El escándalo Volkswagen de Jack Ewing es un libro sobre cómo sucedió que una de las mayores corporaciones del mundo efectuara un fraude tan grande a las autoridades medioambientales de todo el mundo y no se detectara. Jack Ewing es el corresponsal en Alemania de Economía del New York times, por lo que ha tenido una posición privilegiada entre EEUU (dónde se ha considerado un verdadero escándalo pese a la casi indiferencia con la que se ha tomado en Europa) y Alemania, el país que albergaba a el verdadero centro de decisión del fabricante.
Jack Ewing nos cuenta en su libro desde los orígenes de Volkswagen hasta los acontecimientos de 2016, por lo que es un libro muy actual y en el que entendemos como Volkswagen pasa de ser de un proyecto de la postguerra a uno de los mayores fabricantes de automóviles del mundo. Y como justo cuando estaba tocando la cumbre, su nombre se convierte en sinónimo del mayor escándalo medioambiental del mundo.
Volkswagen, el coche de Porsche y Hitler
Los orígenes de los fabricantes de coches suelen estar en un señor visionario o tal vez una empresa que se dedicaba a fabricar productos mecánicos y poco a poco pasaron a productos más complejos como los automóviles. Esta es la historia de Peugeot, Toyota, Chevrolet, Ford, Citroën… Pero no la de Volkswagen. Volkswagen nació como una idea de Hitler para motorizar a su población que encargó a uno de los grandes nombres de la automoción: Ferdinand Porsche.
El proyecto y la fábrica se vieron interrumpidos por la Segunda Guerra Mundial, pero sobrevivieron a la misma, la postguerra y la ocupación aliada. Así que se pusieron a fabricar coches con un diseño discutible como locos que no sólo tuvieron éxito en su país natal, sino también en prácticamente cualquier país al que exportaron. Este diseño de Porsche, aunque la familia Porsche no estuviera al mando (aunque si se le tenía en alta estima en la empresa) fue la que consiguió que la empresa se convirtiera en un destacado fabricante alemán.
Ferdinand Piëch, tercera generación de la familia Porsche
Ferdinand Piëch era nieto de Ferdinand Porsche, y muy ambicioso. Piëch de familia austriaca se graduó en en la prestigiosa ETH de Zurich y empezó a trabajar en el negocio familiar Porsche. De ahí pasó a trabajar en Audi, siendo creador del Audi 80, el Audi 100 y del Audi Quattro. Piech ascendería por Audi y sería el artífice de lo que es Audi ahora. Hace muchos años no se consideraba una marca al nivel de BMW o Mercedes como está ahora. Es a Piëch al que le tienen que agradecer en Inglostadt su prestigio.
Piëch era ambicioso y de Audi pasaría a la matriz, Volkswagen donde ocuparía la posición más alta. Que fuera también propietario de una parte significativa de Porsche no pareció ser un problema. Allí Piech se dedicó a lo que sería su verdadero objetivo, convertir el legado del abuelo en el mayor fabricante de coches del mundo.
Piech fue un gerente agresivo como el que más. No sólo por la compra de otros fabricantes como Lamborghini o Bentley-Rolls Royce (aunque se tuvo que conformar con quedarse sólo con Bentley) y por lanzar proyectos difíciles de entender como el Volkswagen Phaeton o incluso el restablecimiento de Bugatti.
También su obsesión con compartir componentes entre vehículos (motivo por el que por ejemplo el Golf y el A3 son tan parecidos entre sí) consiguió abaratar costes, aunque un fallo en un componente se propagaba por todos los productos de la empresa. Otro de sus ejemplos es la exigencia que tenía sobre los empleados. El gran Bob Lutz cuando era presidente de General Motors le preguntó que cómo había conseguido reducir el tamaño de las juntas del interior del coche (algo muy importante para la calidad percibida por parte del consumidor). La respuesta fue que fácil, amenazó con despedir al equipo de ingenieros si no lo hacían.
También durante la época de Piech sucedieron dos movimientos corporativos que han sido cuestionados. El primero fue el fichaje del español Ignacio López de Arriortúa “Superlópez”, vicepresidente de compras de GM. El autor dice que fue un grave golpe para GM y Opel, que empezó a quedarse atrás frente a Volkswagen a partir de ese punto dando una fuerte ventaja a Volkswagen en compras pudiéndose quedar con información sobre lo que pagaba GM por pieza. No obstante, el accidente que dejó a “Superlópez” en coma tres meses y la negativa de España para extraditarlo hicieron que Piëch no saliera mal del escándalo, sino reforzado.
El otro son los movimientos financieros que casi consiguieron que Porsche se hiciera con el control de Volkswagen a un buen precio gracias a la compra de opciones sobre acciones a través del Maple Bank. A Porsche no le salió bien la apuesta, pero se resolvió mediante un intercambio de acciones. Volkswagen se convertiría en la propietaria de Porsche y de los concesionarios que la familia Porsche Piëch tenía en Austria y las familias Porsche y Piëch pasarían a tener una fuerte posición de control en Volkswagen. No como hubiera querido Ferdinand Piech, pero la familia estaba casi con el control de Volkswagen y con el control de
Diesel, AdBlue y normativas de emisiones
Nos encontramos con que las normativas de emisiones son cada vez más difíciles de cumplir. Especialmente las de óxidos de nitrógeno. Además la tecnología por la que se ha estado apostando en la empresa desde los tiempos de Piëch en Audi es el motor diésel (como en otros muchos fabricantes europeos). ¿Qué hacer cuando estás obligado a reducir las emisiones en tan poco tiempo?
La opción lógica una vez agotados la capacidad de los catalizadores y otros filtros de partículas es usar mayor cantidad de AdBlue, una solución de urea. No obstante, aunque para Mercedes y BMW era una opción (vendían coches más grandes y caros en los que se podía incorporar un depósito más grande), no lo era para Volkswagen, que quería vender coches de gama media. Al final se acabó sacando de la manga un dispositivo que detectaba el sonido de los rodillos en el banco de pruebas. Como los motores eran comunes, el problema se desplazó por toda la gama.
Al final se les pilló
El problema es que en las instalaciones gubernamentales las pruebas de emisiones se hacían en laboratorios sobre rodillos, pero hubo a quién se le ocurrió hacer las pruebas en condiciones reales, La Universidad de Virginia Occidental tenía un departamento especializado en esta área tan poco sexy y realizar las comprobaciones fue un tema interesante para el doctorado de dos estudiantes extranjeros.
Al partir de este estudio surgieron todos los demás, las reuniones interminables con la California Air Resource Board que buscaba mejorarlos vehículos. Cuando la presión fue tan alta y se acabó descubriendo el pastel de que los vehículos de Volkswagen eran más contaminantes de lo permitido porque estaban diseñados para engañar las pruebas y usar más Adblue cuando estaban en un banco de pruebas, la empresa estaba sentenciada.
A diferencia de Daimler (Mercedes) y de BMW que están en ciudades más grandes y cosmopolitas, Volkswagen está en la ciudad fundada para ellos, Wolfsburgo. Convirtiendo la atmósfera en más opresiva para “el que se mueve no sale en la foto”. Según el autor, con un concepto muy americano, el alemán es el idioma de la empresa frente a BMW y Mercedes que se basan más en el inglés como “lingua franca” en la empresa. Esto ha hecho que Volkswagen sea más alemana, pero también más cerrada y hermética.
Consecuencias para Volkswagen ¿una lastra en su futuro?
La pregunta es que si los 14.700 millones de dólares que han supuesto la multa (10.000 millones de ellos dedicados a indemnizar a los propietarios) sólo en EEUU junto con las multas en otras jurisdicciones y aquellas que están por venir, no han podido llegar en un peor momento para Volkswagen.
En un momento en el que el futuro del automóvil parece ir por la electrificación y la conducción autónoma, no queda muy claro que va a suceder si se drenan recursos de una empresa que no va a poder dedicar a desarrollar las nuevas tecnologías. Ferdinand Piëch reconoció en una entrevista en televisión que la primera generación construye la segunda mantiene y la tercera destruye, y que ellos estuvieron a punto de destruir el legado de su abuelo en 2008.
En El Blog Salmón | Los tres culpables del escándalo de emisiones de Volkswagen, ¿Qué ha pasado y qué va a pasar con los escándalos de emisiones de los coches? y El fraude en Volkswagen debe penalizarse
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Disclaimer: el libro ha sido proporcionado a El Blog Salmón por la editorial (Deusto)