La intrigante encuesta de inserción laboral de universitarios del INE
Mundo Laboral

La intrigante encuesta de inserción laboral de universitarios del INE

El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado en estos días por primera vez la Encuesta de Inserción Laboral de Titulados Universitarios, la cual realizó entre 2014 y parte de 2015 y que tiene por objeto de estudio a los jóvenes que salieron de las aulas en la promoción 2009-2010, cuando llegaron al mercado laboral casi 200.000 nuevos titulados en plena crisis económica en España.

Los resultados pintan un panorama quizá excesivamente favorable y optimista, pues, después de leer el informe, parece que en ese año España era sinónimo de bonanza y, sobre todo, de empleo para jóvenes. La fecha de publicación de la encuesta no es baladí, solo dos días después de las elecciones generales, en un momento en el que el PP se encuentra ante la tesitura de formar gobierno o acabar yendo a otras elecciones que, a tenor de experiencias pasadas, podrían reportarle mejores resultados que el pasado día 20.

Pasemos a ver las principales conclusiones de la encuesta. En primer lugar, el INE destaca que los titulados en 2010 presentan una tasa de actividad del 93,6%, vamos, que casi todos están trabajando, algo que me extraña especialmente teniendo en cuenta que yo me licencié justo ese año y no puedo decir lo mismo de mis compañeros. Un dato que se contradice más tarde, pues afirma que uno de cada cinco titulados de ese año está en paro y que casi 15.000 de ellos no ha trabajado nunca.

En cuanto a los que no estaban trabajando, seis de cada diez estaba aún estudiando. Las carreras que más salida han dado a sus estudiantes de esa promoción son Ingeniería Electrónica, Medicina, Ingeniería Automática y Electrónica Industrial e Ingeniería Naval. Por el contrario, los peor parados son los estudiantes de Filología Francesa, Diplomatura en Navegación Marítima, Filología Árabe, Historia del Arte y Ciencias del Mar. Es decir, que las carreras técnicas son las más demandadas del mercado actualmente.

Ahora vayamos a ver el tipo de contrato que tenían el año pasado estos trabajadores. El 43,2% tenía un trabajo “permanente” –no dice indefinido-, el 33,9% tenía contrato temporal, el 12% era becario o con contrato en prácticas y el 10% era emprendedor. Si bien, el INE aclara que dentro del grupo que tiene contrato “permanente”, la mayoría –el 61%- tiene 35 años o más. En cuanto al tipo de jornada que realizan, el 76,5% tiene contrato a tiempo completo, pero hay una diferencia considerable entre los hombres con esta jornada -83%- y las mujeres -71%-.

Sobrecualificación autopercibida

En un epígrafe llamado “sobrecualificación autopercibida”, el INE aclara que tres de cada cuatro de los titulados en el año 2010 que trabajaba hace un año consideraban que realizaban tareas propias a su titulación en su trabajo. Solo un 11,3% creía que sus quehaceres eran más propios de alguien con Formación Profesional de Grado Superior y un 7,2% que lo que hacían eran más propio de un titulado en un Grado Medio.

Igualmente, seis de cada diez dice haber desarrollado ya actividades propias de su cualificación en su primer trabajo. Este epígrafe es tremendamente curioso, porque la mayoría de los jóvenes españoles se queja de hacer trabajos para los que no necesita su carrera. De hecho, la generación que salió de las aulas en esa época es a la que han definido como demasiado cualificada para la situación del mercado laboral español. Y no lo digo yo, lo han dicho instituciones europeas, políticos, expertos… Es más, la propia encuesta del INE dice que el 30% de los encuestados que sí ha trabajado alguna vez considera que la carrera no le ha servido de nada.

Por otra parte, desvela que el 92,6% de los salidos de la promoción universitaria 2009-2010 ha tenido al menos un trabajo desde que acabó la carrera. Lo más curioso es que no dice de qué, por lo tanto, no se puede saber si era relacionado con sus estudios o no. Más de la mitad de los titulados ya estaba trabajando a los tres meses de finalizar la carrera. Por su parte, casi el 30% consiguió su primer empleo mientras estudiaba y continuó seis meses más en ese puesto una vez acabados los estudios. El 24,7% tardó menos de tres meses en conseguir ese primer trabajo.

En cuanto al tipo de contrato, el 46,6% tuvo un primer trabajo de carácter temporal, el 27% ya lo obtuvo como “permanente”, el 19,2% en prácticas y el 5,2% de forma independiente. Llama mucho la atención que solo menos del 20% de los recién licenciados obtuvieran primero una beca o unas prácticas mientras que el resto ya pasó a contrato normal, sobre todo si tenemos en cuenta que muchos jóvenes se pueden pasar hasta años como becarios –la que aquí escribe y que salió de esa promoción está entre ellos-.

¿Es está la realidad?

El entorno que dibuja esta encuesta es altamente optimista y parece que nunca hubo crisis en España, al menos no para estos casi 200.000 universitarios, que justo terminaron la carrera cuando peor estaba el panorama.

Según los últimos datos difundidos por la OCDE, España es el país de todo el grupo con los peores datos de paro juvenil. La tasa de desempleados con menos de 25 años está en el 48%, es decir, casi la mitad. Bien es cierto que los titulados en 2009-2010 ya tienen más de esa edad, pero, a falta de datos exactos por edad, cabe resaltar que todavía hay casi un 20% de personas con 25 años o más que está en paro, según los datos de Eurostat.

España tiene ahora mismo una tasa de paro global del 22% -algo menos de cinco millones de personas sin trabajo-, una cifra que ha bajado durante la última legislatura gracias a que también ha bajado la población activa debido a los muchos españoles que han tenido que emigrar para buscarse el pan. Es por ello que esta encuesta choca tanto con la realidad de a pie, donde son muchos los jóvenes –precisamente de esa promoción universitaria- que han tenido que marcharse fuera para trabajar o que, si lo han conseguido en España es en trabajos para los que están sobrecualificados, pues la media de sobrecualificación en nuestro país** es del 25%**, cuando en el resto de la UE está en el 20%.

Como bien saben las encuestas no son nunca exactas, tienen muchos sesgos y es muy temerario tomarlas al pie de la letra, porque es imposible que abarquen la realidad al 100%. Por lo tanto, esta del INE es otra más que se debe tener en cuenta, pero no a pies juntillas. Juzguen ustedes mismos.

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