Qué es el excepcionalismo americano y por qué el S&P500 cotiza con un PER un 50% más alto que el resto de la renta variable mundial

Qué es el excepcionalismo americano y por qué el S&P500 cotiza con un PER un 50% más alto que el resto de la renta variable mundial
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A pesar de los vaivenes políticos y económicos que afectan a Estados Unidos, el S&P 500 sigue cotizando a niveles que, para muchos analistas, no reflejan con precisión la realidad macroeconómica.

Entonces, ¿cuál es la razón de fondo? ésta va más allá de las previsiones de beneficios o los anuncios presidenciales: está arraigada en una idea profundamente instalada en los mercados globales, conocida como excepcionalismo americano.

Este concepto, que ha justificado durante años la prima que los inversores están dispuestos a pagar por las acciones estadounidenses, está hoy más en cuestión que nunca.

Y sin embargo, los múltiplos del índice S&P 500, medidos por su relación precio-beneficio (PER) a futuro, siguen superando en más de un 50% a los del resto de los mercados bursátiles del mundo. ¿A qué se debe esta desconexión entre valoración y fundamento? ¿Y cuánto tiempo puede sostenerse?

Qué significa realmente el excepcionalismo americano

El excepcionalismo americano es la creencia de que Estados Unidos representa un caso único en el escenario global, por su capacidad de liderazgo económico, su estabilidad institucional, su dinamismo empresarial y su papel como refugio seguro para el capital en tiempos de incertidumbre.

Esta idea ha sido respaldada durante décadas por una economía flexible, una moneda dominante como el dólar y unos mercados financieros profundamente líquidos.

El S&P 500 se ha beneficiado históricamente de esta percepción de solidez estructural, lo que ha permitido que las acciones estadounidenses coticen a múltiplos superiores al promedio mundial.

Esta prima no es nueva, pero se ha intensificado especialmente en los últimos años, alimentada por la fortaleza de los gigantes tecnológicos y la narrativa del liderazgo de Estados Unidos en la carrera por la inteligencia artificial.

Las expectativas actuales del mercado

Sin embargo, el entorno actual desafía muchas de las suposiciones que han sostenido ese excepcionalismo. A pesar de la desaceleración económica, los riesgos geopolíticos y la incertidumbre derivada de los aranceles anunciados por la administración de Donald Trump, los analistas aún proyectan que el S&P 500 cerrará 2025 cerca de los 6.000 puntos. Esto implicaría una subida de más del 5% desde su nivel actual, incluso cuando la evidencia apunta a un contexto menos favorable.

Lo sorprendente es que estas previsiones se mantienen incluso cuando las señales del mercado indican lo contrario. Las revisiones a la baja de beneficios, los indicios de ralentización del consumo, el retroceso de los valores tecnológicos y el encarecimiento de las importaciones por los nuevos aranceles ya están teniendo impacto.

Aun así, el mercado continúa valorando las acciones estadounidenses con un optimismo que no se refleja en otras regiones.

El PER del S&P 500, ¿desconectado de la realidad?

Actualmente, el PER a futuro del S&P 500 ronda 19 veces los beneficios, muy por encima del promedio histórico de 17 y significativamente superior al de la renta variable internacional, que cotiza en torno a las 12-13 veces. Esta diferencia del 50% se justifica, en teoría, por la superior rentabilidad de las empresas estadounidenses, su innovación constante y su mayor exposición a sectores de alto crecimiento.

Sin embargo, muchas de esas justificaciones comienzan a tambalearse. La narrativa de la inteligencia artificial, que impulsó a las grandes tecnológicas en los últimos trimestres, ha perdido fuerza ante la falta de aplicaciones comerciales claras y el elevado gasto de capital. 

Los llamados “Siete Magníficos”, que representan una parte sustancial de la capitalización del índice, están viendo correcciones significativas desde el inicio del nuevo mandato presidencial.

Aranceles y presión sobre los márgenes

Otro elemento que amenaza esta prima es el resurgimiento del proteccionismo económico. Las nuevas tarifas comerciales propuestas por Trump afectan directamente a los sectores industriales, de consumo y materiales, cuyos márgenes son sensibles a los cambios de precios y a las interrupciones en la cadena de suministro. Muchos analistas han señalado que el mercado aún no ha descontado del todo el impacto potencial de estos aranceles.

Si las empresas no logran trasladar esos mayores costes a los consumidores, sus márgenes netos se verán comprometidos. Estimaciones conservadoras indican que los aranceles podrían reducir las ganancias por acción del S&P 500 hasta en un 19%, lo que haría insostenible su actual nivel de valoración.

Pero, ¿se acerca el fin del excepcionalismo?

Más allá de las métricas financieras, lo que realmente se está desafiando es la propia narrativa del excepcionalismo americano. La creciente polarización política, las dudas sobre la independencia de instituciones clave como la Reserva Federal y la pérdida de liderazgo moral y económico a nivel global hacen que muchos inversores empiecen a mirar hacia otros mercados con mayor interés.

La reducción de exposición a la renta variable estadounidense registrada por gestores de fondos en marzo es una señal clara de que el capital global comienza a cuestionar la superioridad estructural de Estados Unidos. Si esta tendencia se consolida, la prima que hoy sostiene los múltiplos del S&P 500 podría reducirse significativamente.

Además, la posibilidad de que el país entre en una recesión técnica durante 2025, como han sugerido algunos modelos macroeconómicos, contrasta con la visión optimista que aún domina en Wall Street. Incluso si la recesión no se materializa, el simple hecho de que el crecimiento sea más débil de lo previsto ya justificaría una reevaluación de las valoraciones actuales.

Aunque el PER elevado del S&P 500 podría mantenerse temporalmente gracias a la inercia de grandes inversores institucionales o al retraso en las revisiones de beneficios, la desconexión entre precios y fundamentos rara vez puede sostenerse indefinidamente. A medida que las proyecciones de crecimiento se ajusten a la baja, y el impacto de los aranceles y la incertidumbre política se haga más tangible, es probable que el mercado corrija sus expectativas.

Imágenes | Instagram, Pixabay

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