El Banco Santander acaba de anunciar su intención de reentrar el sector de servicios de telefonía móviles, esta vez como uno más de los operadores virtuales.
Los operadores virtuales no tienen red de telefonía propia y la alquilan a las empresas que si tienen infraestructura. Con este alquiler de capacidad y tráfico, los operadores virtuales pueden ofrecer servicios de telefonía y competir, incluso con las empresas que gestionan estas infraestructuras.
A las empresas con las redes les interesa ya que sus redes implican costos fijos y sus acuerdos con los operadores virtuales les permite aumentar la utilización de sus redes y, así, rentabilizar sus inversiones.
Esta forma de operar la hemos promocionado en estas páginas hace tiempo, la separación de los que gestionan las redes y los que ofrecen el servicio, alquilando capacidad de tráfico en las redes existentes.
Donde se complican las cosas es cuando una misma empresa controla las redes y, además, ofrece servicios también. En estos casos las empresas que controlan redes tienen mucha tentación de mantener una ventaja competitiva frente a los competidores en la oferta de servicios, especialmente en sus respuestas cuando hay problemas de conexión u otro problema técnico.
En el sector eléctrico español, esta separación funciona muy bien, con Red Eléctrica de España controlando la red de forma independiente y las empresas eléctricas ofreciendo servicios de electricidad a sus clientes, compitiendo en el mismo nivel.
En el caso de telefonía fija, esta separación no existe, ya que Telefónica de España controla la infraestructura telefónica, que incluye la que permite el ADSL, y alquila esta infraestructura a empresas que quieren ofrecer servicios telefónicos y de ADSL, compitiendo ferozmente con ellos en la oferta de servicios.
Nuestras llamadas de separar estas dos partes de Telefónica de España, ya que es fácil abusar de su posición, no han sido llevadas a cabo.
Fuera de España, esta separación de infraestructura y de servicios no existe, incluso en el sector eléctrico.
Curiosamente, el gobierno español alardea de su situación avanzada en el sector eléctrico, con la separación mencionada, al mismo tiempo de que rechaza hacer lo mismo en el sector de telecomunicaciones.
En cuanto al Banco Santander, el sector de telefonía móvil no le es extraño.
Allí por los años 1990, gano la subasta que el gobierno organizó para la creación de lo que entoces sería la segunda empresa de telefonía móvil, Airtel. Varios años después, con Airtel ya cotizando en bolsa, Banco Santander vendió su participación generando un beneficio multimillonario.
Entonces, le fué muy bien su participación en este negocio. Ya veremos cómo le va esta vez, en un sector mucho más competitivo.
Vía | El Economista
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