Volvemos de vacaciones y pocas cosas nuevas en el panorama económico, incluido el sector inmobiliario. Tras los sustos del verano por las caidas de las bolsas siguiendo el crack del sistema americano de hipotecas, en España se sigue advirtiendo sobre la crisis que se avecina. Le toca el turno a la Red de Expertos Inmobiliarios, que afirma que el 30% de las agencias inmobiliarias podrían cerrar en 2007 nada más y nada menos. Afirman estar sufriendo un importante parón en las ventas, y que ante esta situación muchas agencias no podrán aguantar. ¡Quién se lo iba a decir!
Y es que no hay que ser tan experto para inferir que ningún tipo de negocio, con la castiza excepción de los bares ("sólo en Antón Martín hay más bares que en toda Noruega", cantaba Sabina) y la sempiterna de los bancos puede tener dos, tres o más sucursales distintas en la misma calle sin que tarde o temprano sobren oficinas. Es de sentido común. No se si los lectores recordarán el "boom" de los videoclubs hará ya la friolera de veinte años (que viejos nos hacemos algunos). Había videoclubs en cada esquina, y lógicamente el sector acabó por ajustarse con el consiguiente cierre de los comercios menos competitivos. Años después el negocio está absolutamente diezmado por el auge de las descargas on-line y el top-manta, pero no nos salgamos del tema que nos ocupa.
Más recientemente recuerdo el auge de los "todo a veinte duros" (a los lectores más precoces les sonará extraño incluso lo de los duros - insisto, qué viejos nos hacemos). De nuevo, un todo a cien en cada esquina, seguidos posteriormente por los cómicos "todo a 100, 200, 300, 500, 1000, 1500 y más". No exagero, juro haber visto este nombre de establecimiento en Sevilla. Una vez más imperó la lógica de mercado y acabó con gran número de ellos. Sobre la misma epoca existió fugazmente el boom de las tiendas de informática de barrio: en todas las calles había un chaval que había aprendido a montar PC's y quería hacer de ello su modo de vida, y además traía los CD's de mil en mil para venderlos más baratos que nadie. Una vez más, reajuste.
Y finalmente hemos sufrido el advenimiento de las franquicias inmobiliarias, en el que casi cada hijo de vecino ha abierto una oficina ante la promesa del dinero fácil y rápido. Ante este tipo de situaciones, siempre hay que tener en mente una máxima de las inversiones: cuando los negocios se hacen "vox pópuli", los que realmente saben ya están desinvirtiendo. Y es que en las inversiones, lamentablemente, aunque no se trate de un juego de suma cero es infrecuente el "café para todos".
Vía | La Vanguardia En El Blog Salmón | Caen los pisos en las principales ciudades, la vivienda bajará un 30%