Como ya se ha hablado en estas páginas, las cajas españolas están buscando su forma de salir de las dificultades financieras y una de las formas que se está fomentando es la fusión de algunas.
No me parece mal ya que la situación de algunas es tal que aconseja que se considere alguna fusión o, incluso, algo más dramático. Aunque, muchas veces cuando juntas dos entidades financieras pequeñas con problemas para hacer una, normalmente terminas con una entidad financiera con problemas, pero más con problemas grandes.
Es decir que, si nada más cambia, una pura fusión de algunas cajas en dificultad puede que elimine varios problemas pequeños pero a costa de crear un problema grande.
Lo que estamos viendo con los movimientos de las cajas en el sistema financiero español, tiene poco que ver con las estrategias empresariales, industriales y financieras. Lo que estamos viendo es pura política, y poco o nada política económica.
Sólo eso explica la coincidencia de que las cajas que se están fusionando son las andaluzas con las andaluzas, las castilla-manchegas con las castilla-manchegas, las vascas con las vascas, las catalanas con catalanas y las gallegas con las gallegas.
Ahí están los gobiernos regionales para fomentarlo y para advertir a posibles pujantes alternativos a que no pierdan el tiempo.
Puede que no sean todas las regiones pero eso ya veremos.
Parece que no se ha aprendido nada en estos tiempos de dificultades y, si se ha aprendido algo, es justo lo contrario a lo que deberían haber aprendido.
En el sistema financiero español, las cajas, especialmente, han estado a la merced de los caprichos políticos desde hace tiempo, por no decir desde siempre, así están sus resultados y sus balances.
No obstante, los políticos no quieren soltar las riendas y prefieren crear un campeon regional suyo para llevar la bandera regional y para controlar y dirigir a su antojo y hace tiempo que lo estamos viendo venir en estas páginas.
Por lo que estoy viendo, el Banco de España, al que le debería interesar el desarrollo de estas cosas se está manteniendo preocupantemente calladito y pasivo.
Lo que no necesita el sistema financiero español es que una parte de ella se mantenga bajo el firme control de los políticos para actuar caprichosamente.
Que no vengan pidiendo injecciones de capital para estos nuevos mamuts que, con una morosidad por encima del 5% y creciendo, es altamente probable.
Si quieren capital que vayan al mercado y le convenzan que su propuesta estratégica es digna de inversión.
Con lo que están creado, es probable que los políticos pidan ayudas financieras para sus campeones y eso es cuando debemos exigir condiciones.
Si esperan recibir capital de apoyo del Estado, que sea con condiciones.
Ayudas deberían ser para seguir el camino de eficiencia y competitividad, despolitización, apertura a las visicitudes estratégicas del mercado, es decir, si hay compras o fusiones, que sean sin exclusividad regional y, si hay que cerrar alguna, que se cierre.
No son para dar a politicos una plataforma más grande para sus intervenciones en la economía.
Hace un tiempo, mi compañero Miguel preguntó lo siguiente en estas páginas:
¿Cuál es el futuro de las cajas? ¿Seguir fieles a su espíritu con el riesgo de que quiebren y desaparezcan o ya es hora de que se conviertan en bancos con accionistas detrás?
Ahora vemos que la respuesta es una variación de la primera, más de lo mismo a nivel regional pero el muerto más grande.
Vía | La Voz de Galicia
En El Blog Salmón | Las Cajas de Ahorros y las futuras fusiones y Caja Navarra da el primer paso para despolitizar las cajas de ahorros