lo que hacen, pero tiene bastante menos experiencia de riesgos empresariales, por no decir ninguna.
Es verdad que muchos empresarios hacen cosas mal y cosas malas, no siempre tratan a sus trabajadores como deben y no siempre se cuidadan de cumplir las leyes como deben. Pero de temas de sus propios negocios, no hay otros mejores, para montarlos y para llevarlos.
Si el dinero invertido es del empresario y de los suyos y si los beneficios van a ser suyos también, es lógico que las probabilidades son muy altas de que el esfuerzo del empresario será mayor y que lo haga mejor, comparado con lo que podrían hacer los políticos o los funcionarios. Es una carrera muy suya y la intromisión de los políticos y los reguladores sólo entorpece y empobrece.
Y esto va tanto con la creación de empresas como la creación de fondos de inversión para decidir donde invertir.
Si lo invertido y los beneficios son de otros y si no ganas directamente si lo haces bien o perderás directamente si lo haces mal, incluso todo lo que tienes, todo el esfuerzo de preparar, trabajar, etc. será menor.
No es lógico olvidarse de la lógica en estas evaluaciones.
En El Blog Salmón | Mas gobierno es peor para la economía que menos gobierno, incluso en crisis, Empresario, enemigo público, ¿Quién quiere ser empresario? y Los diez riesgos más importantes de los negocios