
La experiencia en el supermercado ha dado un giro de 180 grados. En pleno siglo XXI, los hábitos de consumo están cada vez más orientados a la proximidad y la eficiencia. Tanto las pequeñas marcas, como los grandes supermercados tienen que adaptarse a una realidad que cambia a pasos agigantados. No hacerlo, ya no es una opción.
En este sentido, el sector de la distribución alimentaria en España refleja dos realidades muy distintas con dos casos especialmente destacables. Mientras Mercadona no deja de acumular éxitos y beneficios en tiempo récord, Alcampo se enfrenta a un escenario complicado con cierres de tiendas, despidos masivos y una cuota de mercado menguante.
Estas dos trayectorias contrapuestas ilustran una transformación silenciosa en la manera en que los consumidores españoles hacen la compra.
El supermercado de barrio y el modelo de eficiencia parecen ganar terreno, mientras el hipermercado tradicional y las apuestas fallidas de expansión territorial acaban por penalizar a quienes no se adaptan a tiempo.
Alcampo paga caro sus errores estratégicos
En 2023, Alcampo apostó fuerte por ganar proximidad con la compra de 224 supermercados de Dia en España. El movimiento, que también se replicó en Portugal por parte de Auchan, pretendía fortalecer la presencia del grupo en la Península Ibérica. Sin embargo, en nuestro país, la estrategia no ha dado los frutos esperados. Muchas de estas tiendas no encajaban en su modelo de negocio, estaban mal ubicadas o simplemente no eran rentables.
Como prueba, de los 25 establecimientos que Alcampo cerrará en los próximos meses, 23 proceden precisamente de esa operación. No solo eso: la compañía no ha conseguido traducir esta adquisición en un aumento de su cuota de mercado. Hoy, su presencia representa apenas un 3%, una caída significativa respecto al año anterior.
El hipermercado ya no es lo que era
El segundo gran lastre para Alcampo es su insistencia en el modelo del hipermercado.Mientras los consumidores optan cada vez más por tiendas cercanas, de menor tamaño y rápidas de recorrer, la empresa sigue contando con 80 grandes y pequeños hipermercados. Aunque se han llevado a cabo reformas y reducciones de espacio en algunos centros, el concepto parece estar desfasado frente al auge de la compra rápida y frecuente.
La cadena francesa ha comenzado a reajustar algunos de sus grandes centros, como los de Albacete o Diagonal Mar en Barcelona, tratando de adaptar su oferta a los nuevos hábitos. Pero la realidad es que el formato de gran superficie pierde relevancia frente a los supermercados de proximidad, que ya superan las 48.000 unidades en toda España.
Un ERE para más de 700 trabajadores
Los malos resultados han derivado en decisiones drásticas. Alcampo ha planteado un Expediente de Regulación de Empleo que afectará a 710 empleados, repartidos entre 145 supermercados y ocho hipermercados. Una medida que, según la compañía, busca allanar el camino hacia un modelo más rentable y sostenible.
En 2024, Alcampo registró una facturación de 5.004 millones de euros, ligeramente inferior a la del año anterior. El ajuste se presenta, según la propia empresa, como una “decisión difícil”, pero necesaria para poder estabilizar sus cuentas y preparar el terreno para el futuro.
Un panorama incierto también en Francia
Los problemas de Alcampo no son exclusivos de España. Su matriz, Auchan Retail, vive una situación delicada en Francia, donde ha anunciado un plan de reestructuración que afectará a casi 2.400 trabajadores. El grupo ha sufrido fuertes pérdidas y ha decidido renovar por completo su cúpula directiva, con la esperanza de recuperar el rumbo.
La nueva dirección, liderada por Fabien Derville, tendrá el reto de redefinir la estrategia del grupo en un momento crítico, con resultados negativos y una estructura de negocio que necesita cambios profundos para adaptarse al nuevo contexto europeo.
Mercadona, imagen de la eficiencia y márgenes de récord
Mientras tanto, Mercadona continúa su ascenso imparable en el mercado nacional. La cadena valenciana ha conseguido en 2024 un margen neto del 3,88%, una cifra extraordinaria en el mundo de la distribución alimentaria, donde los márgenes suelen situarse entre el 1% y el 2%.
Este éxito no es fruto del azar. Mercadona ha construido durante décadas un modelo de negocio basado en la eficiencia total, el control absoluto sobre su cadena de suministro y un fuerte protagonismo de la marca propia. Estrategias como la limitación del surtido, la inversión en logística y la eliminación de descuentos puntuales a favor de precios estables le han permitido aumentar su rentabilidad sin perder competitividad.
El poder de la marca blanca y la relación con proveedores
El 58% de las ventas de Mercadona provienen de productos de marca propia, como Hacendado o Deliplus. Esta apuesta permite reducir intermediarios, controlar la calidad y ofrecer precios competitivos. Además, la relación de largo plazo con sus proveedores, estructurada primero como “interproveedores” y ahora como “proveedores Totaler”, ha sido clave para asegurar suministro eficiente y costes controlados.
Una logística puntera
Otro pilar del éxito de Mercadona es su red logística, una de las más avanzadas de Europa. Con centros altamente automatizados, la compañía consigue llevar productos frescos a sus tiendas en menos de 24 horas, reduciendo mermas y mejorando la calidad final percibida por el consumidor.
En 2024, la empresa invirtió más de 270 millones de euros en este apartado, un esfuerzo que se traduce en una productividad por empleado de más de 313.000 euros anuales, la más alta del sector.
¿Un modelo difícil de exportar?
No obstante, no todo es triunfalismo en Mercadona. Su intento de internacionalización en Portugal avanza lentamente. Tras cinco años en el país vecino, apenas cuenta con sesenta tiendas y una cuota de mercado reducida. Aunque ya genera beneficios allí, el proceso de expansión está siendo más lento y costoso de lo previsto.
El modelo que triunfa en España necesita de una escala crítica que todavía no se ha alcanzado -por ahora- fuera de nuestras fronteras, y la competencia local, más consolidada, representa un obstáculo considerable. Por ahora, la cadena ha paralizado cualquier intento de llegar a un tercer país, a la espera de consolidar su posición en Portugal.
El contraste entre Mercadona y Alcampo no hace más que reflejar una realidad que ya es imposible de ignorar: el supermercado de proximidad y la eficiencia operativa son claves en el nuevo ecosistema del retail.
Mientras unos siguen anclados en modelos del pasado, otros se reinventan constantemente. Y como telón de fondo: la oferta de lugares donde hacer la compra para los consumidores españoles se estrecha.