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Tal y como acabamos de anunciar aquí, la simplificación de los contratos de trabajo a sólo cinco modelos, crea un problema colateral dentro del mapa de relaciones laborales. Hoy por hoy, el segmento de trabajadores en situación de exclusión gozan de preferencia en la contratación por la aplicación de diferentes fórmulas contractuales mediante bonificaciones.

Es decir, tenemos bonificaciones en las cuotas empresariales por la contratación de discapacitados con grado de minusvalía superior al 33%, bonificaciones para los contratos de reinserción laboral de ex-presidiarios, bonificaciones para la contratación de mayores de 45 años... Como vemos, estos colectivos gozan de una discriminación positiva en la contratación laboral, que a priori, debe desaparecer de un plumazo.

Fátima Báñez acaba de anunciar que se van a eliminar 36 modelos de contratos de trabajo actuales, para pasar de los 41 modelos de contrato de trabajo que tenemos ahora mismo a 5 modelos de contrato de trabajo. Los 5 contratos de trabajo que quedarán vigentes serán:

1. Contrato Indefinido
2. Contrato Temporal
3. Contrato de relevo
4. Contrato de prácticas
5. Contrato de formación y aprendizaje

Esta reforma es un paso necesario para la simplificación de la contratación laboral y es un primer paso para caminar hacia un contrato de trabajo único si se abreviaran y limitaran la existencia de contratos temporales a ámbitos muy concretos. Es decir, no tiene sentido que empresas que no tienen actividad temporal o que no acreditan necesidades puntuales de producción usen la contratación temporal encadenada en lugar de la contratación indefinida.

Los dos contratos más precarios a priori, son los contratos de prácticas y formación. Falta por definir las características concretas de estos contratos para poder establecer adecuadamente cómo quedarán estas relaciones laborales pero estaría muy bien que se estableciera una limitación clara a prácticas y formación para que no se genere un abuso de ley con esta fórmula contractual.

Respecto las bonificaciones laborales para la contratación actual, se reformularán todas en función de estos cinco contratos, aunque sería un punto muy bueno, establecer una limitación seria a la contratación temporal a los ámbitos que comento más arriba y un sistema de indemnización por despido creciente a la contratación indefinida, con el objetivo que se acabe con la dualidad laboral existente.

Fátima Báñez no ha dado fecha exacta de entrada en vigor de estos cambios pero esperemos que esta reducción contractual se ponga en marcha cuanto antes y que se ataque en serio a la precarización en la contratación en las empresas, por los daños tan nocivos que tiene la rotación laboral a todos los niveles.

En El Blog Salmón | Qué es el contrato único, Contrato único ¿más precariedad?

Poco empleo ofertado para mucha demanda. Contratos ‘troceados’ y a repartir entre los que aguardan. Es lo ocurrido hace una década en Alemania y ahora ese ‘boomerang’ parece volverse contra ellos. Mientras eso ocurre, en España el tiempo parcial se impone y los empresarios reclaman manos libres para hacerlo extensible. A las puertas de muchos más cambios en lo laboral, ¿se tropezará en la misma piedra?

Lo que ocurre en grandes países desarrollados del mundo acaba llegando a España con cierto retraso. No sólo se da en tendencias tecnológicas o modas, si no también en decisiones de calado como las que tienen que ver con el mercado laboral. Porque justo una década después del comienzo de los ‘mini-jobs’ en Alemania y en pleno debate sobre si, realmente, son la panacea que se defendió, España se prepara para recorrer ese mismo camino.

Empresas deben incrementar la productividad de sus trabajadores al máximo. En Estados Unidos buscan aumentar esta productividad en 20% en 2013 y, en España, la falta de productividad hace su impulso aún más urgente y necesario. Además, con trabajadores más capaces y más productivos, las probabilidades de que pierdan sus trabajos disminuye. Bien para la empresa, bien para la economía y bien para el trabajador y su familia.

Para impulsar esta subida en la productividad de sus trabajadores, se propone varias medidas que impactarían en el lugar del trabajo para que este funcione en la dirección deseada. Resumo las medidas a continuación:

Se cumple un año de la reforma laboral aprobada por el Gobierno de Rajoy y nos toca hacer balance sobre cómo ha evolucionado el mercado laboral español en los últimos doce meses. De entrada, me reafirmo en mi artículo de hace unas semanas en el que expliqué por qué la reforma laboral no había servido para nada.

Sin embargo, considero oportuno aportar algunos datos objetivos que nos permitan entender la nefasta decisión de nuestro Gobierno dando vía libre a una reforma laboral que como complemento vitamínico para nuestro particular mercado laboral iba a resultar un estrepitoso fracaso, y así ha sido.

La empresa auditora, PricewaterhouseCoopers (PWC), nos trae un interesante resumen sobre la necesidad de mejorar la productividad en las empresas y nos dice 'creemos que las empresas del sector industrial tienen un gran campo de mejora'. Pues si, un grandísimo campo de mejora.

Como parte de su resumen nos da elementos donde las empresas deben enfocarse para mejorar su productividad, que son los siguientes:

• Mejorar la flexibilidad laboral de la empresa.
• Reducir de forma significativa los niveles de absentismo.
• Reducir los costes laborales.
• Mejorar el clima laboral.
• Contar con mayor motivación y flexibilidad.
• Alinear los objetivos de los empleados con los de la empresa.

De todos estos, sólo el tercero entra dentro de lo que estamos viendo en los debates interminables sobre la reforma laboral que estamos viendo de los 'entes económicos', las asociaciones de empresarios, los sindicatos y el gobierno.

Las otras hablan de lo que pueden y deben hacer las empresas, para que sus formas de trabajar estén dirigidas hacia mejores rendimientos. Como he dicho muchas veces en estas páginas, el problema de la falta de productividad no es el enfoque de la supuesta 'nueva' reforma laboral, que en realidad nos da más de lo mismo:

dejémonos de tonterías que los problemas laborales de España son la dificultad de despedir, los altos sueldos y la dificultad de bajarlos. El principal problema laboral en España es la falta de productividad y los que más pueden impactar esto son los empresarios, invirtiendo, impulsando la formación y cambiando su forma de trabajar, los gobiernos, con sus medidas económicas que fomenten esto no lo perjudican y despúes, pero muy despúes, los trabajadores, que deben trabajar bien y también continuar su formación durante su vida laboral. Parte fundamental de esta flexibilización incluye la conciliación que, como dice Fran, de la conciliación ni pío en la Reforma Laboral y en los Presupuestos Generales 2012.

Un país con 25% de desempleo, y creciendo, y con más mileuristas que otra cosa, no es un país que tienen altos sueldos (que no es igual que altos costos laborales, que también he tratado) y tampoco es un país que tiene dificultad de despedir.

En El Blog Salmón | ¿Se trabaja poco en España?, La competitividad de los países en 2012-2013 y Es la productividad, estúpido

Parece ser que la CEOE está negociando con el Gobierno crear un nuevo contrato para jóvenes cuyo objetivo es combatir el paro juvenil y su mayor apuesta es que el sueldo sea el SMI (645,30 euros al mes). Según el vicepresidente de la CEOE se busca “un mayor desarrollo de la moderación salarial y de la flexibilidad interna de las empresas”. A mi todo me parece un despropósito, la verdad.

¿Qué impide a una empresa en la actualidad contratar alguien con el SMI? ¿El convenio colectivo? Pues si la empresa va mal se descuelga, y si va bien seguramente pueda pagar más. La idea de la CEOE es crear una nueva figura jurídica para hacer algo que ya hacen muchas empresas; es completamente absurdo.

El próximo mes de febrero la reforma laboral del Gobierno cumplirá un año. Nos la intentaron vender como la panacea frente a todos los problemas del mercado laboral español, pero lo cierto es que lo único que ha conseguido hasta la fecha es que los trabajadores sufran en sus carnes las nefastas consecuencias de una crisis económica que por momentos se parece más a una estafa de la que se están beneficiando los de siempre.

Sin profundizar demasiado en el tema, lo primero que uno se encuentra al observar las consecuencias de la mencionada reforma es que se ha producido una importante devaluación salarial, lo cual, por cierto, era uno de sus objetivos. Para algunos, el hecho de que se ajusten los sueldos es un síntoma de la ganancia en competitividad por parte de las empresas. Sin embargo, muchos empresarios están abusando de esta posibilidad para exprimir un poco más a sus trabajadores, ahorrar en costes y ganar más dinero, lo cual no es demasiado ético.

Muchos piensan que la crisis estará con nosotros para siempre, muchas veces parece que la mayoría lo piensa y algunos han hecho sus carreras con crisis. No obstante, a pesar de los catastrofistas, esta crisis pasará y mientras tenemos que pensar en qué hacer para sacarnos de los líos en que estamos, debemos hacerlo de la mejor forma posible para que tengamos una economía sostenible al otro lado del túnel.

Con lo que nos está cayendo, muchos dicen que hay que hacer lo que sea para salir, sin importar si es bueno en el medio o largo plazo y, además, critican los que miramos más allá de la crisis y hablamos de lo que hay que hacer para mejorar en esa economía del más allá. Veo que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) también piensa que hay que pensar en la situación más allá de la crisis y entiende que hay retos que debemos atender.

Las cosas están muy difíciles economicamente y esta dificultad está demonstrando el lado más agudo en el crecimiento del desempleo en general y en España en particular y, con la nueva reforma laboral, no veremos muchos cambios en el corto plazo. España sigue líder en esta lista europea, con más del 25% de desempleo, aunque parece que el desempleo en Grecia está creciendo de forma tan rápida que estos dos países están peleándose el puesto.

Incluso entre los que mantienen sus trabajos hay mucho sentimiento de precariedad y de incertidumbre y los trabajadores están mirando a su alrededor para ver por donde les van a caer los palos. Por eso me interesó el artículo sobre las señales de que te van a despedir. Estas diez señales, que explican brevemente en el artículo vinculado, son las siguientes: