Si nos pensábamos que China y los países asiáticos eran el paraíso de la mano de obra barata, estamos muy equivocados. Las empresas textiles chinas se han deslocalizado hacia Sudáfrica, país con menores costes laborales que en la propia China.
Esta deslocalización se ha llevado a cabo por los salarios que pagan estas fábricas en muchos países del Africa subsahariana y por la ausencia de derechos laborales como tal. Las empresas chinas no pagan siquiera el salario mínimo vigente en estos países, para el caso de Sudáfrica, en torno a los 300 dólares, hasta el punto que el gobierno del país africano ha cerrado 5 fábricas textiles por pagar salarios muy por debajo de su propio SMI.
Esta deslocalización era evidente, dado que en China, los trabajadores ya comienzan a demandar más derechos laborales y obviamente, este perfil de empresa sólo busca costes bajos. En el caso africano, hay muchos países que todavía se encuentran con legislaciones nulas y que quieren industrializarse como sea.
Se deben distinguir dos efectos en este tipo de movimientos. El primero, la explotación de la fuerza laboral, hasta el punto de no permitir siquiera que un trabajador vaya al servicio durante su jornada de trabajo y en segundo, la relación salarial con la renta per cápita del país y el nivel de precios. Es decir, el problema no es pagar poco en términos absolutos, el problema es que esos propios trabajadores de esos países sólo consigan subsistir con los ingresos que obtienen del trabajo. Si el trabajo que se hace es por la subsistencia básica, poco ayudamos a ese país para que salga realmente de la pobreza y que pueda arrancar un desarrollo económico serio.
Más Información | OIT
En El Blog Salmón | Sudáfrica pasa a formar parte de los BRIC, Sudáfrica, un país de desigualdades económicas y (II)