Recientemente se comentaba el giro que estaba dando la política comercial de El Corte Ingles debido a la crisis. Abandonaba su imagen de precios caros, rebajando el precio de numerosos productos. Sostener la facturación exigía reducir los márgenes, y una víctima colateral (entre otros) de esta apuesta ha sido un colectivo interno: los empleados de El Corte Inglés ven en peligro sus descuentos.
Todos los que nos manejamos en el mundo de la empresa sabemos que las grandes empresas de distribución no son un negocio comercial, no al menos en el siglo XXI. El negocio comercial es el orígen, la excusa, etc, pero hoy por hoy son negocios inmobiliarios (reclasifican el suelo como nadie), pero especialmente son negocios financieros. Son de las pocas empresas que cuentan con periodos medios de maduración negativos, cobrando antes de lo que pagan. Esto genera unas inmensas masas de tesorería que dan para mucho.
El meollo de estas prácticas está en la negociación con proveedores. Claro que, otro tanto ocurre con los propios empleados de la empresa, cuya nómina se abona en cuenta interior de la misma. No había una domiciliación externa, a una cuenta bancaria. Inicialmente tenias que ir al cajero y disponer con tu tarjeta de ECI del dinero, aunque parece que esto ha cambiado con el tiempo, y ahora puede uno ir ese día y solicitar una transferencia de fondos a una cuenta bancaria (pero no de modo automatizado).
Evidentemente, esto deja un capital operativo a disposición del grupo de lo más goloso. Para enganchar dichos saldos se ofrecen condiciones especiales a los empleados, tanto desde el punto de vista financiero (retribución de la cuenta, opciones de inversión en pagarés, etc) como comercial. Los empleados disponen de un abanico de descuentos a la hora de adquirir bienes y servicios del grupo, cargandose dichos importes contra esas cuentas interiores donde se les abonan las nominas. Si tenemos en cuenta las numerosas horas que pasa un empleado de distribución en su centro comercial, es lógico pensar donde va a consumir gran parte de su presupuesto, con todos estos condicionantes.
Esta práctica, que me recuerda en gran medida a las de la repercusión de costes por cantina y alojamiento de los mineros a inicios de siglo, parece llegar a su fin. Veamos la siguiente comunicación de FETICO, uno de los principales sindicatos de ECI, destacando los siguientes párrafos:
Compañeros/as, la empresa ha iniciado la aplicación de un art.41ET con el fin de modificar el descuento en compras para empleados. Poniendo en marcha una bajada de descuentos que llegará hasta el 0% en muchas áreas exceptuando alimentación.
Teniendo en cuenta que había descuentos de hasta un 15%, la tajada es considerable.
Las explicaciones de la empresa son de falta de rentabilidad económica de estos departamentos y la imposibilidad de mantener un descuento en productos que puedan quedar, incluso, por debajo del coste.
Habría que ver hasta que punto eso ultimo es cierto, aunque huele a que la entidad pretende que su campaña de rebaja de precios la paguen sus "consumidores internos"
Podríamos entender un reajuste en algunos departamentos muy concretos donde nuestro descuento es mayor que el del trabajador de esa empresa (caso Apple), pero hacerlo en tantas áreas, con tantas referencias, y coincidiendo con el momento donde la empresa nos explica que quiere que compremos más en la “casa” nos parece una contradicción de proporciones bíblicas.
El tema de los descuentos en Apple es interesante. Y resulta muy llamativo como se llama a los dentro a consumir más. teniendo en cuenta que la empresa tiene claro lo que consume dada uno, me temo que no sería descartable la configuración de dos tipos de trabajadores: los buenos que consumen todo o casi todo en ECI y los malos con veleidades con la competencia.
De algún modo vienen a intentar emular la política de Mercadona, sin descuentos para empleados, con la diferencia de que los precios de ésta son sustancialmente inferiores a los del grupo ECI. Eso si, parece que le está costando implantar la medida.
A título personal me parece estupendo que la empresa haga ofertas (que pasan por caja de hacienda) a sus empleados, pero no que pretenda hacer de los mismos clientes cautivos, ya sea para colocarles un paquete de garbanzos en este caso, o unas acciones en el caso de los Bancos. ¿Qué opináis vosotros?
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