En los últimos meses se han ido perfilando grandes aerolíneas que tienden a concentrar el poder de mercado en un número cada vez más reducido de competidores, poniendo en riesgo la libre competencia y el poder homogéneo entre los distintos oferentes de los servicios de aviación civil.
Como se podría prever hace tan solo unos meses, este tipo de movimientos corporativos como el caso de la fusión Iberia – British Airways, pueden poner en cuestión ciertos comportamientos que violan la trasparencia de las compañías. Un ejemplo de ello ha sido el reciente escándalo sobre un cártel en los precios de carga aérea que han pactado trece aerolíneas, concluyendo en una millonaria sanción de 800 millones de euros que anunciará el comisario europeo de la Competencia, el español Joaquín Almunia, el próximo martes a las tres de la tarde (hora española).
Se estima que la aerolínea resultante de la fusión de la aerolínea española con BA soportará una sanción de 120 millones de euros, pero no solo ha salpicado a aerolíneas del viejo continente, sino que también afecta a seis no europeas, confirmándose una opaca política de acuerdos de precios, con serios perjuicios para la libre competencia y para los usuarios, que soportan tarifas muy superiores a las que les corresponderían.
El hecho de que este tipo de compañías de fusionen comporta importantes mejoras en cuanto a la eficiencia tanto en su vertiente técnica como asignativa, básicamente por las mejoras derivadas de las economías de escala. Que llevan a que mediante la cooperación, la estructura de costes aumente en menor proporción que los beneficios. Pero por contra, compartirán conmigo, que a medida que aumente el tamaño de estos ‘gigantes’ de la aviación civil, también será necesaria una mayor regulación y supervisión (como en teoría se está haciendo en el sector bancario), para evitar que se sucedan distintos comportamientos nocivos para el mercado como el que hemos analizado en estas líneas.
La comisión europea de la competencia, tiene previsto en su normativa al respecto sanciones de un importe que puede alcanzar hasta el 10% de las ventas globales de las compañías que violen la regulación europea en materia de aviación civil. Una sanción contundente al menos en la teoría, ¿creen ustedes que el aparato europeo en pro de la libre competencia es suficiente y efectivo? En mi opinión este es bastante liviano, y para colmo no actúa con la suficiente contundencia para la cual se diseñó, puesto que es posible que existan razones no económicas para no hacerlo.
Vía | Yahoo
En El Blog Salmón | British Airways quiere utilizar Barajas para expandirse
Imagen | jamesz_flickr