Los inversores están nerviosos, los mercados están nerviosos y… el Gobierno está nervioso. Como les comentaba hace unos días, a poco más de una semana para las elecciones catalanas, los temores se van haciendo mayores mientras nuevas encuestas revelan que los partidos independentistas cada vez tienen más cerca la mayoría absoluta.
Salen informes que se contraponen los unos a los otros sobre el futuro económico de una posible Cataluña independiente y las declaraciones surgen por doquier con opiniones al respecto –fundamentadas o no- para despistar aun más a la opinión pública y a los inversores extranjeros, esos que llegaron en el punto álgido de la crisis porque vieron España como una oportunidad tras la debacle.
El Ejecutivo, que no es ajeno a esta confusión entre el dinero foráneo, se ha tenido que poner manos a la obra para reducir el pesimismo que reina en las capitales financieras internacionales acerca del futuro de España. Así, el ministro de Economía, Luis de Guindos, se marchará la próxima semana de gira para reunirse con inversores y representantes de las agencias de calificación en Londres y Nueva York.
En las dos grandes ciudades financieras, Guindos intentará calmar los ánimos y explicar a los inversores que España seguirá siendo políticamente estable pase lo que pase tanto el 27-S como el 20-D. En las últimas semanas la prima de riesgo de España se ha incrementado fruto de la tensión política que se respira, por lo que la intención del Gobierno es calmar las aguas para que la inversión siga regando la mejora económica.
Si bien, hay aspectos de peso que deberían preocupar a los inversores y a cualquier ahorrador de Cataluña.
Posibilidades de corralito
Ayer se conocía un informe que la propia Generalitat ha elaborado en el que aparece la posibilidad de que la independencia provoque un corralito financiero en el nuevo Estado, el cual sacó a colación el candidato del PP a la presidencia catalana, Xavier García Albiol, en un mitín.
En concreto, el Consejo Asesor de la Transición Nacional realizó este documento en diciembre de 2013 y en él ya avisaba de que el proceso independentista derivaría en una gran inestabilidad financiera debido al clima de tensión que provocaría el Gobierno español para frenarlo.
Por ello, no descarta que se tenga que producir un corralito, aunque cree que el fin justifica los medios y que merece la pena sortear esos obstáculos para lograr la tan ansiada independencia. Con estas perspectivas encima de la mesa, Luis de Guindos se ha visto en la obligación de irse de tour para mandar un mensaje de tranquilidad al mercado. No obstante, el mensaje puede saltar por los aires en unos pocos días…