Susana Díaz, candidata a Secretaria General del PSOE, ha presentado hoy su documento de propuestas por si ganara la Secretaría General. Entre sus proyectos está impulsar un sistema de créditos públicos para que la gente joven pueda desarrollar su vida profesional.
Hay, sin embargo, varios obstáculos en este plan. El primero es que Susana Díaz tiene que ganar las primarias este domingo. El segundo es que, aunque gane, tendría que imponerlo en la agenda del Gobierno o lograr ser Presidenta, cosa que no es nada fácil. Aún así la idea es buena.
En qué consiste el plan
El plan es muy sencillo. Los jóvenes que tengan un plan formativo, de trabajo o de emprendimiento, recibirán 24.000 euros, ya sea en tres años (8.000 euros al año) o en cuatro años (6.000 euros al año). En el caso de que sea un plan de emprendimiento se podría cobrar en un único pago pero con tutela de la administración.
¿Cómo se efectúa la devolución del dinero? A través del IRPF durante 10 ó 20 años y sin intereses. Pero habría un mínimo sueldo umbral. Si no se supera no se devuelve, es decir, el crédito no será una carga para los que no logren una situación laboral digna.
¿Y esto aumenta el déficit? Según el equipo de Susana Diaz no, ya que solo cuesta 1.000 millones de euros al año: la subvención de intereses y los posibles fallidos. El resto se recupera por el aumento de la recaudación del IRPF.
Un programa similar al de Suecia
Este plan es bastante similar a lo que tienen en Suecia, donde los estudiantes reciben una beca y una ayuda financiera que deberán devolver cuando trabajen. El sistema funciona muy bien y casi todos los estudiantes lo solicitan, pudiendo así estudiar sin necesidad de recibir ayuda financiera de sus padres.
Una vez el estudiante empieza a trabajar su tipo de IRPF aumenta para poder devolver el préstamo. En el pasado si se llegaba a la jubilación y no se había develto la totalidad, el resto quedaba exento, pero se modificó para que lo tuvieran que devolver.
Lo bueno de un sistema así es que nadie se queda sin recibir formación por no tener recursos económicos. Eso sí, exigen unos ciertos resultados para poder seguir obteniendo esta ayuda. La cuantía actual es de 257 euros a la semana. Cuando hay vacaciones no reciben nada y por tanto los estudiantes suelen buscar un trabajo para dichos meses. El máximo tiempo que se puede recibir dicha ayuda es de 12 semestres (240 semanas).
En general los planes de ayuda a los estudiantes son una buena idea. Y más si se hace en base a créditos, ya que la inversión en los estudios sale a cuenta pero muchas veces los jóvenes no se lo pueden permitir.
El plan de Díaz es más ambicioso, ya que se amplía a gente que trabaja y que quiere emprender. Esto, para el caso de España, me parece una buena idea ya que los primeros sueldos pueden ser muy bajos en nuestro país y dotar de libertad financiera a los jóvenes les puede ayudar a progresar.
Problemas de financiación
El problema de este plan es que, aunque Susana Diaz diga que el coste es muy bajo, realmente empezarlo tiene un coste alto. Hagamos unos cálculos: si cualquiera puede solicitar el crédito al cumplir los 18 años (y las condiciones son tan ventajosas que un gran porcentaje lo haría, digamos un 80%), cada año lo solicitarían de 300.000 a 400.000 jóvenes. Esto tiene un coste para el Estado de 3.200 millones de euros al año, más los 1.000 millones por los intereses no pagados.
El primer año los costes serían mayores, ya que lo solicitarían los que tienen 18, 19, 20... ya que antes no existía la ayuda. Podemos estar hablando de 10.000 millones o más para poner en marcha el plan.
Por otro lado quizá los 1.000 millones anuales se han subestimado. Para el caso de los estudiantes es fácil calcularlo, incluso en el de los que trabajan. Pero en el de los emprendedores no tanto, por mucho que haya tutela del Estado. No olvidemos el desastre que fueron las líneas ICO.