¿Por qué tenemos bajas tasas de inflación?

¿Por qué tenemos bajas tasas de inflación?
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En un entorno generalizado en el que el sector público ha elevado sustancialmente su deuda pública en estos años, los intereses del Estado están alineados en incentivar los procesos inflacionistas para que ejerzan una devaluación sobre la deuda.

Pero los bancos centrales no lo están consiguiendo, la inflación está siendo especialmente baja de acuerdo con sus intereses, independientemente de si los tipos de interés se encuentran en el 0% o si se interviene masivamente el mercado de deuda o se ofrece liquidez a la banca sin apenas coste.

En las siguientes líneas reflexionaremos sobre por qué se están produciendo actualmente esas tasas tan bajas de inflación a pesar del gran empeño de las autoridades monetarias centrales.

La masiva intervención monetaria no ha tensionado los precios

Se podría esperar que tras la expansión sin precedentes del balance de la autoridad monetaria europea, viéramos un incremento en los precios, ajustándose a el objetivo cercano al 2% de inflación del medio plazo establecido.

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La realidad es que ese objetivo no se ha conseguido y básicamente se debe a que ese dinero se ha empleado en la compra de deuda, por lo que ha habido inflación sí... Pero en los precios de los instrumentos de deuda que consecuentemente han implicado un descenso de las rentabilidades generalizadas (gráfico del bono español a 10 años), que han permitido tanto a estados como empresas poder financiarse a tipos paupérrimos a largo plazo y refinanciar la deuda.

Tir Espana

Ese dinero queda atrapado en la economía financiera o economía especulativa que en ningún caso tiene la implicación en la economía real en la que se produce bienes y servicios. La razón de esto es que la banca se encuentra en un proceso de reestructuración de su balance para seguir los mandatos regulatorios y por lo tanto, si se encuentra hoy reduciendo riesgos, difícilmente expandirá sustancialmente el crédito.

La banca funciona de correa de transmisión de toda esa base monetaria generada por el BCE, en esos momentos la banca está huyendo del riesgo por lo que las tasas de expansión crediticia siguen siendo relativamente bajas y por lo tanto el impacto en el IPC es más bien escaso.

Anteriormente a 2008, las tasas de expansión crediticia se situaban entre el 5% y el 11%. Tras la crisis subprime y la crisis de deuda de la Eurozona, las tasas de expansión crediticia no han podido superar el 3%.

Credito Eurozona

Si en algún momento todo ese dinero generado entrará en la economía real veríamos una expansión amplia de la oferta monetaria con mayores tasas inflacionistas en los bienes y servicios.

Las autoridades monetarias de los países desarrollados son contrarias a la monetización del déficit público, es decir el Banco Central Europeo no puede acceder a la subasta del Tesoro Español. Esto impide una transmisión directa de dinero frente economía real. De hecho, el caso extremo es lo que está ocurriendo en Venezuela que ha monetizado su déficit público, lo que ha llevado a la devaluación monetaria y la hiperinflación de su economía.

Transparencia tecnológica

Hoy en día cualquiera de nosotros puede dirigirse a cualquier plataforma de compras online y comparar los diferentes precios vinculados a los productos existentes para seleccionar aquellos que mejores precios ofrezca. Debido a que en los últimos años se han expandido las compras online, cada vez la transferencia tecnológica representará una mayor influencia en la comparativa de los precios.

amazon

Por lo tanto, estamos hablando de una transparencia tecnológica en la que el consumidor ha tomado el mando para poder discriminar proveedores y elegir únicamente aquellas ofertas que tenga una gran relación con la calidad ofrecida y los precios existentes.

La facilidad de comparar permite rápidamente discriminar, con una alta eficiencia, las ofertas que el consumidor considera que se encuentra a un alto precio frente a la calidad ofertada. En un entorno de una competencia eficiente gracias a la transparencia de los precios, aquellas empresas que están reportando precios altos frente a la utilidad de sus productos quedan discriminadas por el global de los consumidores imputando pérdidas y finalmente quiebras si no bajan los precios.

Globalización, privatizaciones y progreso

Si bien han crecido los opositores a la globalización en los últimos años, lo cierto es que la globalización ha concedido a los consumidores una creciente disponibilidad de bienes y servicios, ha generado un efecto deflacionista sobre los precios y, lo más importante, a partir de 2015 la extrema pobreza mundial se sitúe por debajo del 10% gracias a las aperturas comerciales de China e India y su mano de obra barata.

World Poverty Since 1820

Y es que en un entorno de deslocalizaciones en la que se busca optimizar los costes laborales, se traduce en precios finales inferiores. Para el consumidor, este proceso deflacionista implica que cada vez un producto determinado representar a un menor peso sobre el total de su renta, lo que permite liberar poder adquisitivo para demandar nuevos servicios y hacer crecer nuevos sectores.

Además, si nos remontamos a épocas pasadas, podíamos observar como los llamados como sectores estratégicos eran mayoritariamente públicos (telecomunicaciones, energéticas, banca) mientras que hoy son, en su mayor parte privados, lo que permite invitar al proceso de competencia frente a los precios regulados anteriores y la situación de monopolio.

No obstante, las privatizaciones no son la panacea pues dependerá de la regulación. Si el sector público sigue manteniendo un férreo control regulatorio sobre los costes asignados, como sucede por ejemplo en el sector eléctrico español (los costes regulados del sistema tienen un peso del 55% sobre la factura eléctrica), no se permite ejercer un proceso pleno de mercado el que los consumidores se vean beneficiados de la competencia empresarial.

Si anteriomente hemos mencionado la trasparencia tecnológica como elemento de comparación para optimizar las elecciones de los consumidores, la actual disrupción tecnológica abarca a gran parte de los sectores con una apuesta por la inteligencia artificial, permitiendo la automatización de los procesos productivos que permiten un descenso de los costes unitarios.

Energía: Los bajos precios del crudo

El mercado del petróleo ha estado dominado históricamente por la OPEP cuyo objetivo principal no es otro que unificar las políticas petroleras de sus países miembros para influir en las cotizaciones y maximizar los ingresos. Gracias a la coodinación de sus miembros, el brent llegó a los 147,50 dólares en julio de 2008, su máximo histórico y llevó al dato del IPC de la Eurozona hasta el 4%.

Cpi Eurozona Brent

Tras la crisis el precio del petróleo se hundió para más tarde estabilizarse en un rango situado entre los 100 y 110 dólares desde 2011 hasta mediados de 2014. Con la irrupción del fracking, Estados Unidos ha ido adoptando rápidamente esta tecnología y, en 2016, el fracking representaba el 69% de todos los pozos de petróleo y gas natural perforados en los Estados Unidos.

En el siguiente gráfico podemos apreciar los efectos del fracking sobre la producción de petróleo estadounidense. Si en 2008 la producción de crudo era de 5 millones de barriles por día, hoy se ha convertido en el primer productor mundial con 12 millones de barriles diarios, lo que ha permitido menguar el poder de la OPEP e influir positivamente con menores tasas en los precios de los consumidores.

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