La importancia de la psicología en los mercados

La importancia de la psicología en los mercados
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He hablado muchas veces en estas páginas que, en la economía, la psicología tiene mucho impacto en la trayectoria de la economía, y no sólo yo.

Recuerdo el debate mantenido en estas páginas ya hace casi dos años sobre qué quería decir la palabra crisis. Esta palabra en esas fechas ya se utilizaba mucho, incluso en estas páginas donde ya se hablaba de crisis allí por agosto de 2007, cuando la economía estaba en crecimiento, el desempleo estaba bajando, y había superávit en la cuentas públicas, y con todo eso, ya se decía que estábamos en crisis. Antes de estar en recesión ya estábamos en crisis.

Yo pensaba que, en esos momentos, no estábamos ni en crisis ni en recesión pero hablando de ello entra la psicología.

En estas páginas he dicho:

Cuando no se deja de hablar de crisis, aunque los números no lo justificaba, y cuando los bancos centrales exageran es sus reacciones (como hicieron con el problema subprime) todo esto tiene el impacto de causarlo.

Habla de ello y los consumidores dejan de consumir tanto, los empresarios dejan de invertir y todos esperando a ver qué pasará inician el frenazo de la economía.

Estaba pensando en estos temas cuando leí el artículo de mi compañero de página, Marco Antonio, titulado “Producción industrial retrocede una década“ y eso que ya nos había dicho que estábamos en la peor crisis en 60 años, no 10 años.

Cuando nos situó en el año 1999, pensé en cuando estábamos en ese año y en cómo iban las cosas entonces. Recordaremos que estábamos en las puertas de un nuevo milenio y preparando la gran fiesta de fin de año.

En 1999 estábamos en pleno boom de la web y viviendo esos excesos, que tuvieron su propia burbuja y que iba camino a su caída apenas meses despúes. Esta caída Marco Antonio hace poco la ha llamado un “leve pinchazo” y estoy de acuerdo, aunque muchos no decían eso cuando lo estaban viviendo.

Entonces ya habían pasado casi cuatro años del anuncio del irrational exhuberance del entonces Presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, advirtiendo en contra de las burbujas que se estaban viendo.

Estábamos en el año 15 de un largo boom de la economía y de la bolsa (el índice Dow Jones de la bolsa estadounidense (DJIA) había subido de 1.300 a 11.400 durante este boom), y vivíamos el boom de los precios inmobiliarios que siguieron subiendo hasta que llegaron los problemas actuales.

La economía mundial estaba creciendo mucho y la inflación en Estados Unidos estaba más o menos bajo control en 2,2%, aunque algunos de nosotros seguíamos advirtiendo de los peligros que veíamos con sus posibles subidas, subidas que llegaron poco después.

Situándonos en pleno 1999, las cosas no estaban nada mal y no pintaban nada mal. Habíamos vivido 15 años de boom y teníamos por delanta años más de boom, aunque entonces no sabíamos que eran 7 años de boom más.

Estaba claro que habían excesos y que estos se acentuarían y lo lógico no es esperar que un boom siga para siempre, aunque eso es lo que pensaban muchos.

Entonces, casi todos estaban en la psicología del boom, que alentó más las burbujas llevándonos inevitablemente a las dificultades actuales y ahora estamos en la psicología de crisis que tampoco lleva consigo la razón absoluta.

Las cosas no están tan mal ahora como los alarmistas nos dicen como en 1999 no estábamos tan bien como los inconscientes (la mayoría) nos decían.

Cuando menos lo esperen los alarmistas, la economía dará su vuelco y empezaremos a salir de esta situación, incluso yo pienso que el vuelco ya se ha iniciado, aunque los alarmistas se sorprendan que lo diga.

El problema con estas situaciones de cambio es que los que menos pueden en la sociedad y el mundo, son los que más sufren. Por eso ya he dicho en estas páginas que, si el gobierno va a soltar pasta, que sea para dar una base mínima a los que menos tienen y que dejen de más despilfarro para las empresas que lo pidan.

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