Warren Buffett ha sido el inversor más exitoso de la historia. Por qué es difícil que ni su sucesor ni nadie pueda repetir su hazaña

Warren Buffett ha sido el inversor más exitoso de la historia. Por qué es difícil que ni su sucesor ni nadie pueda repetir su hazaña
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Warren Buffett, apodado el "Oráculo de Omaha", es uno de los inversores más exitosos de todos los tiempos. Desde que tomó el control de Berkshire Hathaway en 1965, transformó una empresa textil en decadencia en un conglomerado multinacional con un valor de mercado superior a los $800 mil millones de dólares. Su filosofía de inversión basada en el valor, inspirada en Benjamin Graham, se centró en adquirir negocios subvalorados o empresas con ventajas competitivas duraderas, como Coca-Cola, American Express y Apple.

Buffett logró un rendimiento anual compuesto cercano al 20% durante casi seis décadas, más del doble del rendimiento del S&P 500 en el mismo periodo (Berkshire Hathaway Shareholder Letters, 2023). Su estilo prudente y paciente, su enfoque en el largo plazo y su capacidad para identificar talento gestor convirtieron a Berkshire en un modelo de éxito empresarial y de inversión.

Reciéntemente ha anunciado que se retirará este año, con 94 años de edad y tras la pérdida de su socio Charlie Munger era cuestión de tiempo. Su sucesor Greg Abel lo va a tener muy complicado si quiere mantener las rentabilidades a las que nos acostumbró Buffet.

Aunque muchos intentan seguir sus pasos, existen razones estructurales y coyunturales por las que el éxito de Buffett es poco o imposible de replicar en el futuro. De hecho es probable que ni siquiera lo esté consiguiendo el propio Buffett, entre 2015 y 2025 no ha habido mucha diferencia entre invertir en Berkshire o hacerlo en el S&P500.

Otra cosa es que hablemos del periodo entre 1965 y 2015, ahí ha habido una diferencia notable o en los primeros meses de 2025.

¿Por qué estoy seguro de que algo así no se repetirá? Existen varios motivos:

Crecimiento del PIB de EE. UU. entre 1965-2023

Entre 1965 y 2023, el PIB real de Estados Unidos creció aproximadamente un 3% anual, impulsado por la posguerra, la expansión demográfica, la innovación tecnológica y la globalización (U.S. Bureau of Economic Analysis (BEA), Real GDP Data, 2023). Este entorno macroeconómico fue altamente favorable para la acumulación de capital. En contraste, las proyecciones actuales del crecimiento del PIB estadounidense a largo plazo rondan entre el 1.5% y 2%, debido al envejecimiento de la población y la desaceleración de la productividad (Congressional Budget Office (CBO), Long-Term Budget Outlook, 2025).

Buffett creció junto con la economía más próspera de la historia moderna. Este contexto expansivo fue clave para su éxito, y es improbable que vuelva a producirse con la misma intensidad. De hecho hasta ha pilado bajo su gestión la salida de China de la economía planificada, lo que ha impactado positivamente en las ventas de algunas de sus inversiones como BYD o American Express.

Una alternativa pudiera ser un crecimiento notable en países emergentes, quizás India, aunque es poco probable que alcance dicho PIB per cápita, si podría enriquecerse bastante con las reformas adecuadas. Tal vez se pueda encontrar potencial en Brasil o Indonesia, pero es muy poco probable que veamos un crecimiento equivalente por el siguiente motivo:

Colapso Poblacional Global y Baja Tasa de Natalidad

La natalidad ha caído en casi todas las economías desarrolladas y también en muchas emergentes como casi toda Hispanoamérica o muchos países asiáticos. Japón, Corea del Sur, China, buena parte de Europa y en menor medida EEUU  están en una crisis demográfica que limita su crecimiento económico potencial (UN World Population Prospects, 2023).

Aunque el PIB per cápita puede seguir creciendo gracias a la automatización y la inteligencia artificial, el crecimiento económico agregado (que impulsa grandes oportunidades de inversión estructurales como las que aprovechó Buffett) es bastante previsible que sea más más lento.

Empresas de Berkshire Hathaway bajo control directo

Buffett no solo invirtió en acciones cotizadas: compró y controló empresas enteras. Muchas de estas, como GEICO, Dairy Queen, NetJets, See's Candies o BNSF, han sido gestionadas bajo la filosofía de Berkshire, con disciplina financiera y orientación a largo plazo. Esto le permitió obtener rentabilidades extraordinarias, difíciles de alcanzar en mercados cotizados donde los márgenes están más presionados y el control es menor. Por otro lado el peso de Berkshire en empresas grandes como Coca-Cola, Moody's, American Express o Bank of America es bastante inigualable por cualquier inversor retail (como tú o como yo).

Los inversores modernos no tienen acceso a estos niveles de integración vertical y capacidad operativa. No es solo una cartera, es una red empresarial de calidad y gestión centralizada por un grupo muy competente y unos gestores muy competentes. Eso hace que como inversores retail o muchos pequeños fondos nos va a costar más encontrar oportunidades así, teniendo tanta influencia en la gestión como la ha tenido Warren Buffett a lo largo de su carrera.

En la actual era, el capital privado está muy profesionalizado y popularizado, de modo que a un gestor le costaría más encontrar este tipo de oportunidades. Hay más gente leyendo y buscando a la vez.

Mayor disponibilidad de información financiera

En las décadas de 1960 y 1970, Buffett encontraba ineficiencias informativas y empresas mal valoradas gracias a su análisis de estados financieros y reportes anuales. Hoy, herramientas como la Bloomberg Terminal, permiten que millones de analistas tengan acceso casi instantáneo a los mismos datos.

La información para una gestión “value” antes era más difícil de conseguir, y había que trabajar más, ahora al estar más disponible incrementa la competencia. Esta transparencia reduce la posibilidad de encontrar "gangas" en los mercados públicos. La competencia por oportunidades es feroz y las anomalías son rápidamente arbitradas.

La posibilidad de la suerte

A pesar de su indiscutible talento, no se puede descartar el componente de suerte en su trayectoria. Ensayos como los de Michael Mauboussin ("The Success Equation", 2012) muestran cómo en dominios complejos como los mercados financieros, la habilidad y la suerte se entrelazan. Buffett podría haber estado en el lugar correcto, en el momento correcto, con la combinación adecuada de conocimientos y oportunidades. Replicar ese grado de alineación durante seis décadas es extremadamente improbable.

Charlie Munger y Warren Buffet han hablado varias veces de la suerte que tuvieron naciendo en la época y lugar en la que nacieron. De haber nacido en la china feudal o en la Inglaterra victoriana o en la Unión Soviética, probablemente no hubieran podido hacer algo así.

Warren Buffett representa un caso excepcional en la historia financiera. Su éxito no solo fue producto de una filosofía coherente y una gran disciplina inversora, sino también de un entorno macroeconómico irrepetible, un acceso privilegiado a negocios enteros y una combinación probablemente irrepetible de habilidad y suerte.

El mundo actual, con bajo crecimiento estructural, cambios demográficos drásticos y mercados altamente eficientes, no ofrece las mismas condiciones. Aunque su legado y enseñanzas perdurarán, es poco probable que alguien vuelva a replicar su trayectoria con el mismo nivel de consistencia y escala.

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